Cacao de altura, de Aguada al mundo
Por Mariam Ludim Rosa Vélez (mariam.ludim@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 15 de febrero de 2019
En el 2009, el aguadeño Juan Echevarría García se reinventó. Hasta ese entonces, trabajaba como gerencial en la industria de manufactura, que se vio abatida con la culminación de la sección 936. Así nació Jeanmarie Chocolat, una empresa de chocolate artesanal orgánico de altura, que busca impulsar esa producción en la isla. Su visión es crear lo que denomina Proyecto País a través de ese sector agrícola.
Su tenacidad ha rendido frutos, ya que esta semana se concretó una colaboración multisectorial que permitirá expandir los esfuerzos de robustecer el cultivo del cacao en Puerto Rico.
Se trata de la iniciativa JMAM Cacao, una alianza público privada entre el gobierno municipal de Aguada y la empresa que preside Echevarría, con el fin de ensanchar los lindes de un chocolate especializado de Aguada hacia el mundo.
El epicentro de este punto de trascendencia del proyecto es la escuela rural Gregorio Rodríguez Orama, ubicada en el barrio Atalaya. Tras dos años de cierre, se convertirá en un plantel agrícola, tanto para producir como para adiestrar.
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Antonio Rosselló Nevares; el alcalde de Aguada, Manuel ‘Gabina’ Santiago Mendoza; el secretario de Agricultura, Carlos Flores Ortega; el presidente de la Universidad de Puerto Rico, Jorge Haddock Acevedo; y la rectora interina del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), Wilma L. Santiago Gabrielini, entre otros funcionarios, estuvieron presentes en el histórico momento que marcó el inicio formal de la alianza.
“Desde que comenzamos con esta industria del cacao en la isla, siempre lo hemos visto con el potencial de un sector poderoso que reviva la agricultura del país. Esto es un peldaño adicional en la escalera que nos lleva a tener esta exposición y lograr que una escuela que había sido cerrada, próximamente se convierta en la fábrica de chocolates. Vamos a estar aquí, fabricando nuestros productos y evitando que la escuela en la que estudiaron mis hijas se pierda y va a tener un enfoque educativo. Vamos a estar dando talleres, seminarios de todo tipo. Así que la esencia de la escuela se mantiene”, dijo el presidente de Jeanmarie Chocolat, en un aparte con Prensa RUM.
“Ya el proyecto deja de ser de Juan Echevarría y se convierte en un proyecto de país. Queremos buscar alternativas para que la economía de Puerto Rico se enderece y uno de los mejores activos que tenemos es la tierra, pero hemos perdido la manera de trabajar con ella, y tenemos que hacer una reingeniería de lo que es la actividad agrícola”, aseguró el agroempresario, quien aparte de las décadas de experiencia en gerencia industrial posee un grado de Maestría en Mercadeo Internacional, de la Universidad Interamericana de Puerto Rico-Recinto de San Germán.
Precisamente, el Gobernador de Puerto Rico aplaudió esta iniciativa al indicar que esto “demuestra cómo se puede identificar, ante los retos, una gran oportunidad de crecimiento y entrar en un mercado que puede crecer, crear empleos y sacar productos de Puerto Rico para todas partes del mundo”.
“Aquí entramos en una coyuntura, donde hay una escuela en desuso pero que en vez dejarla a la deriva, se convierte en un lugar para adiestrar a más personas para que puedan ser parte de la industria, y que podamos añadir valor. Le agradezco a don Juan y a su familia por su compromiso y veo este proyecto como un paso inicial de desarrollo hacia la agricultura”, enfatizó Rosselló Nevares.
Por su parte, el Secretario de Agricultura expresó que el proyecto representa uno de los modelos del plan agrícola gubernamental.
“Aquí tenemos la colaboración del Municipio, de la Oficina de Infraestructura del Gobierno, y también la necesidad de sectores económicos. Es un proyecto muy bonito que nace de aquí de Aguada, el agricultor lleva años trabajando, han desarrollado varios productos. Uno de ellos, lo están vendiendo a una empresa que produce un chocolate de alto precio y tiene todos los atributos para competir con otros chocolates del mundo”, explicó Flores Ortega.
Para esta nueva etapa, Echevarría García cuenta con la colaboración del chocolatière Francis Marchinson, procedente de Canadá.
“Esto nos lleva a otro nivel porque quien estaba haciendo el chocolate era yo, fue algo que aprendí durante el camino que me he ido educando, pero ahora tenemos una persona que esa es su especialidad. Yo puedo hacer una barra tradicional, pero con su pericia puede lograr unos ofrecimientos de combinaciones distintas, en las que ellos son expertos”, afirmó.
De hecho, relató que la primera barra de chocolate que vendió, todavía sin un empaque profesional fue en el Mercado Agrícola de Rincón, motivo por el cual todavía va todos los domingos a promover sus productos.
“Fue en el 2011 cuando tuvimos la oportunidad de participar y llevamos nuestra primera barrita, no tenía label, estaba envuelta en papel de aluminio regular. Fue nuestra primera experiencia y, para nuestra sorpresa, a la gente le encantó y rápido vendimos lo que teníamos en la mesa. Eso nos dio el empuje de seguir hacia adelante. Allí hemos conocido personas de todo el mundo y nos ha servido de base para llevar muestro mensaje”, narró.
