Alumbramiento en Feria Agrícola del Colegio
Por Mariam Ludim Rosa Vélez
mariamludim@uprm.edu
PRENSA RUM

viernes, 17 de marzo de 2006

Cinco Díaz… sí con z. Así bautizaron al becerrito que nació a las 5:30 a.m. del pasado miércoles, 16 de marzo en los predios del Coliseo Rafael A. Mangual mientras su mamá, una vaca Charbay, era parte de la exhibición de Industrias Pecuarias de la Feria Agrícola y Educativa Cinco días con nuestra tierra. De inmediato, la criatura recién nacida se convirtió en el centro de atracción del evento educativo que organizan estudiantes de la facultad de Ciencias Agrícolas del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). Mientras, su progenitora miraba con recelo a todos los que se acercaban más de lo debido a su retoño que aparentaba mostrarse curioso por el nuevo mundo que veía a su alrededor.

El parto fue asistido por tres estudiantes del comité organizador de la actividad quienes viabilizaron con su intervención un alumbramiento normal, según relató Omar Malavé, estudiante de agricultura del RUM quien es uno de los coordinadores de la Feria. “El logro es que mi comité haya ayudado a que la vaca diera a luz y que el becerro se diera”, apuntó al destacar que la criatura representa un atractivo adicional al evento que atrae miles de personas.

El ternerito Cinco Díaz está rodeado de una treintena de animales, entre ellos vacas, toros, caballos, mulas y cabras que constituyen una de las cuatro carpas principales del esperado evento agrícola. Las otros tres pabellones están dedicados a la horticultura, tecnología mecánica agrícola y artesanías. Asimismo, hay decenas de kioscos de artesanías, comidas típicas, libros y hasta masajes. Mientras, también la feria integra machinas y los payasos.


Los pollitos multicolor

El pío, pío, pío de los pollitos por las cuatro esquinas del Colegio, incluyendo el Town Center, evidencian la acogida que ha tenido esa exhibición. Y no fue raro escucharlos por doquier, ya que en dos días el comerciante avícola Rafael Olivencia vendió 400 pollitos, según indicó.
Decenas de niños llevaban en una fundita marrón a las pequeñas aves teñidas. Así lo hizo una jovencita, cuya camiseta la identificaba como estudiante de una escuela de Carolina y quien alimentaba a su nueva mascota.

“A veces es la primera interacción que los niños tienen con un animalito que lo valoran y lo cuidan. Y allí es que le van cogiendo cariño a la agricultura y quizás en un futuro puedan convertirse en buenos agrónomos o veterinarios”, manifestó Malavé.

Por su parte, Olivencia relató que a mediados de semana adquirió mil pollitos que esperaba vender en su totalidad durante la actividad. La exhibición de los plumíferos multicolor estaba continua a la de los ponys cuyo tránsito de niños, para la vueltita, era constante.

Ambas exhibiciones eran parte del pabellón de horticultura donde había una gran variedad de plantas ornamentales. Allí el artista neoyorquino Ronald Alberty, quien en su pintura refleja su admiración por la naturaleza, adquirió una de ellas.


En Rumbo a los 30 años

“Veintinueve años enalteciendo el espíritu agrícola de nuestra Isla”. Ése fue el lema que utilizó el comité organizador para marcar el paso hacia las tres décadas de este evento que, desde un principio, es organizado por estudiantes.

“Es un gran logro porque estamos brindando información a los estudiantes sobre qué es la agricultura y qué conlleva, así como los adelantos en tecnología. Así la gente se puede dar cuenta de que la agricultura no es solamente que nazca una lechuga sino que conlleva preparación y dedicación. Todo lo que consumen las personas diariamente es a base de la agricultura”, puntualizó Malavé quien además hace su práctica como maestro en esa disciplina en una escuela de Lajas.

Recordó que Cinco días con nuestra tierra comenzó en 1977 en el vestíbulo del edificio Piñero. Desde ese entonces el evento ha evolucionado hasta convertirse en una de las ferias agrícolas más importantes del país, expresó. En la actualidad la feria congrega a miles de personas, en su mayoría excursiones de escuelas y clubes 4 H, que acuden al RUM para compartir un rato en familia.

La actividad comenzó el 14 de marzo con la tradicional desfile en que participaron las mascotas del Colegio, Tarzán y Jane así como las agrupaciones de banda y abanderadas del RUM. La agenda de Cinco días con nuestra tierra incluyó charlas, un simulacro de accidente automovilístico, talleres y en las noches un variado espectáculo artístico.


Un becerrito, a quien llamaron Cinco Díaz, nació en los predios del Coliseo Rafael A. Mangual durante la celebración de la feria agrícola Cinco días con nuestra tierra.


La criatura recién nacida se convirtió en el centro de atención del evento educativo.


Cientos de pollitos teñidos se convirtieron en una de las atracciones más frecuentadas de la feria.


Los chicos también tuvieron la oportunidad de disfrutar en la estrella, entre otras machinas.


El estudiante de agricultura Omar Malavé fue uno de los jóvenes que colaboró en la coordinación del evento.


Autoridades municipales llevaron a cabo un simulacro de accidente automovilístico. Asimismo, se efectuaron variados talleres, presentaciones y charlas durante Cinco días con nuestra tierra.


Dos bueyes encabezaron el tradicional desfile que marcó el inicio de la vigésima novena edición de la feria agrícola y educativa. En el carretón varios estudiantes y una de las mascotas del Colegio.


Cinco días con nuestra tierra comenzó en 1977 en el vestíbulo del edificio Piñero. Desde ese entonces el evento ha evolucionado hasta convertirse en una de las ferias agrícolas más importantes del país.


Las abanderadas del Colegio también participaron del desfile.


Al ritmo de la Banda Colegial y con el lema “29 años enalteciendo el espíritu agrícola de nuestra Isla” comenzó el pasado martes, 14 de marzo en el RUM Cinco días con nuestra tierra.

Fotos del desfile – Carlos Díaz