Dariel U. González García (אוריאל בן אברהם) y Coordinador de Jewish on Campus en la UPR-M
Dos miradas: Israel y el judaísmo en Puerto Rico
Tinta regada
1 de enero de 2025
Nos remontamos al 1492, cuando el rey Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla derrotaron a los ejércitos musulmanes que habían ocupado la península ibérica por casi ocho siglos. Antes del 1492, la península había sido una muy diversa, con judíos sefardíes, musulmanes, y católicos. Esta mezcla cultural se ve presente en la riqueza lingüística del castellano, la arquitectura y la cultura española. No obstante, queriendo « liberar » a su tierra de « herejes », firmaron el decreto de la Alhambra que obligaba a todos los judíos a convertirse al catolicismo. Aquellos que no obedecían se verían obligados a irse de la península, o enfrentarse a la muerte bajo la inquisición. Algunos se convirtieron al catolicismo, y otros se fueron al Imperio Otomano o a otros estados que les daban la bienvenida, pero unos pocos tomaron una ruta no tradicional. Recordemos que el 1492 fue el mismo año que Cristóbal Colón partió de las costas españolas y llegó a las costas caribeñas, donde comenzó la era de la conquista y de la colonización española.
Algunos sefardíes aprovecharon esta oportunidad para escapar de las « garras » de la inquisición, escondiéndose dentro de las zonas remotas montañosas de las colonias españolas. Mas la inquisición eventualmente llegó a las colonias, por lo que mientras algunos preservaron de cierta manera el judaísmo, otros al pasar de los años y al casarse con la población local, lo perdieron. Es por esto que hasta la invasión estadounidense en Puerto Rico, prácticamente no había comunidades judías practicantes en el archipiélago. Aunque cabe destacar que algunos judíos pertenecían al movimiento independentista puertorriqueño bajo España, algunos como Mathias Brugman siendo participantes y líderes del « Grito de Lares ».
Según el World Jewish Congress, la cifra de judíos en Puerto Rico es de alrededor de 1.500, siendo así la población más numerosa en el caribe. Puerto Rico cuenta con las tres ramas principales del judaísmo: reformista, conservadora, y ortodoxa. La más antigua de estas es Shaare Zedeck (conservadora), seguida por el Templo Beth Shalom (reformista), y finalmente la más reciente es Chabad (ortodoxa). Los judíos puertorriqueños tienen orígenes bien diversos, algunos de estos son descendientes de los sefardíes, descendientes de sobrevivientes del holocausto, descendientes de judíos cubanos, israelíes, judíos estadounidenses, etc. Políticamente, Puerto Rico e Israel disfrutan de relaciones cálidas. En 1996 se firmó « The Puerto Rico-Israel Cooperation Agreement » en el que se estableció la cooperación económica y comercial entre ambos estados y se creó un Comité de Cooperación Puerto Rico-Israel. Oficialmente, Puerto Rico queda adscrito bajo la jurisdicción del Consulado de Israel en Miami, no obstante, el Lcdo. David Efrón sirve como Cónsul Honorario de Israel en Puerto Rico. Además, el World Jewish Congress establece que en la década de los 1970s hubo una inmigración breve de israelíes al área sur de la isla, quienes llegaron a Puerto Rico bajo la iniciativa de « ¡Manos a la Obra! » del entonces gobernador Luis Muñoz Marín. Estos israelíes llegaron con la intención de trabajar en el sector agricultor del archipiélago, con la iniciativa de « Gan Eden » trayendo así la irrigación israelí y otras técnicas avanzadas a Puerto Rico. Ahora, veamos cómo se ve el judaísmo en el Puerto Rico de hoy, y algunas perspectivas de judíos en Puerto Rico acerca de Israel.
