Investigación del RUM sobre impresión 3D para aplicaciones espaciales recibe subvención de la NASA
Por Mariam Ludim Rosa Vélez (mariam.ludim@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 7 de febrero de 2025
El Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) recibió una subvención de $300 mil de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) para una investigación, cuyo fin es evaluar y desarrollar nuevas tecnologías de impresión 3D para aplicaciones en misiones espaciales.
El doctor Ubaldo Córdova Figueroa, catedrático del Departamento de Ingeniería Química (INQU) del RUM, es el investigador principal de la propuesta titulada Ensamblaje controlado de partículas de Janus anfifílicas en una matriz polimérica para aplicaciones innovadoras de impresión 3D en el espacio.
El proyecto, que inició a principios de este año, cuenta con la colaboración del Glenn Research Center de la NASA, Purdue University y la fundación Engine-4, ubicada en Bayamón, Puerto Rico.
“Estamos muy interesados en proponer materiales nuevos que puedan utilizarse para el desarrollo de piezas, dispositivos y cualquier tipo de utilidad en el espacio. Hay una alta necesidad en muchas industrias aeroespaciales, como la NASA y otras agencias internacionales, de encontrar soluciones que permitan construir o manufacturar piezas y equipos en el espacio, ya que resulta más costoefectivo. La necesidad de proponer nuevos materiales es una prioridad global, y queremos contribuir a ese esfuerzo”, indicó el investigador en entrevista con Foro Colegial.
Sobre la relevancia de esta investigación para apoyar futuras misiones espaciales, Córdova Figueroa comentó que es clave comprender y visualizar las tecnologías emergentes de la próxima década.
“La Estación Espacial Internacional ya cuenta con impresoras 3D que se utilizan para hacer prototipos, muestras y experimentos. Sin embargo, no necesariamente esa será la tecnología utilizada en las próximas estaciones espaciales. Siempre hay un desfase entre lo que está en funcionamiento y lo que se planifica para el futuro. La industria nos ayudará a entender no solo el desempeño actual de estas impresoras 3D, sino también qué innovaciones se están desarrollando. Ese conocimiento será fundamental para alinear nuestras expectativas en esa dirección”, puntualizó.
Asimismo, destacó la importancia de que sea un esfuerzo multiagencial e intersectorial.
“Esa interacción estará respaldada por el conocimiento que la NASA ha generado a lo largo de los años y su experiencia en misiones espaciales. Además, la industria está contribuyendo significativamente al crecimiento del sector aeroespacial en los últimos años. Estas colaboraciones serán clave, ya que un investigador académico no se expone a estas dinámicas a diario. Si bien estamos rompiendo fronteras en el conocimiento con nuestros proyectos, la NASA busca inversiones en iniciativas con un alto impacto práctico, por lo que debemos integrar componentes adicionales para que el proyecto tenga éxito”, señaló.
La propuesta forma parte de la tercera cohorte del programa Mentoría y oportunidades en STEM con instituciones académicas para el éxito comunitario (MOSAICS) de la NASA. A través de esta iniciativa, la agencia espacial otorgó $6 millones a 20 equipos de instituciones emergentes en Estados Unidos y Puerto Rico, con el fin de apoyar investigaciones que brinden oportunidades de desarrollo profesional a estudiantes en los campos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM).
“Algo que me gustó mucho de este programa es que la NASA le dio gran importancia a contar con un plan de mentoría para los alumnos involucrados en el proyecto. En la Universidad siempre buscamos maneras de brindar a los colegiales experiencias únicas y exposición internacional. Como parte de las actividades, visitaremos el Glenn Research Center, en Ohio y realizaremos talleres en colaboración con Purdue University sobre redacción de documentos técnicos. También fomentamos su participación en reuniones de investigación y conferencias nacionales”, sostuvo.
Agregó que el equipo contará con financiamiento para dos estudiantes graduados en el RUM, de los cuales ya se reclutó a uno. También tendrán el apoyo de un consultor especializado en tecnología de impresión 3D para la parte técnica del dispositivo. Durante los primeros meses del proyecto, el enfoque será consolidar el equipo de trabajo y definir la base teórica de la investigación.
Como parte del estudio, se utilizará la herramienta de simulación Brownian Dynamics, que permite desarrollar materiales blandos con fluidos y suspensiones coloidales.
“Los coloides son partículas diminutas a nano y microescala, tan pequeñas que solo se pueden ver con microscopios especiales, y pueden agruparse de formas específicas dependiendo de cómo interactúan entre sí. Estas agrupaciones pueden cambiar las propiedades de los materiales, haciéndolos más resistentes o alterando cómo se comportan cuando son utilizados. Luego, iniciaremos el trabajo experimental, guiado por los modelos teóricos que desarrollamos en el RUM con el apoyo de Purdue. Ellos contribuirán con la síntesis de las partículas y la caracterización junto con el Glenn Research Center de la NASA. Como es un proyecto de dos años, debemos avanzar rápidamente. Además, la NASA exige que el equipo someta una propuesta adicional para financiamiento futuro. Con esta fase inicial, esperamos obtener resultados preliminares relevantes para postular a una subvención mayor y llevar el proyecto al siguiente nivel”, explicó el investigador.
Córdova Figueroa, quien cuenta con una trayectoria de casi dos décadas como investigador en el RUM, ha recibido anteriormente importantes subvenciones de la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF). Sin embargo, esta es su primera propuesta financiada por la NASA.
“Creo que esto es una evolución natural de la infraestructura que he estado construyendo en los últimos años. He sido muy competitivo en la obtención de fondos de la NSF, que ha financiado la mayoría de mis proyectos. No obstante, esta es una gran coyuntura para insertarme en una industria que está creciendo rápidamente a nivel global. En Puerto Rico, el sector aeroespacial ha recibido un impulso significativo, por lo que esto también nos permite fortalecer alianzas con la universidad y otras instituciones. Además, quiero comunicar a otros investigadores que la industria aeroespacial es mucho más amplia de lo que se piensa. No se trata solo del desarrollo de cohetes o sistemas de propulsión, sino que abarca desde el diseño de nuevos materiales hasta áreas como agricultura, ciencias sociales, salud y farmacéutica. Hay múltiples formas en que los científicos e ingenieros pueden contribuir, y en la medida en que Puerto Rico se involucre más en esta industria, se abrirán mayores oportunidades de colaboración y crecimiento”, concluyó.
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