Angie Natalia Bustos Lemus
Giro decolonial: ‘Somos muy otrxs, somos sur’
Tinta regada
1 de agosto de 2024
Conocerme entre estas líneas o es más entre mis propias palabras, ha sido todo un proceso de deconstrucción a lo largo de mi vida; hoy me reconozco como una caminante de las orillas y una fiel creyente de que los mundos otros son posibles. Pero llegar hasta este punto no ha sido fácil, encontrarme con mis propias contradicciones y cuestionarme acerca de mi vida personal, vocacional y académica ha sido el reto de mi vida.
He transitado en el descubrimiento de mi identidad como un proceso bien complejo, por lo que, entenderme fuera de los binomios normativos, pero a la vez permitirme identificarme como necesidad y deseo personal, ha sido una de mis mayores apuestas. Esto me ha llevado a comprender mi propia historia bajo otros lentes, entre lo posible, menos normativos. Crecí en una familia tradicional, machista y heterosexual, si se pudiese catalogar así, y a su vez, en espacios que reafirmaban estas posiciones. Sin embargo, el crecer entre el centro y la periferia de mi país (Colombia) me ha encaminado en el cuestionamiento constante sobre las dinámicas externas, preguntarme si realmente lo normativo es la regla y si hay otras formas de habitar menos violentas y más inclusivas.
He revisado poco a poco sobre los movimientos y las teorías feministas, temas raciales y étnicos, diversidades sexuales, apropiaciones culturales y sistemas modernos coloniales, algo que permite pensarme bajo estas múltiples perspectivas. Por lo que, no perderme es un ejercicio diario. Identificar que las realidades son particulares y no universales, nace bajo la premisa sobre un todo diferente; diferentes territorios, diferentes identidades, diferentes lenguas, diferentes formas de existir.
Así, decido comenzar con mi experiencia, ambiciosa creo yo, pero sincera conmigo, porque creo que es necesario y de gran relevancia la coherencia personal, entre lo que piensas, sientes y haces. Y por ello me tomo el atrevimiento de nombrarme, de reconocerme bajo estas líneas y de afirmarme en mis creencias. Quisiera entonces, abordar en este escenario un poco sobre como el giro decolonial, las teorías Latinoamericanas, y/o las epistemologías decoloniales permean mi vida, que siento yo, me han servido de anclaje en un mar de incertidumbre académica para mi quehacer profesional.
Primero, es necesario analizar cómo estas corrientes se han abordado mucho antes de ser nombradas que más que ser observadas bajo diversos exponentes, como entidades, sujetos o instituciones, pueden ser comprendidas por movimientos, prácticas y colectivos: Por lo que, se ha presentado discrepancias frente a sus orígenes, corrientes y aplicaciones. Uno de los acercamientos que se podría realizar es en la lectura de la genealogía del pensamiento decolonial que retomo en “El pensamiento decolonial: desprendimiento y apertura. Un manifiesto” de Walter D. Mignolo en el que evidencia una mirada global desde diferentes momentos y autores como:
Mahatma Gandhi, W. E. B. Dubois, Juan Carlos Mariátegui, Amílcar Cabral, Aimé Césaire, Frantz Fanon, Fausto Reinaga, Vine Deloria Jr., Rigoberta Menchú, Gloria Anzaldúa, el movimiento Sin Tierras en Brasil, los zapatistas en Chiapas, los movimientos indígenas y afros en Bolivia, Ecuador y Colombia, el Foro Social Mundial y el Foro Social de las Américas. La genealogía del pensamiento decolonial es planetaria y no se limita a individuos, sino que se incorpora en movimientos sociales (lo cual nos remite a movimientos sociales indígenas y afros: Taki Onkoy para los primeros, cimarronaje para los segundos) y en la creación de instituciones, como los foros que se acaban de mencionar. (33)
Estos procesos entonces se podrían entender como resultado del movimiento, separación o desprendimiento, de formas tradicionales del saber y del ser derivados de los patrones de la modernidad colonial. En clave hegemónica, heteropatriarcal, racista y clasista que pueden tener su comparativa y/o contraposición, a razón, de los lugares de enunciación en los que se abordan y manifiestan las experiencias y memorias particulares. Por ello, realizo un nombramiento a: Amílcar Cabral, Edward Said, Amie Césaire o Frantz Fanon como pioneros de los estudios poscoloniales en este caso de Asia-África del siglo XX que presentan una gran conexión con los procesos que ocurren en Latinoamérica.
En el discurso del colonialismo de Cesarie se realiza a mi manera de entender una denuncia pública, sobre la inclemencia del colonialismo y su perpetuación en el tiempo, evidencia explícitamente como el hombre no coloniza inocentemente y como lleva a cabo la barbarie de la civilización bajo la negación del sujeto (17). Asimismo, aborda como la colonización se auto-justifica política, religiosa y socialmente, frente a las incongruencias y la hipocresía de sus bases “epistémicas”. Y como en esta misma línea se deniega el mérito de las personas diferentes (no blancas – no hombres) o la apropiación de este bajo su propio nombre.
Por otro lado, realizo ahora un acercamiento a nuestra realidad Latinoamérica desde la mirada de Mignolo en “el lado más oscuro de la modernidad” que menciona como “el pensamiento decolonial surge de la necesidad de descolonizar el conocimiento académico y descentrar los loci epistemológicos de enunciación” (24). Entendiendo que los legados coloniales continúan, que no desaparecen de un momento a otro, o que dejan de existir por la Declaración de los Derechos Humanos o por las luchas independentistas de las colonias. Es comprender que el legado colonial se reinscribe más allá de la libertad legal, se perpetúa en la historia, en el conocimiento, en la alimentación, en la lengua, es decir, en las prácticas culturales. Hablar en el presente sobre el giro decolonial es nombrar, resaltar, recalcar que existen otras formas de conocer y otras posibilidades en las que se puede situar el sujeto o el otro diferente a la modernidad colonial y que no tiene ni debe ser universal.