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ENTREVISTA A SHULA FELDKRAN
Una de las personas con una conexión profunda tanto con Israel como con Puerto Rico es Shula Feldkran. Nacida en 1944 bajo el Mandato Británico de Palestina, Feldkran es natural de la ciudad de Petaj Tikva y criada en el pequeño pueblo de Kfar Shmaryahu, ambas en la región metropolitana de Tel Aviv (o Gush Dan). Kfar Shmaryahu fue fundado por judíos alemanes quienes llegaron al actual Israel escapando los horrores del nazismo, entre ellos su padre quien se fue de Alemania en el 1935 y su madre quien fue sobreviviente del holocausto. Abundando acerca de la vida en Kfar Shmaryahu en los 1940s, Feldkran explica que, « No importa si eras un profesional: doctor, maestro o abogado en Alemania, tenías que empezar desde cero siendo un granjero ». Habiendo vivido la guerra de independencia de Israel, la crisis del Suez, e insurrecciones palestinas, y tras haber tomado sus años de escuela elemental y escuela intermedia en Israel, a sus 14 años se mudó a Nueva York. En Estados Unidos, Feldkran hizo su carrera universitaria en la Universidad de Wisconsin dónde su concentración fue en estudios latinoamericanos (Maltz, 2015). Entonces, tras culminar su carrera universitaria llegó a Puerto Rico.Su vida en Puerto Rico ha sido marcada por muchos éxitos. Durante sus primeros años ejerció como maestra de hebreo y fue vicepresidenta de una de las organizaciones más importantes de mujeres sionistas en el mundo, Hadassah, siendo éste además uno de los hospitales más importantes de Medio Oriente. Próximo a cumplir sus ochenta años de edad, Feldkran ha vivido cincuenta y dos años en Puerto Rico, dentro de los cuales ha estado sumamente involucrada con la comunidad judía puertorriqueña. Feldkran ha ocupado varios puestos directivos dentro de la junta directiva del Templo Beth Shalom, la sinagoga reformista del archipiélago; entre ellos ha asumido la presidencia y la vicepresidencia. De igual forma, ha estado envuelta en la planificación de las conmemoraciones del holocausto que se llevan a cabo todos los años en San Juan durante Yom Hashoá. Acerca de la comunidad judía puertorriqueña, Feldkran nos comenta que, « sabemos en términos de figuras que la sinagoga reformista está creciendo simplemente porque hay puertorriqueños que están interesados en la conversión al judaísmo ». Pero, la comunidad reformista no es la única disfrutando de crecimiento, nos explica que la comunidad ortodoxa, Chabad, también ha estado aumentado en el número de congregantes. Feldkran dice que Chabad, no tan sólo ha logrado atraer a puertorriqueños, sino que también a judíos estadounidenses y a israelíes. Esto lo atribuye a su rabino, quien según Feldkran, es una magnífica persona. No obstante, la comunidad judía más antigua, Shaare Zedeck, se ha estancado en población, esto debido a que no hay mucho interés ni movimiento dentro de las poblaciones de la generación « X » de esta comunidad.
Claramente, Feldkran no es la única israelí quien decidió migrar a la Isla del Encanto. Como antes mencionado, muchos israelíes llegaron a Puerto Rico en la década de los 70s y 80s como agricultores, implementando mucha de la tecnología agrícola desarrollada en Israel. Nos cuenta Feldkran que la mayoría de ellos estaban concentrados en la zona sur de la isla, específicamente dentro de los municipios de Ponce y Santa Isabel. De hecho aún se puede apreciar mucho de lo que sembraron cuando uno toma la ruta desde el área metropolitana hacia el sur de la isla grande, con árboles de mangó siendo los más notables. Aunque un reto grande que enfrentaron ellos fue el « marketing », por lo que esta población es prácticamente histórica. La mayoría de ellos se fueron, y Feldkran es de las pocas israelíes que se encuentran aún viviendo en Puerto Rico. Siendo descendiente de una sobreviviente del holocausto, Feldkran tiene muy presente las preocupaciones acerca del antisemitismo y del creciente sentir antisionista. Feldkran sostiene que « Hay que hacer una diferenciación entre el antisemitismo y el antisionismo. El antisemitismo es el tipo de discriminación que han vivido los judíos a lo largo de su historia, mientras que el antisionismo está en contra del establecimiento del Estado de Israel ». Feldkran continúa, « [el antisionismo] es trágico porque [los antisionistas] no saben de qué están hablando. Hay tantas contribuciones que Israel ha hecho en las últimas décadas, ya sea en tecnología o medicina, cualquier cosa para aumentar la calidad de vida de personas alrededor del mundo; constantemente inventan algo ». En cuanto al antisemitismo en Puerto Rico, Feldkran sostiene que no es muy prevalente y que no lo ve como algo tan preocupante, aunque afirma que sí existe.
