Acción ciudadana para un Puerto Rico resiliente
Por Rebecca Carrero Figueroa (rebecca.carrero@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 26 de abril de 2019
Con el propósito de involucrar a las comunidades en las diversas iniciativas que buscan atender la vulnerabilidad del sistema eléctrico en Puerto Rico, el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) llevó a cabo el foro: Acción ciudadana para un Puerto Rico resiliente. El mismo formó parte de la serie de conversatorios que coordina el Centro Hemisférico de Cooperación en Investigación y Educación en Ingeniería y Ciencia Aplicada (CoHemis), adscrito al RUM.
En esta ocasión, establecieron como objetivo, ofrecer un enfoque disciplinario en la ingeniería de potencia y el punto de vista de la sociología para mitigar los desastres provocados por un huracán intenso. Para ello, se unieron en el esfuerzo los doctores: Erick E. Aponte Bezares, Efraín O’Neill Carrillo, Agustín Irizarry Rivera, Fabio Andrade, Marcel J. Castro Sitiriche y José Anazagasty.
Según advirtieron los panelistas, hace diez años no existían las condiciones favorables para la adopción de energía renovable. Sin embargo, las dificultades en el manejo y la distribución de electricidad que trajo consigo el huracán María, han promovido la discusión de la vulnerabilidad eléctrica en la fase de reconstrucción en que se encuentra el país.
Así lo dio a conocer el doctor Castro Sitiriche, codirector de CoHemis.
“En este segundo foro queríamos darle continuación a la discusión sobre la resiliencia, pero desde la ingeniería eléctrica y con una reacción de un colega de las ciencias sociales. Presentamos los trabajos expuestos en Estados Unidos, Croacia y Benín en los que analizamos la situación tras el embate del huracán”.
En esa gestión también se encuentra la Alianza Ciudadana para la Educación en Energía Renovable (ACEER), organización de base comunitaria que desde hace 12 años se ha enfocado en compartir las medidas que pueden adoptarse en favor del medioambiente. Su portavoz, la doctora Julia S. Mignucci Sánchez, compartió los trabajos que han llevado a cabo desde este sector comunitario.
“Hoy mostramos un giro distinto de los sistemas de energía renovable, gracias a que los costos resultan más económicos después de María. Contamos con expertos de Europa que hablaron sobre las diversas prácticas que han implantado en países con menos sol que Puerto Rico”, manifestó la catedrática jubilada del RUM.
Por su parte, el doctor Aponte Bezares, abundó sobre las opciones que existen cuando se va la electricidad.
Entre sus recomendaciones, mencionó que se deben considerar las necesidades y los enseres con los que se cuenta, además de estar atentos a los riesgos en el uso de generadores de emergencia, cables y protección adecuada.
“Es necesario estimar cuánta energía hace falta para operar lo que verdaderamente se necesita. Se puede suplir lo necesario con solo dos paneles solares y pocas baterías, si se considera el costo por kilovatio por hora de los aparatos”, sostuvo.
De la misma manera, el doctor O’Neill Carrillo disertó acerca de Oasis de luz, proyecto que se concentró en atender la falta de energía eléctrica en el pueblo de Jayuya, como resultado de una petición de la colegial Yiamar Rivera, en busca de auxilio ante la falta de electricidad en su comunidad.
“La idea era facilitar luz y comunicación. Nos enfocamos en proveer electricidad para que los jayuyanos pudieran cargar sus celulares y mantener sus medicamentos en una nevera pequeña, en un espacio habilitado en la plaza de ese pueblo, localizado en la región central puertorriqueña”, explicó.
Los ciudadanos se involucraron para atender el reto de vivir a oscuras. Además de la solidaridad, los participantes resaltaron que aprendieron que debían llevar preconstruido lo que necesitaban, lo que les permitió ubicar otras instalaciones similares en Orocovis, Aibonito y en Caguas.
De otra parte, el doctor Irizarry Rivera, discutió los datos medidos de qué se puede hacer ante una demanda reducida de energía que permita suplir las necesidades básicas después de un evento natural. Según demostró el catedrático, un sistema pequeño de 12 paneles solares bastó para operar por más de cien días un hogar en concreto que alberga a cinco personas, cada uno con sus celulares, un televisor y una nevera pequeña.
Con Energía para el Jurutungo y los CHoLES, el doctor Castro Sitiriche detalló cuánto es el mínimo necesario para tener una mejor calidad de vida ante la falta de energía eléctrica. El catedrático vinculó las muertes relacionadas con el paso del ciclón por la isla y el Customer Hours of Lost Electricity Service (CHoLES).
“El apagón que se experimentó en la isla fue el más largo en la historia de la humanidad, ya que se extendió durante 329 días. Las últimas 200 mil familias que quedaron a oscuras, permanecieron así durante más de cinco meses y aportaron casi mil millones de horas de clientes sin servicio”, dijo.
De igual forma, el doctor Andrade recalcó la importancia de la distribución energética mediante microrredes. En su alocución, expresó las iniciativas que se llevan a cabo desde el Laboratorio de Microrredes que han implantado en el Recinto.
Finalmente, el doctor Anazagasty explicó el concepto de resiliencia desde el ámbito de las Ciencias Sociales. El experto lo vinculó con la supervivencia, el proceso de adaptación y la recuperación, en su presentación De la resiliencia energética a la mitigación de la vulnerabiliad energética.
Junto a CoHemis y ACEER, participaron: el Centro Interdisciplinario de Estudios del Litoral (CIEL), el Programa Sea Grant, el Instituto Nacional de Energía y Sostenibilidad Isleña (INESI), Power and Energy Society de la IEEE (capítulo estudiantil del RUM y rama profesional WPR), y la sección de la Society on Social Implications of Technology (SSIT) de la rama profesional WPR de la IEEE.