Baruch Vergara
Reencuentro A14
Tinta regada
1 de agosto de 2025
Las historias de esas películas románticas se nos antojan a todos. Toda una vida llena de ilusiones, tropiezos azarosos y decepciones amorosas se resumen en 2 horas. La trama juega un papel crucial, donde los días de tedio y esfuerzo pasan desapercibidos porque nuestros artistas favoritos nos cautivan de tal manera evocadora, que al otro día emprenderíamos ese afán, convencidos que vale la pena la aventura.
Terminé el bachillerato en Artes Plásticas en Puebla y me decidí “avere un’esperienza in Italia” así es como me lo vendió Mario Benedetti (el artista grabador, no el poeta) Él llegó a Puebla en 1993 a dar un curso de grabado y yo fui su asistente. La mencionada energía del film se despertó en mí. Quería sentir esa incertidumbre que es la libertad, fare all’artista, sin rumbo, solo a ver qué pasa, como tirarse al vacío, sin plan, sin programa. Cuando tienes las alas abiertas sólo lo que está en contra, te puede hacer volar. Así de pleno, te arrojas, y el aire te impulsa a nuevos horizontes.
En Italia, Mario me presentó con Daniela Lorenzi y un grupo de jóvenes artistas como yo que comenzaban a gestionar un estudio-taller de grabado. Algunos habían sido estudiantes de Mario, otras bailarines, fotógrafos o diseñadores. Se estaban acomodando en su futuro oficio. Es la energía de la juventud que intuye. Muchos planes, conversaciones, discusiones (al fin italianos) pero mucha ilusión y ganas de crear, organizar, proyectar. Ahí estuve colaborando y frecuentando su taller los primeros meses. Participamos en 2 exposiciones colectivas que Mario gestionó para sus estudiantes y hacíamos proyectos en conjunto. El ambiente artístico era mágico al menos para mí, muy participativo y lleno de energía.
Eso es lo que ocurría ahí, en esos días, cuando el Atelier 14 se estaba gestando y seguiría cogiendo forma y rumbo, así como yo volví a México continuando el mío. Mario, Daniela y otros artistas fueron después a México a dar otro curso a la Universidad de las Américas en Puebla donde puede ser su anfitrión.
Sólo volví a Milán en 2003 por una exposición que tuve en Bérgamo donde compartimos brevemente en su taller, pero no trabajamos mano a mano en ningún proyecto.
Así pasaron treinta verdaderos años para que Daniela y yo nos volviéramos a encontrar en su taller a Milano para trabajar juntos en el pasado verano de 2024. Claro que nos hemos mantenido en comunicación, por Skype, correo electrónico o whatsapp, aunque no con la frecuencia que quisiéramos. Sin embargo, la belleza de la verdadera amistad es que se mantiene intacta mientras más años pasan. Por ello, como artista presente en la fundación del Atelier 14, me invitó a hacer una residencia artística y también producir un pequeño libro de estampa para participar al trentesimo aniversario del Atelier 14.
En esta residencia también estuve trabajando en unas placas para un portafolio en homenaje a los maestros grabadores que me han formado. Y por supuesto uno de ellos es Mario Benedetti, el cual intervendrá una placa mía y yo una suya creando un portafolio de 6 estampas junto con otros dos de mis maestros del grabado. Fue muy grato reencontrarlo en su estudio a Bérgamo junto a Zlata su esposa. Le dejé la placa a Daniela, quien la imprimirá junto a Mario, falta que él me entregue la suya.
La pasión de Daniela y su entrega a este oficio la han colocado a un nivel muy reconocido en la esfera italiana de la Stampa italiana. Ella hace colaboraciones con artistas de todo tipo, incursiona en la edición de libros de artistas junto a poetas, arquitectos, diseñadores de moda y todo tipo de artista que desee un trabajo de calidad en la gráfica. Ella no ha soltado el dedo del renglón y su experiencia constante le dieron las credenciales para otorgarle una plaza docente en la Academia de Brera como profesora de grabado.
Su taller es muy activo, siempre hay asistentes o estudiantes haciendo investigación o catalogación de todo su archivo de ediciones que ha hecho o colaborado. También asisten artistas o fotógrafos que van a pedirle asesoría o uso del taller para imprimir. Jóvenes y no tan jóvenes se encuentran ahí para discutir proyectos o hablar de las últimas exposiciones que están presentes. Se come al pranzo en el mismo taller, todos traen alguna cosa comprada o preparada por ellos y se comparte en la pequeña mesa junto a la cocina que está cerca de las tarjas de los mordentes del metal, bueno, ¡es un taller! Mientras comemos berenjena de casa o focaccia del negocio cercano, se sigue platicando con el artista que esté de visita ese día. Y claro al final, chi vuole el caffѐ?
Entre varios proyectos que estamos planificando, está un intercambio gráfico entre estudiantes de grabado de Italia, Puerto Rico también se unirá México. La bondad del grabado permite hacer este tipo de colaboración simultánea que enriquece la hermandad entre naciones y artistas.
Este reencuentro fue una bocarada, nuevamente ese aliento que te hace soñar, expandir la mirada, recobrar ilusiones. El pasado está en el presente nutrido y con ganas de crear.