Concluye Feldkran señalando la ansiedad ante la situación que rodea actualmente a su patria. Feldkran comenta que es preocupante , « lo mucho que uno tiene que luchar. No acostumbro ver mucha televisión, pero ahora lo veo mucho más… [en una ocasión] me quedé a ver lo que tenía decir Isaac Herzog, el presidente de Israel. Siempre tiene una cara bien seria. No hay ni una sola sonrisa, porque la situación es tan difícil, tan grave, tan imposible ».
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ENTREVISTA AL RABINO HERNÁN D. RUSTEIN
Nos remontamos a la ciudad una vez conocida como « la París de Sudamérica », la indistinguible capital argentina, Buenos Aires. A finales del siglo XIX y a principios del siglo XX, la región rioplatense contó con una inmensa migración europea, de los cuales se destacan a los italianos y a los judíos como dos de los más numerosos de esta alza poblacional. He aquí donde comienza la vida del Rabino Hernán D. Rustein, actual rabino del Templo Beth Shalom, la comunidad judía reformista de Puerto Rico. Precisamente la familia de Rustein desciende de esa gran migración a Argentina, tres de sus abuelos eran judíos y su abuela paterna era italiana y católica. Eventualmente, el abuelo paterno de Rustein, quien era de origen más tradicional y sionista, murió a muy corta edad, por lo que su abuela paterna, a quién denomina como « la matriarca » comenzó a recobrar sus tradiciones católicas e italianas, en esencia dejando a « lo judío » en un segundo plano. Por lo que aunque Rustein se crió judío y recibió tanto un nombre hebreo como la tradicional brit milá, el judaísmo en su hogar estaba bastante diluido. Sus primeros años de estudio, fueron en una escuela a la que él cataloga como una de, « izquierdas, progresista, donde muchas familias judías artísticas » enviaban a sus hijos. No obstante, Rustein escogió estudiar sus años de escuela superior en una escuela judía donde fue expuesto a la Torá y a varias tradiciones judías por primera vez. Dentro de todo esto, Rustein comenzó a entusiasmarse por el judaísmo, describiendo cuan impresionado estuvo cuando lo llevaron a conocer una sinagoga; aunque por otro lado, esto le causaba temor a su madre quien no quería que se convirtiera en un fanático religioso.Al pasar de los años, Rustein comenzó su carrera universitaria en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, donde además cantaba en el coro universitario. Rustein nos relata, « Veo por primera vez la puerta abierta de la sinagoga que estaba a dos cuadras de donde yo trabajaba […] El Templo Libertad, la sinagoga más histórica de Argentina […] entré, lo miré, probé la acústica, y me fui… », a la semana Rustein recibe un correo electrónico de esta misma sinagoga para una entrevista y una audición, donde junto a un cantante de ópera quedó seleccionado para la posición de ser un estudiante becario. Durante todo este transcurso, Rustein comenzó a estudiar con el Rabino Damián Karo quien fue de las figuras más importantes dentro de la ortodoxia judía en Argentina. Junto a él, Rustein comienza no tan solo a conocer ramas judías liberales sino que también a « reapropiarse » de su judaísmo. Enseguida, Rustein comenzó a estudiar en el Seminario Rabínico Latinoamericano afiliado al judaísmo masortí para convertirse en Jazán – es decir, cantor litúrgico. Mientras estudiaba en el seminario, Rustein seguía estudiando con el Rabino Karo y a la misma vez ocupaba roles de importancia en el Templo Libertad. Tras una tragedia familiar decide irse a Israel por seis meses para continuar sus estudios para Jazán en una yeshivá masortí. En Israel, Rustein descubrió mucho acerca de sí mismo, sus estudios lo convencían cada vez más que la halajá (la ley judía) no era obligación. Rustein afirma que, « Todo lo más lindo que me pasaba era lo no halájico, cuando yo hacía un shabat, sólo por ahí, según mis propias reglas, y usaba el lavarropas en shabat, o me iba a una plaza con un par de galletitas […] miraba la luna […] y me acuerdo que eso fue un shabat de lujos para mí. Entonces vi una película usando la computadora, el televisor, todo mal; shabatot como esos fueron los mejores para mí ». Siguiendo por ese camino, Rustein fue a un congreso de jóvenes judíos reformistas en el Hebrew Union College de Jerusalén y fue allí al ver a otros judíos utilizando sus dispositivos tecnológicos en shabat cuando tiene su momento de eureka, expresando « Ah, ¡Eso soy yo! Me sentí en casa […] Yo soy este tipo de judío ». Entre otras anécdotas como esas y una profunda reflexión, Rustein procede sus estudios en el Instituto Rabínico Iberoamericano en Buenos Aires, dónde logró su ordenación como rabino reformista.
