Contra viento, marea y cielo nublado
Por Idem Osorio
iosorio@uprm.edu
PRENSA RUM

viernes, 8 de junio de 2007

Gil Negrón González
El estudiante Gil Negrón González no conoce lo que es un imposible. Por eso, recibió hoy su grado de Bachillerato en Ingeniería Eléctrica del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) con un promedio de 3.35 a pesar de padecer una condición que aunque debilita su sistema físico nunca ha minado su espíritu luchador.

El joven de 29 años, quien completó una concentración en electromagnética, fue admitido al Recinto en el 1995. Con tono pausado relató que dos años más tarde, luego de presentar varios síntomas de cansancio y debilidad, descubrió que padecía de una enfermedad metabólica que hace que su cuerpo no produzca una enzima que da energía a los músculos.

Según explicó, tuvo que tomar un receso forzoso de un año para recibir tratamiento y estabilizarse. Además, contó que su vida entera dio un nuevo giro que incluyó una dieta especial, un horario limitado de productividad y una rutina completamente diferente. No obstante, la determinación y pasión de este yaucano lo llevó a reintegrarse a sus labores académicas en 1998.

“Sentía cansancio, debilidad, me bajaba el ritmo cardíaco, pero necesitaba estudiar”, abundó sobre su regreso a clases en el Colegio como a quien le urge el aire para respirar. Destacó que pudo continuar gracias al acomodo razonable que le proporcionó la institución, así como el apoyo de los profesores y compañeros de la universidad.

Negrón sólo podía tomar un máximo de dos cursos en las mañanas dos veces en semana, así como los exámenes solo en ese periodo del día para no sobrecargar su sistema. De igual forma, dependió de la colaboración de muchos integrantes de la comunidad universitaria para funciones tan sencillas como transportarse de un lugar a otro.

“Gil ha sido uno de los estudiantes de los que más hemos aprendido en términos de su perseverancia, tenacidad y su conciencia de justicia colectiva”, sostuvo la profesora Teresita Cruz, decana asociada de Estudiantes, quien colaboró de cerca con este joven durante su paso por el campus mayagüezano.

Cruz agregó que aparte del ejemplo académico que Negrón pueda representar, el joven se convirtió en un activista de derechos humanos al fundar en el Recinto la Asociación de Colegiales con Condiciones Especiales de Salud (ACCESS). Con la intención de educar a sus pares, el estudiante se dio a la tarea de investigar, inspeccionar posibles barreras arquitectónicas y hasta criticar de manera constructiva a las entidades universitarias responsables de garantizar sus derechos.

“Aquí damos servicio a 400 estudiantes con impedimentos, sin embargo Gil hacía que las cosas pasaran por su conciencia de clase, de grupo”, aseguró la decana al tiempo que destacó la labor de varias entidades comprometidas a facilitar la vida estudiantil de estos alumnos como la Guardia Universitaria y los choferes de los trolleys.

“Nunca hubo un problema, todo el mundo estaba presto a ayudar. Pude hacer compañeros y amistades, no todos los que hubiera querido, pero con lo poco que tenía me conformaba porque pudo ser peor”, expresó por su parte Negrón a la vez que contó que nunca se dio de baja aún cuando se enfermó varias veces durante su trayectoria universitaria.

Con una voz llena de paz y tranquilidad pasa revista sobre sus logros y da aliento a quienes le falta ese ánimo inquebrantable. “Uno siempre piensa que es el final de algo, pero no se puede perder las ganas de vivir. Es como el cielo, que a veces se nubla y no se ve nada, pero el sol está allá arriba y aunque las nubes lo tapen, tarde o temprano va a llegar un poco de luz”, puntualizó el nuevo ingeniero quien se encuentra en búsqueda de empleo.

Foto: Carlos Díaz/Prensa RUM