Soluciones tecnológicas
a necesidades especiales

Por Kattia María Chico
kchico@uprm.edu
PRENSA RUM

viernes, 18 de junio de 2004

Un ciego acierta el blanco en su nuevo pasatiempo de arquería. Otro trota en una pista sin peligro de salirse de sus linderos. Sentada ante una máquina que no requiere el uso de las piernas, una niña parapléjica cumple su sueño de coser.

Las adaptaciones que facilitan y enriquecen las vidas de personas con impedimentos son el resultado del curso de asistencia tecnológica “Diseño en la industria”, impartido por el doctor David Serrano del Departamento de Ingeniería Mecánica (INME) del Recinto Universitario de Mayagüez en colaboración con el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.

En el primero de los ejemplos, un sonido advierte al arquero no vidente cuando se aparta del objetivo gracias a un mecanismo mediante el cual un punto láser registra la dirección de la flecha y su proximidad con el blanco. En el segundo, un sistema de cables con sensores alrededor de la pista produce también un sonido que advierte al caminante que se está acercando a la orilla, según explicó Serrano.

Los estudiantes de INME toman este curso en su último año como parte de su currículo regular y asisten a las industrias participantes -Guidant, Merck, Sharp and Dohme y PRAP Assistance Technology Project- en la búsqueda de soluciones tecnológicas a dificultades físicas.
“La intención del curso es ofrecer a los alumnos una práctica de su profesión, pues muchos estudiantes son contratados por firmas de ingeniería donde tienen que desarrollar el producto desde cero. Esta experiencia les permite conceptuar el diseño a partir de una necesidad real”, dijo el profesor.

Típicamente, el curso comienza con una visita al Recinto de Ciencias Médicas, donde los inscritos conocen proyectos anteriores y reciben una lista de aproximadamente 20 problemas para escoger el que más les interesa. Cada estudiante tiene que generar 15 ideas. Si hay un grupo de 3, son 45 soluciones posibles.

Aunque suene abrumador el número de ideas, forma parte del proceso que permite dar paso a conceptos novedosos, en una fase libre de censura. Además, aprenden a usar siete u ocho métodos para generar soluciones que les servirán el resto de sus vidas.



Las 45 ideas se reducen a 15 y después de una evaluación más rigurosa, sólo quedan tres. El grupo identifica la funcionalidad del equipo, parámetros tales como peso, costo, tipo de movimiento y velocidad, según sea el caso. Una vez descrito el problema y posibles soluciones en términos de ingeniería, lo presentan al cliente (las industrias) y se discute como si fuera un contrato para escoger cuál de las ideas se desarrollará. Típicamente, el mejor diseño no es el más complicado sino el más sencillo y de menor costo, aseveró Serrano.

“La parte de generar el prototipo es la más importante porque le da la oportunidad al discípulo de poner en práctica lo que conoce y validarlo a ver si funciona el concepto. Los estudiantes inicialmente se asustaban -por el trabajo que implica la realización del proyecto en un solo semestre- pero algunos se acercan precisamente porque les interesa poder hacer algo que ayude al prójimo”, añadió.

El profesor narró el caso de una niña que quería coser, pero no podía presionar el pedal porque carecía de movimiento en sus piernas. Los costureros necesitan tener las manos libres para manipular la tela, así que un dispositivo manual no resolvía el problema. Al observar la actividad de costura, los jóvenes se percataron de que quien cose a máquina se inclina hacia adelante, entonces idearon una modificación que aprovecha este movimiento natural para accionar las puntadas en sustitución del pedal.

En este curso que comenzó en 1995 se han desarrollado
aproximadamente 60 prototipos, varios de los cuales están en proceso de patentes. Algunos de ellos son para individuos específicos y otros van dirigidos a una población más amplia, como por ejemplo adaptaciones que permiten a pacientes que sufren el mal de Parkinson levantarse de sus camas sin ayuda.

Gracias a la inventiva y tenacidad cuyo motor es este curso, muchos pueden alcanzar lo que parecía imposible. Puede escribir al profesor a dserrano@uprm.edu.