Una colegial al servicio del ambiente
Por Javier Valentín Feliciano (javier.valentin@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 17 de abril de 2020
La ingeniera puertorriqueña Yvette T. Collazo logró cumplir con una de sus metas más deseadas que era trabajar para la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés). El camino hasta allí fue arduo, pero su trayectoria como egresada del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), la llevó con paso firme a obtener su anhelo.
Recientemente, a la exalumna de la clase de 1990 del Departamento de Ingeniería Mecánica, quien además posee una maestría en Environmental Management del Illinois Institute of Technology, la nombraron como directora de la Oficina de Prevención de la Contaminación y Tóxicos (OPPT) de esa entidad federal. Sus responsabilidades incluyen establecer políticas públicas a nivel nacional que beneficien a la ciudadanía, respecto al uso de materiales químicos y sus efectos en el ambiente.
“Yo siempre quise trabajar para la EPA, pues mi preparación está encaminada hacia la disciplina ambiental. Entrar a esta agencia es muy difícil y había desistido de la idea, pero muchos años después, la vida me encaminó de nuevo a mi objetivo y lo logré. Siempre deseo hacer la diferencia en el espacio laboral donde me encuentre”, expresó la ingeniera, quien supervisará a 370 empleados.
En entrevista con Prensa RUM, la coameña agradeció la preparación que obtuvo en su querida alma mater, de la que guarda gratos recuerdos, pese a la distancia, ya que en estos momentos ejerce sus nuevas funciones en la ciudad de Washington, D.C.
“El Colegio ha sido la mejor experiencia que he tenido en la vida. Allí conocí a mis mejores amigos. Uno aprende tanto y eso se nota en la calidad de los estudiantes. En todos los lugares en donde he trabajado, siempre encuentro a alguien que se graduó del Recinto Universitario de Mayagüez. Esa educación ha sido clave en mi desempeño, al igual que el estímulo incondicional de mis padres Tony y Ramón”, afirmó.
Como un testimonio de la lucha por alcanzar sus sueños, Collazo compartió parte de las memorias que la llevaron a su posterior desarrollo profesional. Su vida escolar inició en el Colegio Nuestra Señora de la Valvanera, en su natal Coamo, donde también estudiaron el exgobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla y su hermano Juan Carlos García Padilla, quien fue su compañero de aula y es el actual alcalde de ese municipio. Su clase graduanda se llamó Triunfo 1985, año en el que solicitó admisión al RUM y fue aceptada en Ingeniería Mecánica.
“Mi ruta por el Colegio fue muy gratificante, pero sacrificada. Me hospedé en Prepalandia, como se le llamaba a la Urbanización Mayagüez Terrace, en la última calle, cerca de la carretera 3108. Mis clases comenzaban a las 7:30 de la mañana. Tenía que caminar muchísimo para llegar al edificio Chardón a tomar mis cursos básicos. Por suerte, fui conociendo gente que luego me daba pon hasta el campus. Después, me mudé a unos apartamentos al frente del Parque de los Próceres. Cuando mi hermana menor, Jeannette, comenzó a estudiar en la Facultad de Administración de Empresas en el RUM, nos mudamos juntas con otra amiga a una vivienda cerca de la Cervecería India y desde ese lugar, ya estaba más cerca de mis clases en INME”, recordó entre risas.
Describe sus años de aprendizaje como unos de enorme felicidad. Destacó que contó con el apoyo de los profesores Paul Sundaram y Ali Sabzevari, quienes a través de sus investigaciones, se convirtieron en sus guías que le permitieron trabajar durante dos veranos consecutivos en Argonne National Laboratory en el estado de Illinois. Realizó diversos proyectos para esta unidad que, a su vez, proveía información al Departamento de Energía Federal, dependencia que la contrató una vez terminó sus estudios universitarios en 1990.
“En todos estos años, dentro de las exigencias de mi desarrollo profesional para el gobierno estadounidense, me he tenido que mudar en muchas ocasiones. Una vez uno se acostumbra, la adaptación es más llevadera”, relató.
Por espacio de 22 años, trabajó en diferentes posiciones para el Departamento de Energía, 15 de ellos en Illinois, en donde completó su maestría. También vivió un año en Long Island, Nueva York; dos en Carolina del Sur, donde se desempeñó como Senior Executive Service; para luego trasladarse cinco más en Washington, D.C. Durante ese periodo profesional, el también boricua Aníbal Taboas, le sirvió como mentor.
No obstante, la vida le deparaba otro reto profesional y fue regresar en el 2013 a su amada Isla del Encanto, cuando tuvo la oportunidad de laborar como Directora de Distrito para el Small Business Administration (SBA). Este trabajo le produjo una enorme satisfacción porque pudo devolver a su patria todo el conocimiento adquirido.
“La experiencia de descubrir tantos nuevos patronos emprendedores me pareció maravillosa. En Puerto Rico existe mucho talento y cada persona que tenga la oportunidad de crear su propia empresa, debe lanzarse en esa dirección. Pudimos ayudar a muchos comerciantes. Existen más de 45 mil pequeños negocios en el país, según los datos de la propia agencia SBA”, expresó.
En el 2020, pese a todas las pruebas que ha traído al mundo y al país, la ingeniera Collazo sintió que debía plantearse nuevos retos, por lo que solicitó el trabajo en la EPA. Lo demás es historia.
Precisamente, una recomendación que hace a la juventud universitaria es que si tienen la oportunidad de salir fuera de Puerto Rico para buscar nuevas experiencias laborales, que así lo hagan. Igualmente, animó a quienes deseen quedarse y que se planteen formar sus propias empresas, ya que en estos momentos el país lo necesita.
Mientras, su vida transcurre en sus nuevas funciones profesionales en la capital federal, le acompaña su esposo, quien es estadounidense y ella confiesa que “le encanta comer el arroz con gandules que le prepara mi mamá y que es tan nuestro”. Además, la ingeniera Collazo desea, a largo plazo, regresar nuevamente a su isla y colaborar de la manera en que se le requiera por su bienestar.