La seguridad alimentaria tras María
Por Ídem Osorio De Jesús (idem.osorio@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 1ro de marzo de 2019
La fragilidad del sistema alimentario de Puerto Rico, en términos de la producción y la distribución, es una realidad vigente que se evidenció con mayor crudeza luego del paso de dos poderosos ciclones por la isla, hace año y medio. Así lo constató la experta en el tema, la doctora Myrna Comas Pagán, en una conferencia que se celebró la semana pasada en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM).
Invitada por la Asociación de Estudiantes de Economía (ESA) y la facultad del Departamento de Economía, la catedrática colegial cautivó a un nutrido público de alumnos y colegas en el Anfiteatro Josefina Torres Torres del Departamento de Enfermería, para hablar sobre la Seguridad alimentaria, el Huracán María y estrategias resilientes.
Su autoridad como voz en este renglón no solo proviene de la exhaustiva investigación que realizó con motivo de su disertación doctoral, sino que se ha enriquecido con la experiencia a través de su cátedra en el Departamento de Economía Agrícola y Sociología Rural del Colegio de Ciencias Agrícolas del RUM; y como Secretaria del Departamento de Agricultura de Puerto Rico, cargo que ocupó desde el 2013 hasta el 2016.
“Hace varios años venimos advirtiendo cuán vulnerable es el sistema alimentario del país. Lamentablemente, el huracán María vino a validar estos planteamientos y vemos cómo todavía sentimos parte del efecto porque la producción agrícola no se ha recuperado del todo. A través de esta conferencia volvemos a recalcar esa inestabilidad con ejemplos ocasionados por el fenómeno, pero también para hacer un llamado a la comunidad sobre la importancia de que todos nos preparemos porque estamos expuestos a estos embates naturales y es preferible que cada familia tenga su plan para que ese elemento que satisface una necesidad básica del ser humano, esté disponible en cada hogar, no importa el factor climatológico o cualquier otro que pueda afectar la producción y distribución de alimentos en la isla”, reiteró en un aparte con Prensa RUM.
Precisamente, ante la relevancia de este vital asunto para la ciudadanía, que forma parte de varios cursos avanzados como Economía de Puerto Rico y Macroeconomía, los profesores a cargo de dictarlos entendieron la pertinencia de tener acceso a información actualizada.
“Por la inseguridad y la incertidumbre que tenemos después del paso de estos dos huracanes en el 2017, hay muchos deseos del estudiantado y del personal docente del Recinto de conocer más sobre este tema y tenemos la fortuna de contar con un recurso humano extraordinario como lo es la doctora Myrna Comas, quien nos va a poner al día en las estadísticas más recientes sobre cuántos de los alimentos que estamos consumiendo son producidos localmente o importados, entre otros datos”, adelantó el doctor Edwin Irizarry Mora, quien le dio la bienvenida a la invitada en nombre del Departamento de Economía.
La conferenciante inició su intervención con la definición que ofrece la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), que establece que existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento, acceso físico, social y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades y preferencias alimentarias a fin de llevar una vida activa y saludable.
“Cuando comencé a dialogar sobre este tema para el 2007 o 2008, la gente me cuestionaba por qué preocuparnos si aquí en los supermercados hay comida demás y la gente tiene dinero para comprarla. Yo les decía que no estábamos conscientes de todo lo que conlleva la situación, por ejemplo: las millas que recorren esos víveres desde el lugar que se producen hasta la mesa de los consumidores, los medios de transporte que se tienen que usar y la poca producción en la isla, aparte de otros factores que aumentaban el riesgo como el cambio climático. Por eso, mi tesis doctoral terminó siendo sobre este tema. En aquel momento, yo hablaba de lo que podía pasar, ahora tengo que decir lo que pasó en nuestro país que puede volver a ocurrir”, subrayó.
Comas Pagán abarcó cuatro dimensiones o perspectivas desde las cuales es preciso evaluar la seguridad alimentaria de un país: la disponibilidad, que es de dónde viene la comida; la accesibilidad, cómo se adquieren los alimentos; la adecuacidad, cuán aptos son esos productos para el consumo; y la estabilidad de los sistemas de producción y distribución, y cuán resistentes son a factores de riesgo.
Con datos actualizados y ejemplos concretos, la economista agrícola demostró que ninguna de esas áreas cumple con los criterios apropiados establecidos para garantizar el acceso a comestibles.
En cuanto a la disponibilidad, aseguró que la producción nacional de alimentos ha ido disminuyendo a través de los años para estar en la actualidad en un 10 por ciento de consumo local. Esto tras el paso de María, que retrocedió el trabajo que se había adelantado con el fin de incrementar esa cifra.
