El avalúo continúa vivo en Artes y Ciencias
Por Cynthia Maldonado Arroyo
Decanato de Artes y Ciencias
El avalúo es una herramienta fundamental para el desarrollo y el mejoramiento continuo de toda empresa, organización e institución universitaria. Consciente de ello, la Facultad de Artes y Ciencias (FAC) del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) ha mantenido el avalúo vivo en sus procesos, pues le permite avanzar en su misión y en la de la institución.
Ciertamente, el avalúo en Artes y Ciencias ha atravesado distintas etapas en la pasada década; sin embargo, y a pesar de los recientes retos que han enfrentado el país y la Universidad, el avalúo en este colegio ha perseverado gracias al compromiso de un grupo sobresaliente de profesores y profesoras con la educación y con el rol imprescindible de la UPR en el proyecto de país.
Una de las iniciativas gestadas en dicho periodo fue Avalúo Plus, una revista para la divulgación del quehacer relacionado al avalúo del aprendizaje en Artes y Ciencias. La revista, que ideó el doctor Mario Núñez Molina, catedrático de Psicología, mientras fungía como decano asociado de Avalúo y Tecnologías de Aprendizaje de la FAC, representó un “escenario para informar, compartir, debatir, enseñar y aprender sobre las diferentes expresiones del avalúo”.
De acuerdo con el doctor Víctor J. Rivera, presidente del actual Comité de Avalúo de la FAC, y catedrático de Estudios Hispánicos, en aquel momento, el enfoque principal era el avalúo del aprendizaje. “Cada departamento tenía un coordinador de avalúo encargado de estimular y realizar el avalúo dentro de los departamentos”, indicó. A través de reuniones mensuales, dicho componente creaba un espacio para discutir ideas, presentar propuestas de avalúo e informes de progreso y reportar los resultados del avalúo.
“Mario tenía esa visión, y creo que la logró muy bien”, expresó el catedrático.
Durante el año académico 2013-2014, el profesor Félix Zapata, como decano asociado de la misma oficina, convocó a un grupo de profesores, algunos de los cuales habían colaborado en el esfuerzo del doctor Núñez, para constituir el Comité de Avalúo de la Facultad de Artes y Ciencias. En ese momento, nombran al doctor Rivera presidente de dicho cuerpo.
En sus inicios, de acuerdo con el doctor Rivera, este nuevo comité se enfocó en mirar al pasado y ver lo que se había logrado, mientras se reactivaban los ciclos de avalúo del aprendizaje.
Al comité también se le delegó la tarea de realizar el avalúo administrativo de los departamentos, lo que representó un reto para el grupo, porque nunca lo habían hecho. Pese a ello, y a que muchos tampoco habían trabajado con avalúo fuera del salón de clase, el grupo perseveró, logró reclutar coordinadores para todos los departamentos y pudo realizar el trabajo exitosamente.
Una vez logrado esto, el comité procedió a engranar con el comité timón de Middle States del RUM, de manera que no hubiese esfuerzo duplicado. “A partir de ahí, la meta primera era lograr que todos los departamentos hicieran un plan de avalúo del aprendizaje, y eso se logró en su mayoría”, comentó el doctor Rivera.
Los planes de avalúo del aprendizaje de los departamentos representan la herramienta principal del comité. El coordinador departamental es responsable de desarrollar el plan, en ocasiones, junto al comité de avalúo del departamento, que luego tiene que recibir la aprobación del comité de la facultad.
“A partir de ese plan, se desarrolla contenido. Dentro del plan, hay unos ciclos de avalúo que se realizan en periodos de tres años. Los departamentos van rindiendo informes periódicos de esos ciclos al comité”, explicó el catedrático.
De acuerdo con el doctor Rivera, las funciones del comité incluyen tomar decisiones con relación a la estructura y el contenido de los planes –del aprendizaje y administrativos–, monitorear el proceso y rendir informes de progreso de cada plan y ciclo de avalúo.
