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15 de diciembre de 2025
8:00 p.m. (7:00 p.m. ES/T)
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Carlos Luna, artista plástico
y
Carlos A. Peón Casas, autor, traductor, profesor
Universidad de Camagüey
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MC: Jeffrey Herlihy-Mera
Respondent: Baruch Vergara
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Enlace para unirse a la charla: MSN Teams
Grupo Focal: Creatividad y sus alcances



Las presentaciones de Carlos Peón y Carlos Luna fueron profundamente impactantes y emotivas, especialmente dentro del contexto de eventos como *Relatos isleños: la otra ala Cuba*, que resultan tan necesarios. Desde el inicio de su intervención, cuando Luna comparte aspectos de su vida personal ligados a Cuba, se percibe una carga emocional genuina que atraviesa toda su narrativa. Escuchar sobre la influencia decisiva de sus abuelas y sobre cómo su crianza en la isla contribuyó a formar su identidad y su trayectoria profesional fue especialmente revelador. Su testimonio pone en evidencia la importancia de la memoria, la cultura y las raíces en la construcción del ser.
Espacios como este son valiosos porque permiten escuchar, reflexionar y dialogar sin discursos rígidos ni definiciones impuestas. No buscan explicar qué es Cuba, sino acercarnos a ella desde vivencias personales, miradas diversas e historias que rara vez aparecen en los relatos tradicionales. La combinación de arte, escritura y conversación facilita que los temas surjan de manera orgánica, desde lo cotidiano hasta experiencias más complejas como emigrar, quedarse o reconstruirse en otros lugares.
Además, estas voces desde Cuba generan ecos en otras realidades caribeñas, como la de Puerto Rico, donde también existen cuestionamientos constantes sobre identidad, pertenencia y futuro. Más que ofrecer respuestas cerradas, estos encuentros nos invitan a escuchar, conectar y replantearnos lo que creemos saber.
La presentación tanto de Carlos Peón como Carlos Luna me parecieron sumamente interesantes y emocionantes. Tan solo con el comienzo de la charla, cuando Luna habla un poco acerca de su vida personal en relación con Cuba, ya comencé a sentir la emoción detrás de la charla. Conocer acerca del gran impacto y rol que tuvieron sus abuelas, así como su crianza en Cuba para formar lo que es él actualmente y todo lo que ha logrado, fue muy conmovedor. Ver cómo él relata la importancia de ese sentido de cultura e identidad para uno desarrollarse como persona realmente nos muestra cuán importante es conocer nuestra historia, la de nuestro país y la de nuestra familia.
Las personas se van formando a partir de lo que las rodea; la crianza es sumamente importante, pues de ahí surgen nuestros valores, nuestra cultura y la manera en que vivimos y entendemos el país. De estos elementos nace nuestra personalidad, la cual se reflejará en donde sea que nos desenvolvamos como individuos.
Él expresa que las obras nos ofrecen la oportunidad de aprender y de conocernos mejor como seres humanos, y ahí mismo menciona lo importante que es el expresarse. También deja claro que Cuba es una gran parte de él, pues afirma: “Cuba vive en mí” y “tengo memorizado el olor de sus playas”. Constantemente recalca la importancia de su país en su labor artística y personal. A partir de esto, me surgió la siguiente pregunta hacia él: ¿Cómo considera que sería su relación con Cuba si el arte no hubiese formado una parte tan importante de su vida como lo es actualmente?
Es de sumo interés, cómo el arte ha permitido que muchos artistas logren expresarse y mostrar una realidad que muchas veces no es demostrada debido a los estigmas de la sociedad que han sido impuestos sobre una idea o un país. Es por esto que espacios como Relatos Isleños:la otra ala de Cuba, permiten conocer diferentes perspectivas e historias que muchas veces no se conocen debido a una mentalidad cerrada. Aquí, el arte se presenta como un medio para preservar la identidad, la memoria y la riqueza del país, la cuales se mantienen vivas en cada una de las obras. Además el arte permite a los artistas reconectar con su cultura, expresarla desde nuevas perspectivas y educar a otros a través de ella. Las vivencias que comparten estas personas permiten que los espectadores se conecten con el artista de manera más profunda y comprendan su realidad desde lo humano. Asimismo, estas experiencias generan vínculos con otros países, donde las personas pueden sentirse identificadas y reflexionar sobre sus propias vivencias. La libertad con la que se presentan estas conversaciones permite que el espectador continúe pensando sobre las historias que ha aprendido a lo largo de su vida, promoviendo una reflexión más profunda sobre identidad, cultura y memoria.
Eventos como Relatos isleños: la otra ala Cuba hacen falta porque crean un espacio donde se puede escuchar, pensar y dialogar sin filtros ni ideas prefabricadas, no para explicar Cuba ni definirla, sino para acercarse a ella desde historias, miradas y experiencias que muchas veces no aparecen en los discursos tradicionales y que invitan simplemente a sentarse, escuchar y cuestionar lo que creemos saber. Que este encuentro combine arte, escritura y conversación lo hace aún más interesante y es porque permite que los temas sean de manera natural, desde lo cotidiano hasta lo que es vivir entre islas, irse, quedarse o reconstruirse en otros lugares, sin buscar conclusiones cerradas sino dejando preguntas abiertas. Escuchar estas experiencias desde Cuba también provoca conexiones con otras realidades caribeñas, como la de Puerto Rico, donde igualmente cargamos dudas sobre identidad, pertenencia y futuro, y donde estas conversaciones resuenan de forma cercana.
Me parece profundamente enriquecedor que espacios como Relatos isleños: la otra ala Cuba se presenten en el calendario cultural y académico de Nuevos Horizontes. Este tipo de actividades invita a repensar las narrativas sobre Cuba desde una mirada crítica, colaborativa y compartida, trascendiendo la simple geografía para mirar las conexiones culturales, históricas y humanas que nos unen en el Caribe y más allá. La presencia de figuras como Carlos Luna y Carlos A. Peón Casas apunta a un diálogo interdisciplinario entre arte, literatura y pensamiento crítico que puede abrir puertas a nuevas formas de comprender la isla y sus relatos, tanto dentro como fuera de sus fronteras.
En un tiempo donde las historias de migración, desplazamiento y pertenencia resuenan con fuerza en todos los rincones del mundo, incorporar voces que exploran esos temas desde la experiencia isleña; con sus complejidades, contradicciones y esperanzas, es un aporte invaluable. Espacios así no solo celebran la riqueza cultural de Cuba, sino que también fomentan puentes de entendimiento con otros contextos caribeños, como el puertorriqueño, que ha vivido sus propias diásporas y reconfiguraciones identitarias.
Además, este tipo de encuentros posibilita que estudiantes, académicos y público general reflexionen sobre cómo los relatos individuales y colectivos construyen memoria, identidad y futuro. Espero que esta charla genere un diálogo amplio y diverso que continúe mucho después de su fecha, inspirando lecturas, investigaciones y nuevas conversaciones sobre la realidad cubana y su proyección en el Caribe contemporáneo.