El RUM impulsa proyectos para esterilizar equipos de protección contra el corononavirus con luz ultravioleta
Por Ídem Osorio De Jesús (idem.osorio@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 24 de abril de 2020
El doctor Rubén E. Díaz Rivera, catedrático y director interino del Departamento de Ingeniería Mecánica del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), colabora con un proyecto que utiliza la luz ultravioleta (UV) para esterilizar equipos de protección contra la nueva cepa del coronaviurs SARS-CoV-2, virus asociado con la enfermedad conocida como COVID-19. En especifico, este proyecto busca esterilizar respiradores o mascarillas N95 recomendadas para los profesionales de la salud, cuya escasez se acrecentó en la emergencia mundial.
Como resultado de esta iniciativa, y gracias a la asesoría técnica que proveyó el experto del recinto mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico (UPR), el Centro Médico de Mayagüez habilitó un cuarto en sus instalaciones con esta tecnología, que cumple con la función de desinfectar ese esencial instrumento de trabajo para el personal de la institución.
El esfuerzo, que surge en respuesta de buscar formas para ayudar a la comunidad de la Medicina local en la crisis, cuenta con el apoyo del ayudante especial del Rector en asuntos de investigación y labor creativa, doctor Oscar Perales Pérez; del decano del Colegio de Ingeniería, doctor Bienvenido Vélez, así como del Centro de Respuesta Técnica e Innovación del Recinto. La meta del grupo es ampliar la idea a unidades móviles para ofrecer el servicio de manera remota.
“Este concepto no es nuevo, se utiliza normalmente en el área del cultivo celular asociado al campo de la Biología. Aunque soy ingeniero, parte de mi trabajo de investigación gira alrededor del cultivo celular y conozco muy bien el concepto. Trabajamos con pruebas biológicas, bacterias, y desinfección de áreas para que no se contaminen los cultivos. Una de las formas que usamos para la esterilización es el uso de bombillas UV que colocamos en el área de trabajo. Yo tenía experiencia con esto, así que en una reunión que tuvimos con uno de los directivos del Centro Médico de Mayagüez, nos mencionaron su interés y los obstáculos con los que se toparon en el proceso de montar un sistema similar para esterilizar las máscaras N95 para poder reusarlas”, relató el doctor Díaz Rivera.
Según explicó, ante la demanda y escasez de las bombillas requeridas, el proyecto del hospital estaba paralizado. No obstante, el doctor Díaz Rivera contactó a las compañías a las que ya le había hecho compras a través de la Universidad para que pudieran suplirles el producto. Luego de esa gestión y en cuestión de una semana, el personal del Centro Médico liderado por el ingeniero David Lugo, director de planta física, y con la asistencia técnica del ingeniero Edison Lluch, quien se integró como voluntario, se logró completar la orden, recibir el pedido y comenzar la instalación.
“Los ingenieros Lluch y Lugo buscaban imitar el modelo de la Universidad de Nebraska, recomendado por el Centro de Control de Enfermedades (CDC), que consta de montar dos torres de bombillas UV en ambos lados de un cuarto y colgar las máscaras en el centro, donde se obtiene una intensidad de radiación UV (254 nm) máxima. Yo no participé de la instalación, simplemente los ayudé en el formato, en identificar y obtener bombillas que cumplieran con las especificaciones y los metros de luz UV para verificar que la dosis mínima permisible fuera aplicada como control de calidad. Ellos hicieron un trabajo excelente en la instalación y, desde la semana pasada, el cuarto UV está en funcionamiento. Con esta facilidad, el equipo de trabajo de Centro Médico puede desinfectar un gran número máscaras N-95 en cuestión de media hora”, aseveró.
Asimismo, el RUM trabaja en otras dos vertientes para ampliar este esfuerzo. La primera, consta de un vagón que consiguió el Colegio de Ingeniería y que se usará para el mismo fin de esterilizar, pero dividido en dos partes: una con tratamiento termal o altas temperaturas para matar el virus, y la otra, con luz UV. De igual manera, se presentó una propuesta a la compañía Popular Leasing para que faciliten camiones que no estén utilizando e instalarles esta tecnología, de manera que se pueda ofrecer el tratamiento en formato móvil.
El doctor Díaz Rivera, quien se desempeña como docente del RUM desde hace 14 años, destacó que la importancia de las mascarillas N95 radica en que son las únicas que hacen el trabajo de filtrar la mayoría de las partículas del virus, que se transportan en una burbuja atomizada.
“Una gota donde viaja un virus puede variar de 5 a 10 micrómetros en diámetro en tamaño, mientras que un virus puede estar en 0.06 a 0.14 micrómetros en tamaño. El virus es más pequeño, pero el atomizado es el problema cuando la gente tose o hasta cuando respira y habla. Estas máscaras pueden filtrar esas partículas sin mucho problema y, en el peor de los casos, también tienen una carga electrostática que atrae esas gotitas de líquido atomizado para que no sigan pasando por el filtro de la máscara”, subrayó.
Advirtió que para su desinfección más certera, se descarta el uso de alcohol porque aunque mata el virus, le quita esa carga electrostática a la mascarilla, por lo que pierden efectividad. Otro método altamente recomendado es utilizar peróxido de hidrógeno en estado de vapor. Sin embargo, este método requiere un mecanismo sumamente especializado, con el que no cuentan los hospitales, ya que la mayoría de su equipo es desechable, incluso las N95. Reiteró que la segunda mejor opción es usar la luz ultravioleta, que mata un 99.9 por ciento de todos los virus que se han probado, con la dosis adecuada, que es el tiempo en que se expone el equipo a las bombillas.
Este no es el único proyecto del que forma parte el catedrático, ya que sometió además, junto con un grupo de profesores de Ingeniería Mecánica y un equipo de expertos médicos, una abarcadora propuesta al Fideicomiso para Ciencia, Tecnología e Investigación de Puerto Rico, para la fabricación de ventiladores. Igualmente, ese colectivo colabora en la asesoría de ese mismo producto con otros colegas del RUM que ya trabajan en esa dirección con la industria.
“Intentamos ayudar, de manera desinteresada, con el conocimiento que tenemos. Muchas veces nos encerramos en un laboratorio a hacer una investigación y no nos centramos tanto en el impacto directo al público, especialmente en situaciones de emergencias como esta. Contamos con el peritaje y la energía, y tenemos la mejor disposición de contribuir”, aseguró, al tiempo que agradeció el compromiso de los integrantes del departamento que dirige hace tres meses, para aportar a la sociedad con este y otros esfuerzos como el de los escudos faciales.
El proyecto de desinfección con luz UV, que surgió en conversaciones que sostuvo Díaz Rivera junto al doctor Perales Pérez y la decana de Administración de Empresas, doctora María Amador Dumois, forma parte de las iniciativas estructuradas bajo el Centro de Respuesta Técnica e Innovación del Recinto, creado por el rector RUM, doctor Agustín Rullán Toro, para facilitar la gestión administrativa, de manera expedita, de estas propuestas universitarias para aportar en el manejo de la crisis de salud mundial.