Entre relatos y recuerdos: la clase dorada del 1971
Por Mariam Ludim Rosa (mariam.ludim@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 25 de junio de 2021
En 1971 se graduaron 930 estudiantes: 655 varones o 70 por ciento de la clase; y 275 féminas o el 30 por ciento. Cincuenta años después, 2021, se gradúan 2,023 jóvenes, en su mayoría mujeres, con un 52 por ciento. ¡Los tiempos cambian! En esa época a las chicas se les exigía ir en falda a la Universidad.
“Recuerdo que no nos permitían vestir con pantalones, y una valiente de una clase, un día, se presentó con pantalones, y la profesora, inmediatamente, le indicó que no era permitido que las chicas estuvieran con pantalones, por lo cual tuvo que abandonar el salón”, recordó Zulma Ramírez Ramírez, egresada del Departamento de Ciencias Sociales de la Clase de 1971 del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM).
Y sí, aunque ya era RUM, sus estudiantes de época se negaban a llamarle así, y le siguieron diciendo como hasta ahora: ¡Colegio! Y es que hay algo que los tiempos no cambian y es el espíritu colegial.
“El Recinto siempre fue muy caluroso, como estar en la propia casa de uno. Un compañerismo excelente. Había muchas cosas que no existían en ese momento, como que teníamos que ir a la Biblioteca a pedir el libro prestado, teníamos términos, pero en la Biblioteca hacíamos grupos de estudio y lo pasábamos superbien. Fue excelente, pude realizar mi bachillerato en cuatro años, y muy satisfecha y orgullosa de ser sangre verde por siempre”, dijo la egresada de oro, quien tras concluir su bachillerato hizo su maestría en Trabajo Social del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Son muchas las vivencias y relatos de los integrantes de la clase que cumple su aniversario dorado, lo que los constituye como los padrinos y madrinas, de la centésima octava colación de grados del RUM. Este año, debido a los protocolos de seguridad de la era pandémica, no pudieron participar en la graduación. Por eso, la Oficina de Exalumnos, dirigida por Carmen Patricia Parés Parés, llevó a cabo una actividad para reconocer esta gesta y por qué no, recordar viejos tiempos.
Los reencuentros y las historias fueron la orden del día. Se les obsequió una banda que los identificaba como padrinos y madrinas de la clase 108; y luego desfilaron. Hicieron historia, además, al ser uno de los primeros eventos presenciales en este particular tiempo.
“Estaba el conflicto de Vietnam, el problema del petróleo, y había que estudiar, porque no había una segunda oportunidad, porque si no tenías que ir al ejército, te llevaban obligatorio, o sea que nadie tenía mucho tiempo que perder, y por eso es que el grupo pasó la reválida enseguida, porque estaba bien preparado, y la verdad es que la preparación fue excelente”, recordó, por su parte, José R. Lebrón, egresado de la clase de 1971 del Departamento de Ingeniería Eléctrica.
Las autoridades universitarias encabezadas por el doctor Jorge Haddock, presidente de la UPR, los felicitaron y exhortaron a seguir en contacto con su alma mater. Se dirigieron a los presentes la profesora Wilma L. Santiago Gabrielini, vicepresidenta de Filantropía de la UPR; el doctor Agustín Rullán Toro, rector del RUM; y el doctor Jonathan Muñoz Barreto, decano de estudiantes.
¿Y qué mensaje envían los integrantes de la clase del 1971 a esta nueva generación?
“Que no piensen en el concepto tan generalizado del instant gratification, de que las cosas deben satisfacerlos de inmediato. Uno se satisface haciendo lo que ama, lo que quiere, y preparándose para hacer las cosas bien, reconociendo la labor de los compañeros de trabajo, porque uno es tan bueno como lo son sus compañeros de trabajo, sean equipo, empleados o lo que sea, y estar tan consciente de los distintos niveles que existen en la sociedad y poderse comunicar tanto con las personas de más alto nivel, entiéndase gobernador, director de agencia y demás, hasta los más humildes, que puede ser tu conserje o tu obrero de obras de construcción”, dijo Duhamel Alejandro Rivera Rivera.
“Aunque están viviendo una época bien difícil, de los terremotos, pandemias y huracanes, que sigan para al frente todo el tiempo, que las metas se las ponen ellos, no hay límite. Ustedes pueden ser doctores, ingenieros o abogados, lo que quieran, lo importante es que lo desee y trabaje para ello. Aprovechamos esta oportunidad tan especial para exhortar a los exalumnos del Colegio, a los estudiantes y sus familiares, y a toda la comunidad del área oeste, a que apoyen en todo lo máximo a esta gran institución del Colegio de Mayagüez, que es la institución que forja los líderes del futuro. A través de su educación de primer orden, desarrollamos ingenieros que los reclutan masivamente para Estados Unidos, la NASA, las industrias farmacéuticas, y compañías multinacionales a nivel mundial, y la clase médica de estudiantes egresados que han podido empezar en el Colegio y acaban medicina, especialidades, aquí y fuera de Puerto Rico, poniendo en alto de Mayagüez, del Colegio y de todo Puerto Rico, así que esperamos que este mensaje de corazón y con mucha sinceridad, sea escuchado por ustedes y pueda servir de semilla para cooperar con todas las cosas que necesita el Colegio de Mayagüez”, concluyó el doctor Iván G. Martínez Deliz, egresado del Departamento de Biología y médico Fisiatra de Mayagüez