El doctor Edwin J. Asencio Pagán, director interino del Departamento de Ciencias Sociales (CISO), explicó las cinco fases del estudio, titulado Resiliencia Comunitaria. La primera parte se caracteriza por el ímpetu de los alumnos en describir las situaciones que presentaron los residentes antes y después del fenómeno; cómo se prepararon y luego cómo reaccionaron, respectivamente. La segunda, le dedicó tiempo a discutir los efectos de las inundaciones y cómo los habitantes buscaron ayuda durante la crisis.
Posteriormente, analizaron el Síndrome del Estrés Postraumático (PTSD), el cual hoy aflige a muchas personas que viven en estas zonas afectadas. Además, los estudiantes ampliaron la búsqueda para identificar otros padecimientos similares directamente vinculados con el paso del ciclón.
Otra fase de la investigación se enfocó en la política y seguridad pública en estos sectores, ya que hubo residentes que quedaron a la merced del tiempo; sus vidas y propiedad estuvieron en riesgo y, por lo tanto, también se decidió estudiar el toque de queda y cómo ayudó en la prevención de delitos.
Actualmente, se está examinando la costa de Rincón, específicamente la resiliencia y los vínculos económicos que tienen tres sectores: los dueños de negocio, los pescadores y las pescaderías, para así delinear su proceso de recuperación.
“La colaboración de la Universidad de Puerto Rico (UPR) con estos sectores promueve la labor creativa y resalta la importancia de la cultura de investigación científica en áreas de donde recibimos a cientos de estudiantes residentes”, declaró Asencio Pagán.
Por su parte, Ruperto Chaparro Serrano, director del Programa Sea Grant de la UPR, que cuenta con las áreas de extensión marina, educación e investigación científica, informó que la entidad subvenciona al proyecto Resiliencia Comunitaria luego de que el principal investigador sometiera una propuesta, la cual fue evaluada y aprobada.
De hecho, según relató, este esfuerzo inició con una subvención de fondos semilla para ayudar a las comunidades que fueron impactadas por los huracanes Irma y María, liderada por los doctores Asencio Pagán y Manuel Valdés Pizzini, catedrático jubilado de CISO.
“Sea Grant tiene una responsabilidad y un mandato de ayudar a hacer más resiliente a esas comunidades costeras vulnerables. Esto se hará mediante la educación y el contacto con agencias que puedan socorrerlas”, subrayó Chaparro Serrano.
Una de las participantes fue Nashaly Acevedo Rodríguez, estudiante de Ciencias Políticas, quien analizó la resiliencia económica de un grupo de pescadores y comerciantes de los municipios de Cabo Rojo y de Mayagüez.
La alumna recopiló los desafíos que enfrentaron, como, por ejemplo, la pérdida de materiales y la falta de electricidad, tras María. La pesquisa demostró que los dueños de comercios presentaron características de resiliencia, ya que se prepararon y se reinventaron antes y después de la catástrofe.
“Conocí la importancia y el sufrimiento de los pescadores, las necesidades que pasan. Pude aprender que existen distintas comunidades y sectores en nuestra sociedad que pasan por efectos que quizás no se atienden como deberían ser, y esto puede mejorar”, opinó Nashaly.
Al mismo tiempo, Santos Rivera Cardona, alumno de Ciencias Políticas y también asistente de investigación, se concentró en estudiar la seguridad pública, ya que el equipo notó que muchas personas temieron por su bienestar y por sus propiedades.
Se enfocaron específicamente en una comandancia del área oeste, para observar el rol de la policía y su experiencia luego del desastre en garantizar la seguridad pública a residentes de las áreas previamente identificadas.
“Nosotros, los universitarios con empatía, tomamos en cuenta cuán endeble es nuestra gente, y, desde la academia, investigamos con el fin de que el gobierno tome acción y el pueblo se beneficie”, afirmó Santos.[/vc_column_text]
