RUM tiene su primera clase doctoral de Psicología escolar
Por Javier Valentín Feliciano (javier.valentin@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 21 de agosto de 2020
El Departamento de Psicología del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), de la Universidad de Puerto Rico (UPR), ya cuenta con su primera clase doctoral compuesta por ocho estudiantes graduados que fueron seleccionados mediante una serie de requisitos. Como dato relevante, todos poseen un grado de bachillerato, algunos cuentan con una maestría, o ya poseen con una amplia experiencia laboral, pero les une la nueva meta que se han trazado en sus vidas y es obtener el grado de Doctor en Psicología Escolar.
“A pesar de que tomó muchos años de trabajo la aprobación este programa doctoral, nos cobija una inmensa alegría. Todo esto ha sido un sueño hecho realidad. Esta primera clase posee un enorme potencial, fueron seleccionados de un total de catorce solicitantes. El programa fue aprobado a finales de marzo, que coincidió con la cuarentena a raíz de la pandemia del COVID-19. El estudiante entra directamente al doctorado, esto lo hace uno innovador”, manifestó el doctor Douglas Santos, director del Departamento de Psicología.
Añadió que, una de las características que hace único a este doctorado son las dos subespecialidades, una en Neuropsicología y la otra en Psicología clínica, que se atempera a las necesidades del mundo actual en el campo educacional para trabajar con niños y adolescentes.
Según la doctora Bernadette Delgado, directora asociada, el reto de recibir este grupo de estudiantes graduados comprometidos con cada uno de sus intereses, redundará en profesionales de la más alta calidad que servirán al país o a cualquier lugar donde ejerzan la Psicología Escolar.
“No me cabe la más mínima duda, de que escogimos a los mejores estudiantes doctorales. Esto ejemplifica la calidad de estudiantado que vamos a tener en este programa. Esta clase pionera abre camino y rompe con los esquemas que tienen tradicionalmente otros programas, en términos de su adiestramiento. No podía creer que habíamos llegado al momento, que soñamos por tanto tiempo, antes de comenzar el programa y tener a estos jóvenes como nuestros primeros estudiantes doctorales. Resulta muy difícil de explicar porque tú los escuchas y ya sabes que la gente que se estarán adiestrando van a ser personas que, de alguna manera u otra, impactarán el desarrollo de nuestros niños. Confiamos plenamente de que van a fomentar y gestar cambios en nuestras instituciones educativas, en los distintos contextos en los que ellos eventualmente terminan ejerciendo. Así que más que orgullosos de esta primera clase doctoral”, indicó la profesora, quien aprovechó la oportunidad con Prensa RUM para mencionar al fenecido doctor Eddie Marrero, como uno de los primeros gestores de este programa académico.
Agregó que, esta primera clase doctoral durante el periodo de cinco años de intensos estudios, a partir del primer semestre del segundo año, podrán solicitar ayudantías bajo dos modalidades, la de cátedra, en la que el estudiante podrá enseñar y la de investigación, en las que realizarán trabajos con profesores o profesoras que realizan investigaciones.
“El programa está estructurado para que cuando estén en el internado ya hayan defendido esa propuesta de tesis y hayan podido recoger datos, porque el curso de tesis se integra en el cuarto año. Primero, esa propuesta de disertación esté defendida. Tenemos distintos puntos de cotejo, a través del programa para asegurarnos que ellos se desarrollen. Durante este primer año llevamos una evaluación para asegurarnos de que estén encaminados para hacer ajustes en términos de su progreso académico. En el segundo año realizamos otra evaluación, ya que en su tercer año toman sus exámenes comprensivos y en ese cuarto año defienden la propuesta de disertación para que se puedan ir de internado en el quinto año. Los estudiantes realizarán la tesis en su último año”, sostuvo.
El grupo de ocho valientes
Para Brenda M. Cintrón Rodríguez, egresada del RUM, regresar a realizar estudios graduados en su alma mater, resulta una experiencia enriquecedora, pues afirmó que en sus venas corre la sangre verde. Regresó a continuar sus estudios veinte años después, ya que considera que nunca es tarde, si la dicha es buena.
“Estoy segura de que formamos un grupo de profesionales con un alto nivel de capacidad y de compromiso. Entre mis metas, me voy a enfocar en evaluar el desarrollo emocional y cognitivo de la niñez y la juventud, porque desde el huracán María, con el cierre de escuelas, los terremotos, la pandemia y todos los eventos que han impactado de una forma u otra a esta población estudiantil, especialmente en la población de la región suroeste. Me interesan mucho los temas sociales y de política pública, ya que pienso que la educación es uno de los pilares de toda sociedad. Además, me gustaría que el Departamento de Educación de Puerto Rico tenga una transformación completa. Mi sueño y mi visión sobre la educación es que sea una justa, equitativa y digna”, indicó.
Por su parte, Leticia Compre, graduada de la UPR en Ponce, en donde completó un bachillerato en Psicología, dar este paso tan importante va ligado a su interés por la educación y a largo plazo se visualiza ejerciendo en la práctica privada.
