Microscopio Electrónico de Rastreo

 

El Microscopio Electrónico de Rastreo (MER) tiene varias particularidades que lo distinguen de los microscopios de luz convencionales. Por ejemplo, la fuente de iluminación no es una lámpara, sino que se “ilumina” a la muestra con un haz de electrones. Esto tiene dos implicaciones principales.  Primeramente, los lentes del microscopio no podrán ser de vidrio, pues los electrones son partículas muy pequeñas que no lograrían atravesar ese tipo de lente. El MER usa lentes electromagnéticos para dirigir el haz de electrones hacia la muestra bajo estudio. En segundo lugar, el microscopio debe operar bajo vacío para evitar que el haz de electrones se desvíe (al chocar con partículas que forman parte de la atmósfera) y lograr que dicho haz alcance la muestra y la excite. La muestra excitada, a su vez, emitirá electrones que serán recogidos por un detector para formar, en la pantalla de un monitor, una imagen del espécimen muy ampliada y decididamente tridimensional.

 

 

La preparación de muestras para MER también es significativamente diferente de lo que se requeriría para microscopía de luz convencional.  Por un lado, toda el agua contenida en el espécimen tendrá que ser cuidadosamente removida tratando de evitar distorsiones e incluso colapso, lo cual representa un reto considerable dado que la mayoría de las muestras biológicas se componen en más de 70% de agua.  La deshidratación resulta imprescindible para evitar que el agua de la muestra contamine el microscopio y afecte el vacío requerido para su funcionamiento.  Por otro lado, al remover el agua el espécimen reduce considerablemente su capacidad para conducir electrones, por lo que el haz de electrones, que puede ser de hasta 30,000 voltios, podría ocasionarle daños severos.  Para prevenir este tipo de daño, toda muestra biológica es recubierta con una capa muy delgada de algún material electro-conductivo previo a su estudio en el MER.  En el Centro de Microscopía del RUM las muestras biológicas se recubren con oro.

 

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Micrografías con Color Artificial

 

Aunque las imágenes producidas por el Microscopio Electrónico de Rastreo son en blanco y negro, es posible añadirles color usando programas de procesamiento de imágenes tales como Adobe Photoshop.

 

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Imágenes Tridimensionales (“Stereo Pairs“)

 

Los seres humanos, como otros animales, poseemos visión estereoscópica.  Esto significa que tenemos la capacidad de ver en tres dimensiones – de discernir la profundidad de las estructuras y la distancia a la que se encuentran distintos objetos.  Esta capacidad se relaciona con la posición de nuestros ojos.  Aunque están separados uno de otro tan sólo por unos pocos centímetros, cada ojo posee una perspectiva distinta; es decir, cuando miramos un objeto la imagen capturada por el ojo derecho y aquella recibida por el izquierdo no son idénticas.  El procesamiento, en el cerebro, de las diferencias entre dichas imágenes es lo que nos permite juzgar distancias y distinguir profundidad.

 

Este mismo fenómeno puede ser replicado en microfotografía.  Por ejemplo, usando el microscopio electrónico de rastreo puede crearse una imagen compuesta por dos fotos levemente desplazadas una con relación a la otra, que correspondan a las imágenes que percibirían individualmente cada uno de nuestros dos ojos.  Esto es lo que se conoce como “stereo pairs” y lo que se muestra en las fotos a continuación.  En cada caso se verán solapadas una imagen roja – que representa la perspectiva del ojo izquierdo; y una azul – correspondiente a la del derecho.  Para que el efecto tridimensional se aprecie, cada ojo deberá percibir únicamente la imagen que le corresponde (la roja, el ojo izquierdo; y la azul, el derecho), por lo que será necesario usar gafas estereoscópicas con un filtro azul (“cyan”) y uno rojo.

 

 

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