Lilliam M. Larregoity Pérez
El arte después del diálogo
Tinta regada
1 de mayo de 2025
[Obra en el encabezado: “Broken Dialogue…” por Ezequiel Jiménez.]
Actualmente, ¿el arte se desarrolla por curiosidad, necesidad, vocación o simplemente llamar la atención en redes sociales? Me cuestiono esto, aunque pueda saber la respuesta, o al menos pienso que la sé cuando en realidad no la tengo tan clara. Me interesa profundizar en la verdadera importancia del arte hoy día.
Quienes estamos en la disciplina de las artes observamos las repercusiones de tener videos accesibles en las redes sociales. Por un lado, podemos encontrar aprendizaje con técnicas innovadoras, pero por otro lado, también hay repetición en contenido para aumentar números, si bien desinformando o informando con poca certeza. La validez de todo lo que se crea y se sube en un video o en una foto puede ser considerada para algunos como la máxima creación innovadora cuando está plasmada en ocasiones de pastiche. ¿Esto realmente es creación o no? Quizás sí o tal vez no, dependiendo de los ojos que lo observen. Entonces surge cuestionarse si es un mecanismo de sobrevivencia social en la era digital.
Con esto en mente, decidí preguntar ,por curiosidad, a estudiantes que está tomando arte, ¿cómo era su vida antes y después del 2020? Luego de sus elocuentes respuestas les planteé dos preguntas: ¿Antes del 2020 tenían su celular o dispositivos electrónicos en sus clases con ustedes o no? ¿Después del 2020 tenían su celular o dispositivos electrónicos con ustedes en sus clases haciendo otras cosas? Casi al unísono, sus respuestas fueron que hacían uso de sus dispositivos electrónicos con mayor frecuencia después del 2020.
¿Es posible adaptarnos a la nueva realidad e incorporar esta nueva realidad en el arte? ¿Nos facilita el desarrollo de ideas o nos aleja del desarrollo de ideas genuinas? Pero, ¿qué puede ser genuino en el arte? Entiendo que hacer del arte genuino es un elemento que se debe explorar y fomentar.
Un factor muy probable fue que la mayoría de las personas no podían salir a trabajar, por lo cual un sector visualizó el arte como una fuente de ingreso alterna donde se puede mercadear a distancia en las redes sociales u otras plataformas electrónicas. De igual manera, se vió el arte como fuente terapia escapando de la realidad del momento, así como había más tiempo de ocio para crear y expandir la creatividad. Esto creó la urgencia de desear aprender, crear y explorar medios artísticos y estilos diversos. Incorporar el recurso del internet era necesario para conectar externamente e internamente e investigar el mundo artístico.
En la charla virtual con el Proyecto Nuevos Horizontes en el 2024 titulada “La era digital y el arte” con cuatro artistas puertorriqueños de diferentes generaciones y experiencias creativas, se dialogó sobre los “pros” y “contras” del uso de constante de las herramientas digitales a lo que se llegó a la conclusión que puede ser beneficioso dependiendo de cómo lo utilicemos. Coincidimos que no es negativo integrar estas herramientas, ya que lo que hace genuino el arte en el ser humano son las emociones. También se mencionó, que en siglos pasado, ocurría lo mismo sin la existencia de redes sociales y recursos digitales.
Las experiencias de las nuevas generaciones serán y son totalmente distintas de quienes llevamos más de veinte años en el ambiente de las artes. Los videos en las redes son cortos y breves para atención en lapsos de segundos. Esto me llevó a conversar con estudiantes, quienes en su mayoría expresaron que sentían que no tienen paciencia para largos procesos de creación en técnicas artísticas. Este aspecto se pudiera considerar relativos o distinto, dependiendo del proceso creativo individual. Lo más accesible que tiene la mayoría es ver videos, en diversas plataformas, donde el proceso creativo se muestra de manera acelerada el comienzo y el resultados final.
Es evidente, que los recursos digitales y redes sociales, ha logrado una fusión cultural, visual y técnica que fomenta el interés por el arte. La nueva realidad está acomodada por los dispositivos electrónicos. Podemos alejarnos de ellos, pero siempre regresamos a las pantallas iluminadas. Mantener lo genuino en emociones y expresión artística. Como dice la reflexión de Ramón de Campoamor y Campoosorio: “Todo depende del color del cristal con el que se mire.”