El comité además “ofrece un espacio de discusión cuando surgen retos. Cada departamento tiene sus peculiaridades, pero hay áreas de convergencia y esa convergencia tratamos de resolverla porque nos atañe a todos por igual”, señaló el doctor Rivera.
“Los coordinadores nos traen situaciones que ocurren dentro del departamento en el proceso de planificar o realizar un ciclo de avalúo, que fue discutido por el comité del departamento, y a veces hasta con el director o la directora del departamento”, detalló el catedrático. Cuando es necesario, la discusión se lleva a la oficina del decano de la facultad. “Eso es lo que hace el comité de la facultad en cierta manera, crea orden en el caos”, expresó.
Al final de cada año académico y de cada ciclo de avalúo, el comité se reúne para compartir el progreso y los resultados obtenidos, lo que representa para el doctor Rivera una de las actividades más satisfactorias del comité, “porque ya sabemos que están haciendo algo, que hay movimiento”. “Lo segundo es aprender de lo que ellos han aprendido. Nosotros aprendemos uno del otro todo el tiempo, y ese es, en parte, el propósito del comité”, destacó.
En ocasiones, gracias a esta comunicación, la práctica de un departamento se uniformiza y se convierte en un ciclo permanente para todos los departamentos de la facultad.
Como presidente, el doctor Rivera es testigo de cómo, a pesar de los retos y las limitaciones recientes, el comité ha permanecido comprometido con esta labor. “Es un compromiso real, sin ninguna motivación externa, sino intrínseca; eso lo hace más valioso”, manifestó. Para este grupo de profesores, independientemente de los desafíos, “lo esencial es mantener corriendo los planes y los ciclos de avalúo. Ese mejoramiento continuo tiene que seguir”, recalcó el doctor Rivera.
Otra de las metas del comité es comenzar a realizar avalúo a nivel programático, además del que se hace en el salón de clase, para de esta manera asegurar que el estudiantado se gradúe con las destrezas englobadas en los objetivos de los departamentos.
“Ahora los cursos se convierten en intervenciones que tratan de lograr, longitudinalmente, ese proyecto”, indicó el doctor Rivera. Para lograrlo, el comité está identificando cursos medulares, de manera que todas las destrezas estén contenidas en ellos.
De la misma manera que los departamentos de Artes y Ciencias han avanzado en el avalúo, desarrollando ideas para promover el mejoramiento continuo, el doctor Rivera observó que había otras facultades del RUM con el mismo interés. Por esta razón, junto con la Oficina de Planificación, Investigación y Mejoramiento Institucional (OPIMI), han organizado una Cumbre de Avalúo.
El evento, que tendrá lugar en este recinto en agosto de 2018, será uno histórico porque reunirá a los representantes de avalúo de todas las facultades académicas del RUM, incluso al sector administrativo.
“Parte de lo que he visto es que todos estamos interesados en hacer esto para aprender las prácticas de los demás”, observó el presidente del comité. “Para eso está el avalúo, para mirar tus prácticas actuales y ver cómo las puedes mejorar. Por eso las conversaciones con otros colegas son bien importantes”, consideró.
De hecho, la planificación del evento ha movilizado a distintas oficinas del recinto a nombrar coordinadores de avalúo y a retomar reuniones con este propósito. “Eso era parte de lo que se quería lograr, sincronizarnos, movernos”, manifestó el catedrático.
Ante los cambios y las reorganizaciones que pudiera ver la Universidad, el doctor Rivera reitera que el avalúo no debe desaparecer de la discusión, porque, a pesar de ser un trabajo intenso, “si se hace bien, consistentemente, estás tomando un sistema y estás mejorándolo; por eso se llama mejoramiento continuo”.
“No nos podemos dejar caer”, sostuvo.
En la reunión del Comité de Avalúo de la Facultad de Artes y Ciencias el 10 de mayo de 2018, se presentaron informes de progreso de
los departamentos y el Dr. Héctor J. Carlo, director asociado de la OPIMI, compartió con el comité los servicios de dicha oficina.
Para conocer más sobre los esfuerzos del Comité de Avalúo de la FAC, visite su página en http://www.uprm.edu/avaluo-facultad-ac/.