Escolares y universitarios participantes del CUÁ logran el sueño colectivo de graduarse
Por Javier Valentín Feliciano (javier.valentin@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 13 de junio de 2025
Un grupo de escolares y universitarios participantes del Centro Universitario para el Acceso (CUÁ), adscrito al Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), se graduó de sus respectivas instituciones educativas. Este colectivo estudiantil tuvo que hacer frente a situaciones de adversidad, el paso de los huracanes Irma, María y Fiona, los terremotos que afectaron la zona suroeste, la pandemia que causó el traslado sus cursos de manera virtual, la precariedad fiscal en las instituciones gubernamentales y los escollos que padecieron para continuar con sus metas. Y pese a todo, lo lograron.
“Hoy estamos bien contentos, porque celebramos en grande nuestra graduación y el cierre de todo el año académico. Hay ocasiones en las que este evento es un poco más pequeño, pero tenemos una gran cantidad de estudiantes que se gradúan de nivel escolar y también, parte de nuestro equipo colegial. Siempre nos gusta celebrar los logros de nuestros participantes. Realizamos una agenda de actividades sabatinas, nuestro campamento, apoyo académico semanal y todos los servicios de mentoría que ofrecemos desde el CUÁ”, expresó la doctora Sandra Soto, coordinadora de la unidad académica.
Según explicó, en el verano realizan el campamento EDUCUA, cuyo enfoque principal es explorar disciplinas, carreras o que puedan ingresar a la universidad. Durante el semestre, ofrecen otros dos servicios principales de tutorías a nivel escolar y universitario. Mientras, el apoyo académico es dirigida a una población en particular compuesta por jóvenes de séptimo grado a duodécimo de escuelas públicas en Mayagüez. Estos asisten dos veces por semana con un equipo de tutores, que son estudiantes del Recinto de distintas disciplinas. Asimismo, las sabatinas, que se realizan de manera mensual y se hacen tres durante el semestre.
Por su parte, la doctora Jocelyn Géliga Vargas, co-coordinadora del CUÁ, manifestó que dentro del marco de la celebración de los 18 años que lleva establecido y fundado el Centro por los doctores Rima Brusi Gil de la Madrid y David González, la importancia es aún mayor por el aumento de las cifras de pobreza infantil en Puerto Rico.
“El logro de hoy es muy importante y lo enmarco en la metáfora del sueño. En todas las graduaciones se habla de sueños, en el caso nuestro quiero pensarlo en su carácter colectivo. Nos enseñan demasiado en la escuela, a competir, salir bien, ser el mejor y luchar por las notas más altas, pero el CUÁ tiene otras dinámicas. Nuestra aspiración es ser cada vez mejores para unas y otros, colaborar, ser un equipo tanto los tutores, mentores, con las familias. Para mí es un gran gusto conocerles personalmente con quienes que llevo comunicándome alrededor de tres años. Ese sueño colectivo es lo que celebramos esta mañana y es uno forjado cada día. Han sido todos atropellos que han tenido un impacto social sobre los sectores más desventajados, en especial hacia los sectores más jóvenes”, reveló.
Este año académico, alumnos de dos escuelas mayagüezanas a nivel intermedio: Manuel A. Barreto y la María Dolores Faría; y dos a nivel superior: la escuela vocacional Doctor Pedro Perea Fajardo y la Eugenio María De Hostos, participaron de las actividades para mejorar su aprovechamiento académico.
La egresada colegial Tainnette Díaz Quiñones, quien estudió Psicología y formó parte del CUÁ recomendó a su prima Yetzaira Quintero Pérez para que mejorara sus destrezas académicas a través de este programa.
“Primero fui participante en el 2009. A nuestro plantel fue un recurso del Centro para orientarnos sobre los beneficios y todo lo que ofrecen. Fui una estudiante de cuatro puntos, pero en realidad, era muy tímida y una maestra lo identificó. Necesitaba desarrollarme en otras áreas además de tener buenas notas. Mis papás decidieron apuntarme y comencé a tomar tutorías, los repasos del College Board. Luego me beneficié de las mentorías. Recuerdo a Alejandra Ramos, quien era mi mentora favorita. Gracias a ella, que siempre estuvo en contacto conmigo, comencé a apreciar lo que es la universidad”, indicó.
En el caso de Yetzaira, estudiante de la escuela Eugenio María De Hostos, admitida al Colegio de Administración de Empresas del RUM, comenzó a estudiar sus grados a nivel superior y completó tres años en el CUÁ, tiempo que le sirvió para realizar sus metas.