En esta medida, se argumenta como la colonialidad y la decolonialidad son constitutivas de la modernidad, más que opuestos, son escenarios separados que posicionan el conocimiento bajo sus propios entendimientos (Mignolo, 26). Por consiguiente, es necesario comprender que el conocimiento es localizado y que como consecuencia colonial ha sido construido por una historia occidental, por lo que, se espera que los procesos descoloniales permitan realizar una re-lectura de un conocimiento localizado y determinado por la realidad latinoamericana.
Desde otra perspectiva, me parece importante enunciar las reflexiones finales de Claudia Zapata acerca de la decolonialidad, ya que propicia una mirada crítica de las mismas corrientes críticas, valga su redundancia; distinguiendo que como que pensamiento anticolonial ha sido de alguna manera un espacio que también invisibiliza las tradiciones indígenas y afrodescendientes que mucho se nombran (68). Vislumbrar por tanto otras voces, permite re-conocer que todos tenemos cabida en el mundo, así, se resaltan los argumentos de autoras como Silvia Tivera Cuasicancqui Ochy Curiel y Aura Cunes entre otrxs pensadores desde el sur.
Doy espacio al argumento de Ochy Curiel acerca de cómo “el conocimiento no puede solamente circular en la academia; yo creo que hay una responsabilidad nuestra de hacerlo circular en la mayoría de los espacios que podamos, sobre todo donde este conocimiento no llega, para que esto sirva para la conciencia crítica” (193).Y es este sentido que evidencio, como el proceso de deconstrucción, construcción y reconstrucción de los saberes deben trascender los espacios académicos, los programas formativos universitarios, artículos difundidos y congresos distinguidos, deben ser posicionados en los escenarios de las sujetos de a pie, de las iniciativas prácticas y experiencias otras, que permiten que estos conocimientos se lleven verdaderamente a la práctica, y que de la práctica regresen a la teoría.
Siguiendo entonces, la coherencia inicial que planteaba entre, lo que somos, sentimos y hacemos, traigo ahora la concepción de grietas de Catherine Walsh que nos permiten nombrar e incluir dichas experiencias bajo el lente de estas epistemologías como grietas; siendo “estrategias, prácticas y metodologías-pedagogías que se entretejen con y se construyen tanto en la resistencia y la oposición, como en la insurgencia, el cimarronaje, la afirmación, la re-existencia y la re-humanización” (Walsh, 2017, p.29). Grietas que se entienden a razón de: las re-existencias, como la existencia en otras condiciones en espacios dignos; las re-vivencias, como el vivir de otra manera que diste del consumo, y permita vivir en paz y en cooperación entorno a un todo natural y cambiante; y re-sistencias, como formas diferentes de llevar los procesos de lucha que van más allá de la oposición o la defensa; en suma, son procesos de construcción distintos (UNIMINUTO Televisión, “oiga profe”).
Ejercicios que busco implementar en mi vida entre mis creencias de como los mundos otros son posibles. Por lo que, me encuentro en este momento participando en iniciativas (personales-colectivas) de alimentación, siendo este un espacio en el que me deconstruyo totalmente, entiendo la importancia de la custodia de las semillas nativas y criollas, la producción de alimentos limpios, el intercambio y distribución de productos en los mercados locales y la importancia de la diversificación y creatividad culinaria para que nuestros alimentos sean conservados y preservados.
Por ende, la alimentación no puede ser universal, esta debe ser leída bajos las realidades y cuerpos particulares. Asimismo, me encuentro entre otros procesos personales y colectivos que en este momento no abordaré. Por esto, reconozco que estamos en tiempos de cambios teóricos, que están bajo la mirada crítica, pero que deben leerse a detalle y propiciarnos reflexiones personales y transcendentales si queremos que los cambios sean posibles desde el sur y para el sur.
–
Lista de obras
Cejas, Mónica Inés. «“Desde la experiencia”. Entrevista a Ochy Curiel». Andamios, vol. 8, n.o 17, septiembre de 2011, pp. 181-97.
Césaire, Aimé. «Discurso sobre el colonialismo». Contrahistorias. La Otra Mirada de Clío, n.o 17, enero de 2006, pp. 67-74.
Mignolo, Walter. El Lado Más Oscuro Del Renacimiento. Sello Editorial, 2016, .
Mignolo, Walter D. «El giro decolonial Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global». El pensamiento decolonial: desprendimiento y apertura. Un manifi esto, Siglo del Hombre Editores, Santiago Castro-Gómez y Ramón Grosfoguel, 2007, pp. 25-46.
UNIMINUTO TELEVISIÓN. «OIGA PROFE /PEDAGOGÍAS DECOLONIALES/CATHERINE WALSH». YouTube, 7 de febrero de 2017.
Walsh, Katherine. «Introducción. Lo Pedagógico Y Lo Decolonial: Entretejiendo Caminos». Pedagogías decoloniales: Prácticas insurgentes de resistir, (re)existir y (re)vivir., 1.a ed., Ediciones Abya-Yala, 2013, pp. 23-68.
Zapata, Claudia. «El Giro Decolonial. Consideraciones Críticas Desde América Latina». Pléyade. (Santiago), n.o 21, 2017, pp. 49-71.