Abundando acerca de su experiencia en Israel y en Palestina, Rustein nos cuenta, « Yo trataba de hacer todas las actividades posibles que me llevaran a Palestina ». Tuvo la dicha de conocer a personas de distintos orígenes, desde israelíes residentes de los asentamientos ilegales en Cisjordania hasta palestinos cuya vida había sido destruida por la ocupación. Allí se enfrentó tanto a personas esperanzadas por la paz como a personas quienes creían que no había paz de qué hablar. Junto con diversas ONGs, Rustein viajaba a Palestina a plantar árboles y a dialogar con los locales. Según Rustein, hay mucha desinformación en cuanto al tema del sionismo, explicando: « es un término que se usa pero [que] no se define muy claramente… [hay] gente que dice que los judíos no son el problema, el sionismo es el problema. Pero, hay muchos judíos sionistas que no quieren la ocupación ». Añadiendo, « Hoy hablamos de sionismo todos los que apoyamos que la gente que vive ahí, viva en paz ». Habiendo ya un país establecido, funcional, con siete millones de habitantes, encuentra que la « propuesta » de sacar a todos los israelíes del territorio no es una solución viable. Rustein encuentra que el debate sobre « el sionismo sí o el sionismo no » redundante, cuando el enfoque debería ser el bienestar de todas las personas quienes habitan esa tierra. No obstante, menciona que, « hay un montón de antisemitismo disfrazado de antisionismo […] Pero del otro lado, tampoco podemos decir que todos los que critican a Israel son antisemitas ». Rustein establece: « no me interesa explicar por qué está “bien” matar miles de personas […] Entiendo que el uso de la fuerza es uno de los atributos del estado… [Pero] en este caso hay una fuerza asimétrica muy fuerte. Siendo argentino, el uso de la palabra terrorista para justificar “excesos” de un ejército contra poblaciones civiles es una lógica que no puedo aceptar como autoevidente sin más ». En fin, nos dice que « para resolverlo [el conflicto], hay que entrar en la trinchera y empezar a hablar entre todos porque va a estar en la negociación, en los grises y en los multicolores, la solución ». Clama que si se sigue mirando el conflicto dentro de una perspectiva de blancos o negros, jamás habrá una paz duradera.
Israel siendo un estado nación judío, y los judíos siendo un grupo etnorreligioso, ¿Es Israel una teocracia? O ¿Está en proceso de convertirse en una teocracia? Rustein nos explica que « Hay rasgos teocráticos, la gente lo vive en el día a día. Si no podés visitar a tu familiar en shabat, porque no hay colectivos […] sentís el peso de la halajá desde el estado ». Además dice que ha habido mucha dificultad en la sociedad israelí para aceptar a lo no ortodoxo como legítimo. Sin embargo, Rustein dice no atreverse a predecir si se convertirá o no, Israel en una teocracia, ya que comenta que, « No me parece que hoy el próximo gobierno se apoye aún más en la ortodoxia […] Sobre todo porque va a tener que recuperar apoyo de las coaliciones judías fuera de Israel… ».
