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viernes, 10 de septiembre de 2010
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Los estudiantes son asistidos por la doctora Lizzette González, del Departamento de Horticultura, quien les ofrece un pequeño taller de siembra antes de realizar la ceremonia. |
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Escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo son tres de las resoluciones que, según un antiguo dicho, todo ser humano debe realizar en algún momento de su vida.
Los estudiantes de nuevo ingreso de la Facultad de Ciencias Agrícolas del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) ya cumplieron con una parte importante de lo que reza el conocido refrán al realizar la ya acostumbrada siembra de un arbolito nativo como parte de las actividades de orientación.
Según explicó Dalila Rodríguez Díaz, consejera del Departamento de Orientación, hace cinco años comenzó la tradicional ceremonia en la que los llamados prepas realizan el acto que simboliza el crecimiento de la vida estudiantil de cada uno de los jóvenes en el Colegio.
“Hace cinco años, esto tiene también el propósito de ir recordando la fundación de esta Facultad, la más antigua del Recinto, y recordamos que se avecina la celebración del Centenario”, sostuvo la consejera.
Aunque todos los estudiantes de nuevo ingreso de Ciencias Agrícolas participan del evento, tras tomar un pequeño taller de siembra que les ofrece la doctora Lizzette González, del Departamento de Horticultura, los que van a plantar el árbol son escogidos a través de un sorteo. En esta ocasión, los estudiantes Ichly K. López, Orlando A. González y Nilsa M. Ramos tuvieron a su cargo la siembra del árbol de este año, un jobillo puertorriqueño que está ubicado junto a sus pares en el terreno localizado frente al edificio Jesús T. Piñero, sede del Colegio de Ciencias Agrícolas. En el pasado, se sembraron robles, ornamentales de diferentes variedades, y frutales, como los tres cítricos que plantaron los prepas de 2009.
Asimismo, el acto supone la realización de los sueños de estos jóvenes colegiales cuyas esperanzas se cifran en graduarse del Colegio.
“Esperamos que cuando esos jóvenes hagan su desfile de graduación por esa misma avenida, los árboles estén crecidos, florecidos o dando frutos”, señaló Rodríguez.
Durante el acto, los estudiantes fueron acompañados por Tarzán, la mascota colegial, la que como es costumbre, se convirtió en el querendón e hizo la delicias de los noveles colegiales.
La iniciativa fue una idea de Dalila Rodríguez Díaz, consejera del Departamento de Orientación, quien tiene a su cargo a los estudiantes de Ciencias Agrícolas.
Los estudiantes de nuevo ingreso del Colegio de Ciencias Agrícolas del presente año formaron parte de la simbólica ceremonia.
Fotos por Carlos Díaz / Prensa RUM
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