Un lazo rosado solidario
Por Mariam Ludim Rosa Vélez (mariam.ludim@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 25 de octubre de 2019
No es el color rosa, es la fuerza de su simbolismo: prevención y educación del cáncer del seno. Por esa razón, el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), desde el 2013, continúa firme en su misión solidaria de apoyar la causa, participando en la Marcha Rosada Avancemos a grandes pasos de la Sociedad Americana contra el Cáncer-Unidad Oeste.
En esta ocasión, un lazo rosado que simbólicamente bordea los senos de una fémina, fue la figura que formaron los participantes de la sexta edición del evento que redunda en ayuda directa para los pacientes.
“Para nosotros es muy importante formar parte de esta campaña. Este año el lema es ‘Me toca a mí’ y eso hay que tomarlo bien personal. En mi caso, como Rector del RUM, me corresponde exhortar a nuestra comunidad universitaria a que contribuyamos con esta causa. Se busca erradicar el cáncer y mientras hacemos eso, podemos ayudar a los que lo padecen y a los sobrevivientes. También es mi responsabilidad como persona, porque no sabemos a quién le va a aquejar. Esta enfermedad es terrible, no mide, no selecciona, no hay un criterio, nos puede tocar a cualquiera. Aún el cáncer de seno le puede ocurrir a un hombre, aunque afecte mayormente a las mujeres. Todos tenemos féminas en nuestras vidas: madres, hijas, compañeras, y amistades, así que nos concierne a todos. Siento que me toca a mí participar en esta actividad y ayudar a diseminar la causa adelante”, expresó el doctor Agustín Rullán Toro, rector del RUM.
En esta ocasión, la labor de coordinación estuvo a cargo de la doctora Alexandra Gregory, de Ciencias Agrícolas, y presidenta de la Sororidad Internacional de Educadoras Alpha Delta Kappa (ADK), capítulo Delta, entidad que colaboró con la organización del evento.
“Esto es un esfuerzo que hemos hecho entre todas las sororas del capítulo. Como parte de nuestra misión, nos integramos a actividades de altruismo y para nosotros es un placer ser solidarias con nuestras compañeras profesoras y empleadas no docentes que han padecido la enfermedad. Las queremos apoyar diciéndoles que estamos aquí. Además, nos brinda la oportunidad de exhortar a todas las féminas a que se hagan los exámenes para prevenir la enfermedad”, indicó.
Como ya es tradición, la Marcha inició en el Edificio Josefina Torres Torres (Enfermería) y transcurrió por las calles del campus, encabezado por la Banda y las Abanderadas. Varias entidades, incluyendo la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico-Recinto de Mayagüez y el Departamento de Agricultura Federal, entre otras.
Al llegar a la Antigua Pista Atlética el desfile rosado se integró en la figura humana emblemática.
“Para la Sociedad Americana contra el Cáncer, el voluntariado y los sobrevivientes es de mucha alegría que, nuevamente, el Colegio abra sus puertas para recibirnos. Como he dicho en otras ocasiones, vestirnos de rosa por vestirnos de rosa, es como vestirnos de cualquier otro color. Así que detrás del rosado tiene que haber un mensaje educativo, para todas esas mujeres tan importantes en nuestra vida, y para toda la comunidad en general, donde llevemos ese mensaje de cuidar más nuestra salud, de visitar el médico, de ese amor por nosotros mismos. Los fondos recaudados en este evento han de usarse para servicio directo a nuestros pacientes de cáncer, en este caso para mamografías a bajo costo o gratuitas, pelucas, y nuestros programas de apoyo para nuestras pacientes de cáncer de seno”, indicó Juan Carlos Mejías, director de SAC-Oeste.
Rosa I. Rodríguez Orta, sobreviviente de cáncer de seno, fue una de las que participó en la Marcha y expresó su agradecimiento por la gesta.
“Me gusta porque nos apoyan mucho, nos ayuda a seguir adelante y nos da fe. He recibido mucha asistencia en los talleres, y si necesitamos algo y el plan no nos cubre, ellos nos respaldan”, indicó.
En el año 2013, el Colegio de Mayagüez inició su jornada solidaria con las pacientes y sobrevivientes del cáncer del seno con la celebración de la primera Marcha Rosada. Cada año, el RUM forma una figura diferente en la Antigua Pista Atlética. En 2013, fue un brasier rosado; en 2014, la huella de Tarzán; en 2015, un zapato de tacón; en 2016, un rostro femenino; en 2017, no se pudo llevar a cabo por la recuperación del huracán María; en 2018, un guante de boxeo, y ahora, por primera vez, un lazo rosado trazando los senos.