Entonces, desde Buenos Aires hasta las playas borincanas. Rustein junto a su esposa terminó llegando a Puerto Rico en agosto de 2023 para servir como el primer rabino permanente de origen latinoamericano del Templo Beth Shalom. Saliendo de la población más grande de judíos en América Latina a un pequeño paraíso caribeño con apenas 1.500 judíos, ha sido liberador para Rustein. De cierto modo, este sentir lo atribuye a que el judaísmo liberal en Argentina aún continúa siendo casi por completo masortí, donde la lógica de que el rabino debe comportarse según la halajá tradicional aún impera. Eso lleva a situaciones de « pequeño pueblo » y contradictoras, donde toda la comunidad puede comer en un restaurante no kosher, pero si a su rabino se le encuentra allí, esto es visto como algo terrible. En Puerto Rico, cada comunidad es independiente, nadie está pendiente de lo que hacen las demás personas, habiendo de cierto modo una coexistencia bonita entre ellas. Cabe destacar que la comunidad judía puertorriqueña también tiene sus desafíos. Puerto Rico es un país donde la perspectiva bíblica literalista es sumamente prevalente. Rustein nos habla sobre un fenómeno que se da dentro de algunas personas de origen evangélico. Cuando estas personas deciden tomar el paso hacia el judaísmo queriendo, desde su perspectiva, pertenecer al « pueblo elegido », mantienen de cierto grado la lógica de las profecías y una literalidad de lo que está escrito en los pasajes bíblicos. Esto, señala Rustein, « [hace] que les cueste muchísimo un guiur (proceso de conversión al judaísmo) hecho con paciencia, con amor, y con mucho estudio; entender que la lógica del pensamiento rabínico es una lógica creativa, profundamente no literalista y humanista… [Y] se contradice con lo que a ellos les mueve espiritualmente ». Nos comenta Rustein que esto ha causado que algunas comunidades en Latinoamérica hayan decidido dividirse en dos, una comunidad emergente que aprende y reza por separado, mientras la comunidad tradicional (más o menos liberal) se sigue desarrollando de modo independiente mientras la emergente hace lo propio. Como resultado, esto crea tensiones dentro de comunidades judías constructivistas, ya que existen dos comunidades fundamentalmente e ideológicamente diferentes intentando convivir. En algunos casos, ese proceso de guiur choca tanto con las necesidades y conceptos religiosos que directamente se interrumpe. El deseo de ser judío no se apaga, pero se define « judío » según esas necesidades y conceptos. Rustein predice que en un futuro, estas personas pasarán a una categoría distinta, al que denomina como « Jews-by-Right ». Añadiendo que estas personas tendrán sus propias instituciones y prácticas pero que sufrirán de falta de reconocimiento. Esto ya está sucediendo en Puerto Rico, y esto nos comenta Rustein, será un problema a largo plazo.
Rustein concluye diciendo que aunque existen estos desafíos que, « me gustaría ser de los que construyen junto a los otros ». Rustein considera que muchas veces el judaísmo latinoamericano tiene su enfoque donde no debe estar. En vez de estar pendiente de cosas como el cambio de la melodía del Lejá Dodi, el enfoque debería ser en construir a través de la educación a la comunidad judía. Además desea ver una mayor aceptación de parejas y familias « no tradicionales » dentro de las comunidades judías, para mantener al judaísmo vivo. Dándole continuidad a un judaísmo inclusivo, y así abriendo las puertas a una comunidad judía diversa. En cuanto a Palestina e Israel, dice que aunque lo ve lejos, aún tiene fe y esperanza de que se pueda establecer paz en la región.
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REFERENCIAS
Maltz, J. (2015, June 10). Puerto Rico: Where Cubans and Americans Break Challah Together. Haaretz. https://www.haaretz.com/jewish/2017-09-21/ty-article/.premium/puerto-rico-where-cubans-and-americans-break-challah-together/0000017fe31f- df7c-a5ff-e37fbe5d0000
World Jewish Congress (n.d.). Community in Puerto Rico. Retrieved April 17, 2024, from https://www.worldjewishcongress.org/en/about/communities/pr#about
Dariel U. González García (אוריאל בן אברהם) es Coordinador de Jewish on Campus en la UPR-M.