viernes, 9 de mayo de 2003
De nada sirve el conocimiento si no se transforma en acción.
Así resumió una estudiante la mayor lección que aprendió al hablar sobre su experiencia de servicio comunitario como parte de la iniciativa Investigación Acción Participativa que coordina la profesora Luisa Seijo, directora de proyectos del Instituto Universitario de Apoyo a las Comunidades con sede en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM).
Más de 200 estudiantes de los recintos de Mayagüez, Aguadilla, Arecibo y Río Piedras presentaron recientemente en el RUM los resultados de sus trabajos de investigación y gestiones de apoyo técnico, que llevaron a cabo en 47 comunidades marginales de la Isla.
La formación académica no puede estar divorciada de los procesos que ocurren en escenarios reales fuera del recinto universitario, afirmó la profesora Seijo, quien destacó además que parte de la misión de la Universidad de Puerto Rico como institución pública es promover el desarrollo del país.
La composición interdisciplinaria de los equipos estimula a los estudiantes para que busquen soluciones desde diversos ángulos, a la vez que ponen en práctica las herramientas que han adquirido en sus respectivas áreas. Por ejemplo, los estudiantes de ingeniería fueron quienes evaluaron las condiciones de infraestructura, añadió la profesora.
Los grupos de trabajo identificaron necesidades, problemas sociales así como materiales y generaron ideas que sirvieron de base para iniciar un proceso de mejoramiento en conjunto con los líderes comunitarios y las agencias gubernamentales pertinentes.
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Tal es el caso del equipo de estudiantes que instauró un centro de tutorías e inició una biblioteca-filmoteca en la comunidad El Retiro de San Germán. Otro gestionó el establecimiento de un vivero de plantas ornamentales administrado por la comunidad en el barrio Bairoa la 25 de Caguas, y en la comunidad el Cerro de Naranjito se organizó un grupo 4-H para promover la agronomía, por mencionar algunos.
Como parte de esta iniciativa, los estudiantes organizaron además actividades recreativas, deportivas, educativas y de limpieza y ornato. También coordinaron orientaciones sobre salud, sexualidad, nutrición, o cómo emprender pequeños negocios.
Algunos estudiantes relataron que este fue su primer contacto con las realidades que son el pan nuestro de cada día para miles de puertorriqueños y se manifestaron conmovidos por la experiencia de servicio. Nos hicimos amigos, Ahora yo sé lo difícil que es ser maestro, Pude entender muchas cosas, fueron algunas de las expresiones con que los estudiantes manifestaron el impacto que tuvo en ellos esta experiencia de conocimiento aplicado.
Otras comunidades que se beneficiaron de esta iniciativa fueron Cuesta las Piedras de San Germán, Residencial Carmen, los barrios Balboa, Boquilla y La Salud de Mayagüez; sector La Vía de Aguadilla, Monterrey en Vega Alta, Parcelas Lavadero y comunidad el Burén de Hormigueros y Loma Bonita en Sabana Grande. |