Un amor con sello colegial: del Colegio a Virginia
Por Mariam Ludim Rosa Vélez (mariam.ludim@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 13 de junio de 2025
Desde el primer instante en que Christian J. Lagares Nieves la vio pasar, supo que había algo especial. La observó mientras ambos asistían a la misma iglesia, le preguntó a su madre quién era aquella joven y, aunque le tomó tiempo captar su atención, no se rindió. “Fue amor a primera vista”, aseguró.
Lo que comenzó en plena pandemia con una solicitud de amistad por Facebook, tardó varios meses en concretarse.
“Yo no acepto personas que no conozco, pero vi que teníamos amigos en común, así que eventualmente lo acepté”, contó Anais Hernández Escobar. Después de eso, no ha pasado un solo día sin que se hablen.
Ambos desfilaron durante la centésima duodécima graduación del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), de la Universidad de Puerto Rico. Christian obtuvo su grado de doctorado en Ingeniería Mecánica; Anais, su maestría en Biología. El 21 de junio se casan. Y en pocos días más, comenzarán una nueva etapa profesional en Virginia, donde ya cuentan con ofertas de empleo seguras.
“Nos vamos con dolor en el corazón porque los dos somos de aquí, de Puerto Rico, pero nunca le decimos que no a un reto. Siempre digo: esto es un hasta luego, no un adiós”, expresó él.
“Yo me había prometido no comprometerme, ni siquiera tener novia durante el doctorado, pero llegó Anais y me cambió los planes. No solo comenzamos una relación, también nos comprometimos. El tiempo fue un factor difícil, porque había que aprender a acoplarse, a entender que habría sacrificios. Pero lo logramos”, agregó.
Anais coincidió al indicar que “ha sido una experiencia gratificante. Christian ha estado ahí en todos los pasos, en las dificultades, en los logros. Aunque hubo muchos retos, pudimos alcanzar todo lo que nos propusimos. Hemos caminado de la mano, enfocados”.
Ambos recuerdan con cariño una playa especial: Punta Borinquen, en Aguadilla. Fue su lugar de escape, de conversación profunda, de planificación. Allí no hay señal de celular, y eso les permitía desconectarse por completo del mundo. En ese mismo rincón, él planificó la propuesta de matrimonio.
“Yo quería que fuera el mismo día que nos hicimos novios, pero no me aguanté. La llevé con una excusa para vestirnos más elegantes que de costumbre. Le pedí que se virara para tomarle una foto y, cuando lo hizo, ya yo estaba de rodillas en la arena”, narró.
Anais, entre risas, admite que se sospechaba algo. “Pero no quería esperanzarme. Las mujeres intuimos cosas. Fue todo bien bonito, como lo esperaba”.
Sobre su jornada académica, Anais inició su maestría en enero de 2021 en el Departamento de Biología del RUM. Ofreció laboratorios a estudiantes subgraduados y realizó investigaciones relacionadas con organismos que afectan el sistema respiratorio en zonas cercanas a un estuario. Se graduó de bachillerato en Biología en la Interamericana de Aguadilla y es natural de Moca.
Christian, por su parte, es mayagüezano. Desde pequeño soñó con estudiar en el RUM. Ingresó con admisión temprana en el 2013, con apenas 16 años.
“Para mí, graduarme del Colegio es un sueño cumplido. Nunca pensé en otra universidad. Cuando el Departamento de Ingeniería Mecánica abrió el programa doctoral, no lo dudé. Yo quería que ese doctorado fuera aquí”, puntualizó.
Durante los pasados años ha trabajado en proyectos del sector público y privado, y ahora, desde Virginia, continuará ampliando su experiencia.
“Nunca me quedo quieto. Siempre busco retos que renueven mi pasión por aprender. Salirme de la zona de confort me mantiene en movimiento”, señaló.
Al mirar hacia atrás, ambos reconocen que su trayecto ha sido mucho más que académico. Ha sido una apuesta por el amor, la fe, la colaboración mutua y los sueños compartidos.
“Para nosotros, ser colegiales significa haber vivido una etapa de mucho esfuerzo, compromiso y sacrificios, y a la vez una etapa de gratificación. Nos sentimos orgullosos de haber sido parte de esta institución y de haberla representado con dignidad”, expresó Anais.
“Haber culminado juntos, en paralelo, ha sido una bendición inesperada. Un sueño que no planificamos así, pero que resultó perfecto”, concluyó Christian.