“Pienso que la formación de niños y jóvenes es uno de esos pilares más relevantes de un país. Además, en mi familia contamos con muchos maestros, así que siempre he estado relacionada con la educación. Mis propósitos son trabajar para un país, donde la prevención no se ejecuta. Quiero aportar con planes de prevención e intervención en temas, como la deserción escolar, aprendizaje, y cómo influyen los medios en la enseñanza y en los métodos de educativos. Realmente, lo que son los problemas sociales me interesan mucho, deseo trabajar con estos problemas desde la perspectiva de la educación y la salud mental que es tan importante hoy día en este país”, afirmó.
Sin embargo, para Mariely Vélez Pérez, egresada del bachillerato en Psicología del Colegio, en el año 2013, y quien recientemente obtuvo una maestría en Consejería Psicológica de la Universidad Carlos Albizu, comenzar sus estudios doctorales van relacionados con su deseo de servir a la comunidad sorda.
“Solicité al programa doctoral por mi deseo de continuar desarrollándome en el área de la Psicología, ya que es una de mis pasiones. Entre los temas que me interesan y que me gustaría trabajar son las poblaciones vulnerables y sobre todo me interesa la adaptación de las pruebas psicométricas. Además, me gustaría explorar la lectura en psicoterapia y la comunidad de sordos en Puerto Rico. Es importante que en cada escuela haya un Psicólogo Escolar en todas las escuelas, también que se le dé más importancia en la prevención, al igual que se termine por completo con el tabú de visitar a un Psicólogo”, expresó la también intérprete en lenguaje de señas.
Por otro lado, Mónica Ruiz, quien comenzó estudios de bachillerato en la UPR de Aguadilla y los culminó en el Departamento de Psicología del Recinto de Río Piedras, la creación de este programa doctoral coincidió con sus objetivos a largo plazo.
“Mi interés de investigación es profundizar en las necesidades de la población de Síndrome de Down, específicamente en la operación de corazón abierto, auscultar cuáles son las diferencias entre los niños que han sido operados, versus aquellos que no han sido operados, tanto en el ámbito social como académico. Me gustaría trabajar con la población vulnerable, como los niños de educación especial, para que tengan una educación digna y acorde a sus necesidades”, enfatizó.
La estudiante graduada Xiomara Colón, quien obtuvo un bachillerato en Psicología y Salud Mental de la UPR Cayey, desea enfocar sus investigaciones con la población infantil del país.
“Me he desempeñado como catequista en mi iglesia y fui tutora en el municipio de Cayey de niños con problemas de aprendizaje. Estas experiencias fueron determinantes para decidirme a trabajar con estas poblaciones, en muchos casos marginadas. Mi meta a largo plazo es laborar en una escuela o en donde necesiten de mis servicios. Además, es de suma importancia evaluar los planes de prevención que se tiene en el sistema escolar hasta llegar a una formación que promueva la inclusión”, sostuvo.
Mientras que, para Desiree Paz Adames, quien completó un bachillerato en Psicología del RUM, además obtuvo un grado de maestría como Educadora en Salud, en el Recinto de Ciencias Médicas de la UPR, su interés principal está encaminado por su trabajo con niños y adolescentes.
“Considero que la educación es parte fundamental para el desarrollo de la sociedad. El estudio de las conductas que faciliten que el proceso de enseñanza y aprendizaje resulte en uno efectivo es de suma importancia, especialmente en las primeras etapas de vida de las personas. Profesionalmente, aspiro a ayudar y aportar a que la educación de nuestra sociedad sea una efectiva, especialmente de las futuras generaciones”, añadió.
Por su parte, la egresada colegial Maryliz Soto, graduada de la mencionada disciplina del RUM, comenzó estudios en el año 2015.
“Me interesó seguir estudios graduados en el área de psicología escolar, ya que percibo a la educación y la psicología, como herramientas de cambio social. Mis experiencias bajo el Programa de Preparación de Maestros (PPM), me expuso a la realidad que enfrentan los jóvenes, maestros y personal en las escuelas del país. Debido a esto, quisiera contribuir a crear un cambio o reforma en el sistema. Sin embargo, no dudo que las experiencias y aprendizajes que adquiera, me prepararán para enfrentar grandes desafíos”, indicó.
Para Yan Feng Ruiz, egresado del Colegio en el Departamento de Psicología, la opción de comenzar los estudios doctorales lo tomó por sorpresa, ya que una vez se enteró de la convocatoria, de inmediato solicitó, reunió los requisitos, por lo que fue seleccionado.
“Mis metas en el programa doctoral son desarrollar las destrezas necesarias para poder intervenir a nivel individual y de sistema. Deseo implementar programas de prevención en las comunidades escolares y poder colaborar con estas comunidades, que son muy vulnerables. Trabajar en poblaciones como niños y jóvenes con necesidades excepcionales y en estos esfuerzos realizar evaluaciones psicológicamente válidas, que puedan intervenir en procesos de promoción al entorno educativo positivo dentro de los cuales los niños y jóvenes de mucha diversidad se puedan beneficiar. Me interesa garantizar que estos tengan un acceso igualitario a servicios educativos y psicológicos efectivos que puedan promover un desarrollo saludable”, puntualizó el estudiante aguadeño.