“Mi experiencia ha sido gratificante y se convirtió en el lugar donde me han visto llorar, reír y me han ayudado mucho en cuestión académica. Siempre he tenido buenas notas, pero llegué aquí por un problema en el área de las Matemáticas y gracias a Jocelyn y a Sandra me he podido desarrollar en las distintas materias y logré subir mis notas, aproveché las distintas actividades y fui admitida al Colegio”, relató.
Al mismo tiempo, Keyra Mojica Rodríguez conoció a Yetzaira, quien le habló acerca de los servicios que ofrece el CUÁ. La joven fue admitida al recinto mayagüezano para completar un bachillerato en Sistemas de Oficina pudo concretar sus aspiraciones durante su etapa como participante, ya que se propone establecer su propio negocio.
“Cuando me contaron sobre este Centro fue justo en un periodo que necesitaba asistencia. Me llevo tantas herramientas; me ofrecieron sus ayudas. Tuve conocimiento sobre este la importancia de este Recinto porque no me veía estudiando en el Colegio. Me enfoqué más en mis metas y en lo que quería estudiar. Me descubrí a mí misma en el área que me interesaba, me pude desarrollar, mejorar la destreza de hablar en público y expresarme mejor. Deseo establecer un acuario que también funcione como restaurante”, destacó.
Asimismo, la colegial Emily Burgos Vélez, quien se gradúa del Departamento de Ingeniería Química, se desempeñó como tutora durante tres años en el Centro y descubrió el don de la enseñanza, al punto que ha disfrutado la experiencia de educar a jóvenes para que encarrilen sus objetivos.
“Me integré justo cuando regresamos al formato presencial tras la pandemia. Ha sido una experiencia de crecimiento profesional, académico y personal. Nunca había trabajado con niños pequeños. Me ayudó a mantenerme al día con mis materias de Matemáticas y Ciencias y hasta ofrecí el repaso para los exámenes del College Board. La vivencia me resultó positiva y me ha hecho considerar trabajar en el futuro como maestra o profesora. Estaba colaborando desde el séptimo hasta cuarto año en las tutorías escolares. Además, trabajé con estudiantes universitarios que ya se han graduado y estaban en el Centro porque necesitaban ayuda con los cursos de Matemáticas, Química, Cálculo y Precálculo”, aseveró.
Prensa RUM conoció a Jessica Martínez Acosta, una progenitora cooperativista que tiene a sus dos hijas en el Centro y se convirtió en una de sus voluntarias. La mamá de Jessmarie y Doraliz Samol Martínez agradeció al equipo de trabajo porque ha depositado la formación sus hijas. Las tres son egresadas de la escuela superior vocacional mayagüezana.
“Soy una de las madres más longevas del CUÁ. Me enteré por una promoción impresa. De inmediato, me comuniqué a los números de teléfono y me contestaron. A partir de ese momento, hemos mantenido una amistad por WhatsApp, al punto que hoy las conozco de manera personal. Desde entonces, hace cinco años que enfrentamos la pandemia, pasamos a la escuela presencial, estuvimos tiempos sin luz y ha sido un apoyo porque nos mantenemos en constante comunicación. Las meriendas que con tanto cariño preparo para los grupos, cada rato me las piden y me llena de gran satisfacción. A todas las familias les recomiendo que aprovechen al máximo la oportunidad de que sus hijos formen parte del CUÁ”, contó con entusiasmo.
Asimismo, se dio a conocer la publicación Para contarnos: memorias que superan cifras, que plasma los testimonios de sus cuates, en cinco secciones y que se espera que se continúe realizando en el futuro.
“Gracias a la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades, que nos otorgó los fondos en un momento crítico para la educación de Puerto Rico. Agradecidos por la paciencia y la esperanza de saber que proyectos como el nuestro con un vínculo tan cercano con la comunidad no se deben reñir por las métricas de tiempo que se imponen en otras iniciativas. Sus autores y autoras compartieron su experiencia en los retos que han enfrentado en el país. Está compuesto tanto por relatos biográficos, como ficción que se escribieron en talleres de redacción creativa ofrecidos en dos ocasiones por las profesoras Beatriz Llenín Figueroa y Vibeke Betances Lacourt”, sostuvo la doctora Géliga Vargas, quien también es catedrática en el Departamento de Inglés.
Desde hace casi dos décadas, uno de los principales objetivos del Centro Universitario para el Acceso es encaminar a que sus participantes, en su mayoría en desventaja económica y social, se puedan abrir paso en el mundo y tengan igualdad de oportunidades para estudiar una carrera profesional o técnica, según sus intereses.