Unidos el RUM y la Universidad de Vermont por la resiliencia alimentaria
Por Ídem Osorio De Jesús (idem.osorio@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 27 de marzo de 2020
Un grupo de estudiantes y profesores de la Universidad de Vermont (UVM) visitó el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), como parte de un acuerdo colaborativo que les ha permitido tomar un curso en conjunto con sus pares colegiales sobre Resiliencia en los sistemas alimentarios en Puerto Rico.
Su anfitrión, el doctor Robinson Rodríguez Pérez, catedrático del Departamento de Economía Agrícola y Sociología Rural del Colegio de Ciencias Agrícolas (CCA), gestó la iniciativa con sus colegas invitados y dicta la clase de nivel graduado en el campus mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
“Este esfuerzo surgió por dos razones muy particulares. La primera es por uno de nuestros egresados, el joven Luis Alexis Rodríguez, de esos embajadores que forjamos aquí y al que tuvimos la fortuna de tener en nuestro comité de trabajo la doctora María del Carmen Rodríguez y yo. Él fue admitido al programa graduado de la Universidad de Vermont en Burlington y tan pronto empezó a hablar allá de Puerto Rico, de las experiencias que tenemos a través del Instituto de Desarrollo de las Comunidades (IUDC) y el Servicio de Extensión Agrícola (SEA), despertó el interés de los profesores Travis Reynolds y David Conner. Ambos vinieron a la isla tras el huracán María buscando ver cómo establecer lazos de colaboración”, relató el doctor Rodríguez Pérez.
Agregó que en la reunión inicial se les hizo difícil encontrar puntos en común, ya que Vermont y Puerto Rico no comparten ni el clima, ni la geografía, ni la mayoría de las consideraciones económicas, sin contar con aspectos culturales, como el idioma. No obstante, ese intercambio les hizo darse cuenta de que la agricultura de ese estado enfrenta retos de cambio climático, igual que en la isla. Asimismo, su principal industria es la del ganado lechero y sus vaquerías son parecidas a las boricuas. Este fue el segundo componente que motivó al colectivo a comenzar la alianza educativa con ese centro docente que también es Universidad por concesión de tierras.
“Un área fundamental de colaboración es el aspecto de resiliencia institucional, lo que llamamos instituciones anclas, en lo que ellos tienen gran experiencia porque al igual que nos pasó a nosotros con María, que no estábamos preparados, en Vermont azotó el huracán Sandy en el 2011 en iguales condiciones. Ellos han estado trabajando con la empresa privada, las fincas productivas, universidades, escuelas, y hospitales con el fin de crear una red de apoyo que, en caso de una emergencia, ayude a las comunidades y estimule el crecimiento económico a través del ecosistema formado por empresarios, consumidores y productores. Estamos esperanzados en esta conferencia y que los proyectos que estamos corriendo puedan atar ese modelo y ampliarlo en la isla”, reiteró.
El esfuerzo, que recibió una subvención del Proyecto USDA Smith-Lever, dio paso al ofrecimiento del curso, que se dicta este semestre de manera cónsona y en línea entre ambas instituciones. Alrededor de 15 alumnos subgraduados y graduados del Departamento de Desarrollo Comunitario y Economía Aplicada de la Universidad de Vermont, así como su directora, la doctora Jane Kolodinsky, y los doctores Reynolds y Conner, asistieron al viaje de campo a la isla, que se extendió por una semana.
La agenda inició con una bienvenida y recorrido por la Finca Alzamora y sus laboratorios, así como a varios lugares de interés para los proyectos alrededor de la isla, en especial la región suroeste.
“Decidimos auscultar varias áreas estratégicas: la agroecología, el ganado lechero, la industria agrícola, villas pesqueras, producción acuapónica y el establecimiento de una red de instituciones anclas. Los jóvenes que están con nosotros han estado trabajando con estudiantes de mi curso, en un team teaching education. Nos reunimos todos los lunes en la tarde, ellos en Vermont y nosotros acá en línea y estamos enfocados en fortalecer la resiliencia ante eventos catastróficos en Puerto Rico”, aseveró el catedrático de Ciencias Agrícolas.
Es por eso que las visitas guiadas en suelo boricua incluyeron la finca modelo Tai South Farm, de ganado lechero en Lajas; la villa pesquera en Puerto Real en Cabo Rojo, así como charlas con pescadores, dueños de restaurantes y pescaderías del área. Igualmente, el hospital La Concepción, en San Germán, recibió al grupo para hablarles sobre su política administrativa de autosuficiencia en la generación de energía, agua y abastos de alimentos y medicamentos hasta para un periodo de seis meses.
