Baluarte en la investigación agrícola
Por Margarita Santori López
msantori@uprm.edu
PRENSA RUM

jueves, 15 de julio de 2004

Presentamos el primero de una serie de reportajes titulada “De estación en subestación”, en la cual reseñamos el desempeño de la Estación Experimental Agrícola y las subestaciones del Colegio de Ciencias Agrícolas del RUM, ubicadas en distintos pueblos de la Isla.

Por más de 90 años la Estación Experimental Agrícola (EEA) ha realizado investigación en agricultura y áreas relacionadas con las ciencias agrícolas. Ubicada en Río Piedras, fue establecida inicialmente por la Asociación de Productores de Azúcar de Puerto Rico como una entidad privada. En 1933 fue transferida a la Universidad de Puerto Rico y desde 1968 forma parte del Colegio de Ciencias Agrícolas del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), junto con seis subestaciones localizadas en los pueblos de Isabela, Adjuntas, Lajas, Corozal, Juana Díaz y Gurabo.

La EEA se encuentra en los terrenos del Jardín Botánico (de hecho, fue la Estación Experimental la que originó el Jardín) donde trabajan alrededor de 450 empleados, entre ellos, unos 22 investigadores. En sus instalaciones están los laboratorios de Cultivo de Tejidos; los de Control Biológico de Nematología y Entomología; el de Calidad de Suelo y Agua, y el Central Analítico y de Plaguicidas. Además, hay un Museo de Entomología y Biodiversidad Tropical, la Biblioteca, la Oficina de Publicaciones y una sección de Estadísticas e Informática.

Centros de estudio
En el laboratorio de Cultivo de Tejidos o Micropropagación Enid Lizardi trabaja con un exitoso proyecto de propagación de piñas cabezonas. Las frutas son cultivadas en medios artificiales y se mantienen en un invernadero hasta que están listas para la siembra.

“Nadie más realiza este proceso en Puerto Rico. Hasta el momento hemos producido unas 30 mil piñas”, afirmó la investigadora. Explicó que el material de propagación se toma de la corona de la piña que se coloca en un medio de cultivo. Aquí se lleva a cabo la diferenciación y luego se coloca en otro medio para la formación de brote. “Se pueden producir de 20 a 30 brotes de ese material solamente en alrededor de seis a ocho meses”, indicó. Una de las ventajas, según la científica, es que el porciento de mortandad en el invernadero es muy bajo. En el proyecto trabajan estudiantes subgraduados.

Otros centros científicos son los laboratorios de Control Biológico en Nematología y en Entomología. El primero lo atienden el doctor José A. Chavarría y su ayudante Luis Silva, quienes estudian modos de fomentar una agricultura sustentable identificando bacterias y organismos que resulten nocivos para las cosechas; mientras que el Segundo, a cargo de la doctora Rosa Amelia Franqui, va durigido a identificar soluciones para el control de plagas en los plantíos.

“Utilizamos insectos o sus productos para controlar las plagas, reduciendo el uso de químicos y el impacto ambiental de estas prácticas de manejo”, sostuvo la doctora quien actualmente investiga enfermedades en plátanos y cítricos.

Por otro lado, se encuentra el laboratorio de Calidad de Suelo y Agua dedicado al análisis de diversos cuerpos de agua en la Isla. Uno de los proyectos, dirigido por el doctor Gustavo A. Martínez Rodríguez y en colaboración con los investigadores David Sotomayor Ramírez, Luis R. Pérez Alegría y Carlos J. Santos, busca determinar los criterios numéricos de nutrimentos para lagos y reservas de agua en la Isla. Según los científicos, los nutrimentos -particularmente nitrógeno (N) y fósforo (P)- son reconocidos como los principales contaminantes de lagos y estuarios en los Estados Unidos. “El objetivo de este estudio es el desarrollo de estándares numéricos para N y P para lagos en Puerto Rico”, explicaron en un informe. El proyecto es financiado por la Junta de Calidad Ambiental (JCA) de Puerto Rico.



Otra investigación es la cuantificación de las pérdidas de nutrimentos por escorrentías en fincas de producción animal de Puerto Rico, que lidera el doctor Martínez y es subvencionada por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos. El experimento se llevó a cabo en dos fincas de producción animal (ganado lechero y pollos parrilleros).

Un tercer proyecto es sobre el impacto de fuentes de contaminación dispersa en la calidad de las aguas de la cuenca de Arecibo, cuyo investigador principal es Sotomayor. “El alto contaje de bacterias y los altos niveles de fósforo, constituyeron los aspectos más críticos par la calidad de las aguas de esta zona”, precisa el informe. El estudio es auspiciado por JCA y el Departamento de Recursos Naturales de Puerto Rico.

Por último, se encuentra el laboratorio Central Analítico y de Plaguicidas que comprende dos áreas principales: la de análisis químico y la de investigación sobre control de plagas. La primera ofrece servicio a los científicos para examinar muestras de suelo, agua, tejido, sedimento, frutas y raíces; y la segunda, atiende trabajos relacionados con el desarrollo de metodología para el análisis de plaguicidas y otros compuestos orgánicos, además del registro y uso de pesticidas en cultivos tropicales y su impacto ambiental. Actualmente se evalúan nuevos fungicidas para el control de enfermedades en frutas tropicales y se estudia el agua en la reserva natural de la bahía de Jobos en Isabela y los terrenos agrícolas cercanos a la planta de desperdicios sólidos de Salinas, entre otros proyectos.

Museo y Biblioteca
Además de los laboratorios, la EEA alberga la colección de insectos más grande de Puerto Rico en el Museo de Entomología y Biodiversidad Tropical. Considerado uno de los atractivos de la Estación, el museo exhibe alrededor de 250 mil especímenes, algunos de los cuales datan de 1910. Es un valioso recurso para investigadores, estudiantes de entomología y el público en general, que puede visitarlo los miércoles de 1:00 a 4:00 p.m. y los jueves y viernes de 8:00 a 11:30 a.m. y de 1:00 a 4:30 p.m. La entrada es gratis.

La Biblioteca, establecida en 1915, es otra dependencia importante de la EEA. Se distingue por contar con una colección especializada en agricultura y sus recursos son utilizados por estudiantes de escuela elemental y superior; universitarios, profesores, personal de agencias estatales y federales; agricultores, extensionistas y público en general. La colección incluye libros, revistas, folletos técnicos y tesis, entre otros documentos. La bibliotecaria Joan Hayes, quien se jubiló recientemente luego de trabajar por más de 50 años en la Universidad, indicó que la colección incluye informes anuales de Hawaii que datan de 1910. Además, cuenta con una página electrónica.

Por último, la EEA tiene una oficina de publicaciones mediante la cual se dan a conocer los resultados de las investigaciones. Una de las revistas científicas es The Journal of Agriculture of the University of Puerto Rico que comenzó en 1917 y desde entonces se ha publicado ininterrumpidamente. Ésta se distribuye en alrededor de 66 países. Mientras, la sección de Estadística e Informática sirve de apoyo al investigador en el análisis de datos experimentales e interpretación de los resultados.



Una foto del primer edificio de la Estación Experimental Agrícola que data de 1910. Es el más antiguo del RUM.



El doctor Gustavo Martínez trabaja con varios proyectos sobre calidad de suelo y agua.



Parte de la colección del Museo de Entomología y Biodiversidad Tropical.



Brotes de piñas cabezonas se mantienen en un invernadero en el laboratorio de Cultivo de Tejidos o Micropropagación.

Fotos: Por Carlos Díaz/Prensa RUM