“Cuando tuve la oportunidad de ser Secretaria de Agricultura, y consciente de esa vulnerabilidad, me propuse establecer un plan de seguridad alimentaria en el país que buscaba aumentar la producción agrícola local y eso fue lo que hicimos. Para elaborarlo, se tomó en consideración la canasta básica alimentaria, lo que nuestra gente come, las tierras disponibles, el recurso agua, el potencial de producción de los suelos y los mercados que el Gobierno maneja como, por ejemplo, los comedores escolares. Hicimos unos ejercicios de demanda y oferta, y basado en eso, el Departamento de Agricultura incentivaba la producción agrícola, ese plan tuvo su efecto, lo vimos en los números”, aseveró.
No obstante, luego de la devastación del ciclón en el sector agrícola boricua, el país continuó su alta dependencia de provisiones que provienen de hasta 50 países, pero en su mayoría de Estados Unidos, de donde llega el 64 por ciento de lo que se consume localmente. Es necesario contemplar que gran parte de esas importaciones, un 88 por ciento, sale del puerto de Jacksonville, Florida, que implica altos costos de transportación (dos veces y media más caros que si vinieran de las navieras de otras naciones) y su recorrido equivale a unas 2,800 millas desde su punto de origen, hasta las mesas de los hogares puertorriqueños.
Según abundó, otro aspecto a considerar es que un 90 por ciento de esa mercancía entra por el puerto de San Juan, un único canal de navegación que se comprometería de ocurrir un evento de cualquier naturaleza en el área. A esto hay que añadir que el puerto floridiano también está en la ruta de huracanes.
En lo que concierne a la accesibilidad de alimentos, la agrónoma explicó que para el 2012, los precios de los alimentos en Puerto Rico eran 23 por ciento más altos que en Estados Unidos, mientras que el ingreso era 63 por ciento más bajo. A ese cuadro se le suma el dato, de que tan reciente como en el 2018, 1.2 millones de puertorriqueños dependían del Programa de Asistencia Nutricional para comprar comida, que, en promedio, otorga $104 por persona para suplir sus tres comidas al día.
“¿Hay seguridad alimentaria desde la perspectiva de la accesibilidad? Claramente, las estadísticas muestran que no”, opinó.
Relacionado con la adecuación o cuán nutritiva es la dieta boricua, Comas Pagán lamentó el aumento del uso de bebidas carbonatadas y de servicios de comida rápidos con altos contenidos de grasa y sal. Asimismo, se ha reducido la preferencia por las frutas, vegetales y farináceos, situación que se complicó tras las escasez que produjo María. Esto ha desembocado en serias consecuencias de salud como obesidad y sobrepeso, y condiciones de hipertensión, diabetes, colesterol, problemas cardíacos y renales, entre otros. Ese panorama tampoco apoya un patrón de seguridad alimentaria, según esbozó.
En la cuarta y última dimensión, que abarca la estabilidad de los sistemas de producción y distribución, Comas Pagán habló sobre los riesgos que pueden afectar el renglón, como lo es el cambio climático. El mejor ejemplo fue el poderoso y desastroso ciclón María, uno de los eventos meteorológicos extremos que se venían prediciendo hace muchos años.
Todos los expertos coinciden en que el fenómeno atmosférico demostró la vulnerabilidad del sistema alimentario puertorriqueño por la limitación de productos disponibles, la accesibilidad restringida por la falta de servicios de agua, electricidad y comunicación, y un sistema inestable para producir y repartir víveres. La agricultura sufrió millones en pérdidas y todavía muchos sectores de esa industria están en proceso de recuperación.
Como medidas para salvaguardar ese patrimonio, la catedrática recomendó, a nivel de país, trabajar la agricultura dentro de un marco político de seguridad alimentaria en el que se vele por los recursos disponibles para aumentar la producción. Propuso la implantación de un plan integrado de conservación de recursos e incorporar prácticas en las fincas que sean resilientes a fenómenos como los huracanes.
De igual modo, mencionó la protección de reservas agrícolas, la adopción de altas tecnologías y el auspicio de productos locales. Además, destacó la relevancia de promover el desarrollo agrícola entre los jóvenes.
“Trabajar en la agricultura no es motivo de deshonra, porque genera un producto esencial para la supervivencia de un ser humano”, manifestó.
A nivel individual, instó a las personas a establecer huertos caseros preferiblemente en tiestos, y de farináceos que crecen bajo la tierra como la yautía, la yuca, el ñame y la batata. También incluyó la adopción de prácticas de conservación de alimentos como, las frutas deshidratadas y enlatar distintos alimentos que no requieran refrigeración.
“Tenemos que tener reserva de alimentos en nuestro hogar, no solo por los huracanes, sino por todas las cosas que pueden suceder como un terremoto. Todas estas estrategias de adaptación son resilientes, para que tengamos un sistema más fuerte para enfrentar los riesgos a los que podemos estar expuestos y que podamos recuperarnos lo antes posible. Es responsabilidad de todos trabajar la seguridad alimentaria como país y como individuos”, puntualizó.
Para ver la conferencia íntegra, favor de visitar la página de la ESA: https://www.facebook.com/esauprm/