“Cuando ocurrió María, este hospital no solo fue el único que quedó operacional en el oeste, sino que también ha mostrado disposición en dedicar unos terrenos que tienen para que nuestros productores agroecológicos puedan establecer una operación económica y producir alimentos de mejor calidad, frescos, accesibles. Su colaboración ha sido fundamental. En este proyecto, tenemos empresas privadas, dueños de restaurantes y distribuidores porque queremos que la próxima vez que tengamos desastres y eventos catastróficos, nuestras cocinas estén inmediatamente disponibles para alimentar a nuestras comunidades adyacentes”, reiteró el doctor Rodríguez Pérez.
Por su parte, la doctora Kolodinsky, catedrática y directora del Departamento de Desarrollo Comunitario y Economía Aplicada de la universidad visitante, explicó que, afortunadamente, ocurrió este junte de voluntades entre dos entidades educativas con enfoques muy parecidos. Tanto ella como su colega, el doctor Reynolds, redactaron propuestas para consolidar el esfuerzo.
“Decidimos traer a nuestros estudiantes durante el receso de primavera para que elaboraran a fondo sus proyectos sobre los diversos temas. Esperamos que este intercambio de ideas sea solo el principio de una alianza duradera. Ha sido fabuloso; ellos están muy emocionados, han aprendido mucho. Debemos mantenernos unidos, igual que nuestras comunidades, ya que la resiliencia ocurre desde esa base hacia arriba y no del nivel gubernamental hacia abajo. Es necesario más que nunca, porque vivimos en una sociedad global”, subrayó.
Su colega, el doctor Conner, quien es catedrático asociado del mencionado departamento, también se mostró satisfecho con los resultados de la visita y del acuerdo en general que pone al relieve la convergencia de fortalezas y retos.
“En este trabajo juntos, tenemos tanto que aprender uno del otro. Aunque nos separan muchas millas de distancia, enfrentamos los mismos problemas de desarrollo comunitario, viabilidad de las fincas, importación de alimentos con costos menores, y proveer empleos a los jóvenes para incentivarlos a que se queden en el país. También he aprendido que tenemos el enfoque de acción participativa para empoderar a nuestras comunidades a través de nuestros estudiantes. Es una alianza maravillosa de la que he aprendido y que valoro como profesor”, aseveró, al tiempo que agradeció el trato amable y la bienvenida de todo el equipo de trabajo colegial y puertorriqueño en general.
De igual manera opinaron algunos de los integrantes del curso en Vermont, como Meg Karol y Conor McCracken, quienes pudieron aprender de sus respectivos temas.
“Me siento afortunada de estar en Puerto Rico trabajando con la Universidad. Yo estuve mirando la industria lechera y cómo hacerla más resiliente ante los mercados cambiantes. Mi concentración es en Desarrollo comunitario e internacional y he podido aplicar lo aprendido en una instancia real. He disfrutado trabajar con todos aquí, conocer la gente y aprender de la cultura”, expresó Meg.
Mientras, Conor, quien es estudiante graduado, agradeció la amabilidad en el trato recibido en su visita a la isla y al Recinto.
“El doctor Robinson Rodríguez ha sido un anfitrión increíble y hemos tenido la oportunidad de visitar unos lugares culturales maravillosos que nos han permitido acercarnos más a las personas en el área suroeste. Yo trabajo el tema de acuapónicos y he podido contactar recursos del Servicio de Estensión Agrícola y pescadores, lo que ha sido una gran experiencia”, compartió.
Una de las embajadoras colegiales es Neyshalí Serrano Cortés, alumna subgraduada de Extensión Agrícola, quien toma el curso en el RUM junto a sus pares estadounidenses.
“Lo que buscamos es ver qué vulnerabilidades hay en nuestros sistemas alimentarios en la adversidad. Cuando terminemos, esto va a ser un ejemplo que nos debe ayudar ante futuros fenómenos atmosféricos, a otros países también y para asistir a los agricultores a que puedan mejorar sus prácticas y tener una sustentabilidad en el país”, afirmó la también representante de su Facultad en el Consejo General de Estudiantes y en el de Ciencias Agrícolas.
La jornada culminó con el taller Enhancing Food System Resilience: the Role of Anchor Institutions que se llevó a cabo en el Mezzanine del Complejo de Canchas de Tenis, con las presentaciones Capstone de los grupos de trabajo del curso CDAE 295, divididos por temas. A estas se unieron catedráticos del Colegio de Ciencias Agrícolas, quienes fungieron como presentadores de los colectivos.
“El objetivo final es desarrollar material bilingüe que pueda utilizarse en toda la costa de Estados Unidos donde hay una gran población de latinos y puertorriqueños para promover la resiliencia comunitaria y empresarial. Ya tenemos un proyecto aprobado por el USDA para trabajar ese componente y contamos con propuestas sometidas enfocadas en los sectores costeros para promover la autogestión ante los posibles eventos climáticos”, puntualizó el doctor Rodríguez Pérez, quien admitió sentirse satisfecho como pocas veces en su vida con “este nivel de esperanza y motivación”.