De la mano del Colegio
Desde que inició su agroempresa, Echevarría ha contado con el Colegio de Mayagüez en distintas dimensiones, desde el aspecto de cultivos hasta lo relacionado con el empaque. Su primer contacto fue con el Servicio de Extensión Agrícola (SEA) del Colegio de Ciencias Agrícolas (CCA) del RUM.
De la mano del profesor José Luis Zamora Echevarría, especialista de frutales del SEA, se educó en los temas de propagación, prácticas de cultivo, fertilización, selección de variedades, así como control de plagas y enfermedades, entre otros.
“El Recinto Universitario de Mayagüez ha colaborado desde el principio de este proyecto. El agrónomo Zamora nos ha dado dirección. También, hemos contado con un predio de desarrollo en la Estación Experimental de Corozal. Hemos trabajado con el Departamento de Biología, con el Centro de Innovación y Tecnología Agroindustrial (CITAI) del CCA, en el diseño de nuestras etiquetas y, próximamente, tengo unos retos para Ingeniería Mecánica. Este trabajo en equipo ha sido de gran ayuda. Nuestro interés es seguir colaborando”, aseguró el empresario.
Por su parte, Zamora Echevarría se mostró muy satisfecho de que la misión del SEA, que es la Universidad en la comunidad, se manifieste en el éxito de sus clientes.
“Esa es la función de nosotros en el Servicio de Extensión Agrícola, ayudar a los agricultores y empresarios agrícolas a adelantar sus proyectos y hacerlos realidad. En este caso, el cacao en Puerto Rico no se cosechaba desde los 1800. Por alguna razón, las siembras fueron decayendo, se abandonaron o fueros destruidas por fenómenos naturales y desapareció. Fue así, hasta que en el 2009, don Juan empieza la siembra de cacao y nos pide ayuda para la propagación, ya que él tiene como fin renacer la industria en la isla”, dijo el profesor.
Agregó que es un honor poder ver cómo la colaboración del SEA se convierte en un proyecto tan relevante.
“Significa que estamos cumpliendo con nuestra misión de apoyo a los agricultores”, reiteró el especialista.
De igual forma se manifestó la Rectora Interina del RUM.
“Para nosotros, en el Recinto Universitario de Mayagüez es un gran privilegio ser testigos del inicio de este proyecto que destaca el valor de la agricultura. Nos honra ser el hogar del único Colegio de Ciencias Agrícolas de Puerto Rico que forma profesionales en grados de bachillerato y maestría; así como contar con nuestros brazos extensores hacia la comunidad y la investigación, nuestro Servicio de Extensión Agrícola y la Estación Experimental Agrícola. Don Juan, apasionado de este proyecto de cacao, y su equipo de trabajo han consultado con nuestros expertos en Ciencias Agrícolas, y quiero que sepa que siempre van a tener un aliado en el Colegio de Mayagüez, pues ese es nuestro norte, poder compartir con la comunidad, los conocimientos y pericia que se genera en la Universidad, todo para el bienestar común del desarrollo de nuestro país, especialmente el desarrollo de la agricultura, y que nuestros productos vayan de Puerto Rico al mundo”, sostuvo Santiago Gabrielini.
En otro de los proyectos colegiales que participa Echevarría, es en la investigación que lidera el doctor Nelson Cardona Martínez, catedrático de Ingeniería Química (INQU), quien dirige el Center for a Sustainable Water, Energy, and Food Nexus (SusWEF). Precisamente, uno de los componentes de la iniciativa, subvencionada por la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF), busca la deconstrucción de desechos agrícolas, conocidos como biomasa, para reutilizarlos en otras aplicaciones.
“Actualmente, estamos trabajando un proyecto sobre la cáscara del cacao a ver qué subproducto de proceso pueda tener. Pensamos que en Puerto Rico, no debe ser solamente el cacao para chocolate, deben ser varias cosas más. Tenemos la tecnología, la ciencia y ya esa investigación ha dado algunos resultados”, adelantó.
Jeanmarie Chocolat, empresa familiar en la que participan además María Méndez Matías, esposa de Echevarría y maestra jubilada de Física, así como su hija Damaris Echevarría Méndez, egresada de Contabilidad del RUM, cuenta con unas 37 cuerdas en el barrio Lagunas de Aguada.
El huracán María retrasó sus planes porque perdió el 60 por ciento de su cultivo en el que tenía 25 mil árboles. Sin embargo, no lo amilanó para seguir adelante en su querido Proyecto País.
“Nos dio bien duro con la pérdida de la producción y deslizamientos pero inmediatamente, en el 2018, comenzamos los trabajos de recuperación y ya las tenemos restauradas. ¡El cacao se va recuperando bien!”, dijo.
Desde el 2013, formalizaron su producción que venden a Chocolate Cortés y exportan productos finos y de aroma a chocolatières de Atlanta, California y Florida.
“Queremos desarrollar una industria grande”, enfatizó Echevarría al expresar que en esta primera etapa de JMAM Cacao, se espera impactar a 45 agricultores con la intención de crear igual número de cuerdas del cultivo.