Conversan sobre el cambio climático
Conversan sobre el cambio climático
Por Rebecca Carrero Figueroa
rebecca.carrero@upr.edu
PRENSA RUM

viernes, 23 de septiembre de 2011

Entre los participantes se encontraba el profesor Aurelio Mercado Irizarry quien advirtió sobre el avance del mar hasta la costa.
Entre los participantes se encontraba el profesor Aurelio Mercado Irizarry quien advirtió sobre el avance del mar hasta la costa.
Mucho se ha hablado sobre el tema. Sin embargo, aún quedan aspectos que deben considerarse a la hora de analizar el cambio climático y sus repercusiones en la vida del ser humano. Con el propósito de establecer un diálogo que lleve a la implantación de medidas que promuevan el bienestar de los ecosistemas y sobre todo, de las costas puertorriqueñas, el Centro Hemisférico de Cooperación en Investigación y Educación en Ingeniería y Ciencia Aplicada (CoHemis) del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) convocó a expertos en el tema para auscultar las acciones que pueden tomarse para atender esta problemática.

"Este diálogo, debe llevarnos a desarrollar iniciativas", así se expresó el doctor Fernando Gilbes Santaella, director de CoHemis al dar inicio a la actividad. En la misma, participaron: el profesor Aurelio Mercado Irizarry y el doctor Francisco Maldonado Fortunet; Israel Matos, José Juan Terrasa Soler y Ruperto Chaparro Serrano.

"El hecho de que seamos una isla implica que estamos conectados al sistema terrestre, por lo que todo lo que ocurre en otro lugar, también nos afecta", sostuvo Gilbes Santaella, quien también dirige el Departamento de Geología.

El catedrático aclaró que este foro es parte del acuerdo Coastal Area Climate Change Education Partnership (CACCE) que agrupa 51 entidades en Latinoamérica y España. A este proyecto colaborativo se une además el Hillsboro County Public School, la Universidad del Sur de la Florida (USF) y el Florida Aquarium. Se trata de una alianza para la educación y el cambio climático en áreas costeras que cuenta con la subvención de la Fundación Nacional de la Ciencia.

"Estamos conscientes, pero no tomamos las medidas. ¿Por qué el Gobierno, la Academia, el ciudadano común, no toma unas medidas concretas? Es como si pensáramos que no nos va afectar inmediatamente. Necesitamos cambiar la mentalidad; mejorar la educación", apuntó.

Para el director del Servicio Nacional de Meteorología, Israel Matos, "el cambio climático ocurre por las actividades humanas. Hasta hace dos años, el Gobierno de Estados Unidos no lo había aceptado ni sus repercusiones".

De acuerdo con Matos, su alcance incluye eventos de precipitación fuerte, que en el caso de Puerto Rico, son cada vez más frecuentes y que se proyecta, continuarán. Además, señaló sus consecuencias para la salud humana, la vulnerabilidad para quienes tienen menos recursos y el estrés de algunas especies como respuesta a los cambios en la temperatura.

"Necesitamos un Programa de Climatología en Puerto Rico para determinar cuáles son las tendencias en general y ayudar a tomar las decisiones que se requieren. Esto serviría como base a la hora de que la Junta de Planificación otorgue sus permisos", reiteró el meteorólogo.

Por su parte, el doctor Aurelio Mercado Irizarry, del Departamento de Ciencias Marinas del RUM, dio a conocer que, "esta década demuestra una disminución en el calentamiento. En el caso de Puerto Rico, los dos mareográfos más antiguos con los que contamos, uno en Magueyes y otro en la Puntilla, en San Juan, demuestran como tendencia el que el mar se mantenga plano".

De acuerdo con el experto, esto, sin duda es uno de los factores que incide sobre el ambiente y propicia el avance del mar hasta la costa.

No obstante, los centros urbanos no son los únicos que están bajo la amenaza del aumento del nivel marítimo. Según José Juan Terrasa Soler, director de Planificación y Desarrollo del Distrito de Convenciones de Puerto Rico, se debe atender el impacto ambiental sobre la actividad turística, ya que muchos de los atractivos del País están localizados en la costa.

"Tenemos que mejorar la planificación y adaptarnos al cambio climático, mediante el reuso de instalaciones. Esto responde a la Ley número 254 del 2006 que reglamenta el turismo sostenible y el desarrollo de hospederías verdes en la Isla", señaló el también arquitecto paisajista y profesor.

Entre las medidas propuestas por Terrasa Soler se encuentra la planificación a largo plazo mediante una herramienta de diseño especulativo que permita imaginar cómo sería el paisaje con baja elevación del mar. Asimismo, se pueden crear humedales artificiales y hasta reubicar las residencias que están edificadas en las costas.

Del mismo modo, continuó el doctor Francisco Maldonado Fortunet, quien subrayó que los efectos del cambio climático requieren mayor rigurosidad al momento de desarrollar infraestructura.

Para el catedrático de Ingeniería Civil y codirector de CoHemis, un estudio de la Agencia de Protección Ambiental evidenció un aumento de dos grados Fahrenheit en la temperatura, además del crecimiento poblacional.

"De 1935 al 1990, nuestra población aumentó cuatro veces. Casi cien por ciento de la costa está ocupada por infraestructura. Si esta tendencia continúa, la mitad de Puerto Rico estará tan densamente poblada como el área metropolitana".

Un ejemplo de la pobre planificación es lo que ocurre en la comunidad Corozo, en Cabo Rojo, sector que siempre se inunda tras un evento fuerte de lluvias.

"Esta comunidad está localizada mayormente en la costa. Mediante la acción participativa, los estudiantes laboran en el Instituto Universitario para el Desarrollo de las Comunidades donde tienen la oportunidad de aplicar las prácticas adecuadas de ingeniería mientras buscan una alternativa a la situación del sector", explicó Maldonado Fortunet.

De hecho, las prácticas reguladas por la política pública en el País, parecen ser el factor común que también señaló el último de los participantes. De acuerdo con Ruperto Chaparro Serrano, director del Programa Sea Grant, la mayor de las dificultades es la delimitación de la zona marítimo terrestre.

"Es increíble cómo se autoriza la construcción en manglares y se extrae arena deliberadamente. Esta práctica de desarrollo en los llanos costeros no es inteligente. Llegará el momento que nos quedaremos sin arena debido al aumento en el nivel del mar", manifestó Chaparro Serrano.

El director de Sea Grant evidenció fotográficamente el problema de malas construcciones a orillas de la playa e instó a que se concrete una solución definitiva que "nos lleve al futuro que queremos".


CoHemis celebró un foro enfocado en auscultar medidas que promuevan el bienestar de las costas.

Fotos Carlos Díaz / Prensa RUM