Alpha Astrum del RUM brilla en su debut de competencia de la NASA
Por Ídem Osorio De Jesús (idem.osorio@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 7 de agosto de 2020
La asociación estudiantil Alpha Astrum, del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), logró tres importantes premios en la más reciente competencia NASA Student Launch 2020. Con el proyecto de su cohete, conocido como DRACO (Dynamic Rocket for Airborne Controlled Operations), el equipo obtuvo el primer lugar en las categorías Project Review Award y Rookie Award, así como el segundo lugar en STEM Engagement Award.
Los 50 embajadores colegiales, de diferentes concentraciones de Ingeniería y Administración de Empresas, entre los que se destacan 17 féminas, completaron su hazaña en el formato virtual, sobresaliendo entre alrededor de 50 universidades de Estados Unidos que participaron en este desafío anual. El objetivo consistió en diseñar, construir y lanzar un cohete de alta potencia reusable, que alcanzara una altura de 4 mil pies y aterrizara mediante paracaídas. Además, le requirieron llevar un cargamento que realizara un experimento una vez descendiera.
Roberto Rodríguez Otero, vicepresidente de Ingeniería de Alpha Astrum y estudiante de cuarto año del Departamento de Ingeniería Mecánica (INME), explicó que la competencia se extiende por ochos meses y culmina con un evento presencial en Huntsville, Alabama, donde se hacen los lanzamientos oficiales de los cohetes, que este año se canceló por la pandemia del COVID-19.
Completar el reto a distancia, no representó un obstáculo para los integrantes del proyecto, quienes conquistaron presea dorada en Project Review, por la mejor combinación de reportes técnicos y presentaciones orales a un panel de expertos de la NASA, así como la de Rookie Award, como mejor equipo principiante. Los colegiales también obtuvieron segundo lugar en STEM Engagement, por haber impactado a sobre 5 mil estudiantes de escuelas públicas y privadas de todo Puerto Rico, a través de diversas actividades de alcance comunitario.
“Esto es un logro histórico, ya que fue nuestra primera vez participando de esta competencia, sin ninguna experiencia previa sobre cohetes y logramos ganar tres importantes premios. Incluso, en una de las categorías logramos superar a la Universidad de Vanderbilt, que había ganado el premio el año pasado. Además, el equipo se impuso ante varias universidades especializadas en el tema aeroespacial como la de Vanderbilt, la Universidad de California en Los Ángeles, Universidad de Texas en Arlington y la Universidad Estatal de California en Long Beach. En las presentaciones orales, el panel de NASA quedó sumamente impresionado con el nivel de detalle e innovación de nuestro proyecto”, reiteró Roberto.
El portavoz del grupo expresó su inmensa satisfacción por la gesta de todos sus compañeros, quienes continuaron su agenda ininterrumpida desde sus hogares para lograr someter todo el trabajo a tiempo y de manera eficaz.
“Este logro representa cada sacrificio que hubo tras bastidores de parte de todos con la meta de superar las expectativas. Nuestro esfuerzo se vio afectado por los terremotos y la pandemia. Me siento sumamente orgulloso de la perseverancia, compromiso y dedicación del equipo para poder completar la jornada a tiempo, aún bajo las condiciones difíciles que azotaban la isla en esos momentos. Igualmente, pienso que nuestra hazaña se traduce en el comienzo de una nueva era en la industria aeroespacial, mediante nuevas oportunidades para que los estudiantes puedan desempeñarse en esta rama”, aseveró el vicepresidente de Ingeniería de Alpha Astrum.
Según explicó el líder, durante el transcurso de la competencia, los participantes deben completar una serie de informes escritos y orales en los que explican en detalle el diseño del cohete, sus mecanismos internos, y el funcionamiento del cargamento, asemejando el mismo proceso utilizado por la NASA y la industria. Además, cada año se distingue por contar con diferentes retos. Esta reciente edición se enfocó en que una vez aterrizara, el cohete tenía la misión de expulsar dos quad-pods o arañas robóticas para todo terreno, encargadas de recolectar una muestra simulada de hielo lunar.
“El fin era simular una de las misiones lunares que la NASA está trabajando bajo el programa Artemis, durante esta década. El equipo implementó varias innovaciones y procesos únicos, tales como el desarrollo de un paracaídas de 15 pies de diámetro, confeccionado a mano por los integrantes y arañas robóticas para realizar el experimento”, relató.
El futuro ingeniero mecánico destacó que el aprendizaje en la experiencia se fortaleció con situaciones adversas a lo que habían planificado. No obstante, transformaron lo negativo a su favor, una cualidad que causó una excelente impresión sobre el equipo del recinto mayagüezano de la UPR.
“Durante el proceso de lanzar el cohete, tuvimos un fracaso, pero no nos dimos por vencidos, documentamos todo lo que salió mal ese día y mejoramos nuestro diseño para hacerlo mucho más seguro. El segundo intento fue todo un éxito. Eso lo presentamos ante el panel de NASA, que resaltó nuestra responsabilidad y ética al incluir, no solo los lanzamientos exitosos, sino los que no progresaron también. La clave está en aprender y volver a intentarlo. Nuestro equipo nunca se quitó y siempre dio la milla extra, sin importar las circunstancias”, aseguró Roberto.
El equipo DRACO agradeció, a todas las personas y auspiciadores que les brindaron su apoyo desde el principio, en especial a sus mentores, los doctores David Serrano Acevedo, catedrático de INME en el RUM; Otoniel Díaz, profesor de Ingeniería Mecánica en la Universidad Interamericana en Bayamón y Roberto Angleró, ingeniero mecánico destacado en la compañía aeroespacial Northrop Grumman y exalumno del RUM.
En cuanto a sus planes futuros, los integrantes de Alpha Astrum aspiran a participar nuevamente en la próxima competencia y a revalidar el excelente desempeño en su debut, preferiblemente de manera presencial en Alabama, si las circunstancias lo permiten. Además, el colectivo dará continuidad a su trabajo en las escuelas y comunidades, para inspirar a los jóvenes a seguir carreras en las áreas de ciencia, matemáticas e ingeniería, conocidas como STEM. Igualmente, se visualizan en el desarrollo de más iniciativas y proyectos con el propósito de expandir la industria aeroespacial en Puerto Rico de manera sustentable.