Exalumno colegial aporta como científico en la batalla contra el COVID-19
Por Javier Valentín Feliciano (javier.valentin@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 22 de mayo de 2020
El doctor Francisco A. Tomei Torres se despidió de su querido pueblo de Lajas y se marchó del país hace más de 40 años, pero jamás se desvinculó de su querido terruño, mucho menos de su alma mater, el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM).
El egresado del Departamento de Biología del RUM, quien además posee una maestría en Ciencia Interdisciplinaria del Massachusetts Institute of Technology (MIT), y un doctorado, en Ingeniería con especialidad en ambiente, de Harvard University, se desempeña, en la actualidad, como científico en salud ambiental dentro de la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR, por sus siglas en inglés), entidad adscrita al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. En los últimos meses, el entorno de su trabajo lo colocó muy de cerca a la pandemia desatada por el coronavirus.
“Nosotros laboramos realmente con sitios contaminados y con las comunidades que los circundan. Ante la crisis del COVID-19, en el CDC pidieron voluntarios y decidí irme para los aeropuertos John F. Kennedy de Nueva York y Newark, en Nueva Jersey, haciendo el cernimiento de pasajeros. En ese momento, sólo había un caso declarado en los Estados Unidos. Estábamos tratando de detener la entrada de personas que vinieran de los lugares de mayor contagio, y allí estuve dos semanas. Aprendí muchísimo”, expresó.
Al doctor Tomei Torres le correspondió el establecer los protocolos de seguridad a los primeros viajeros que provenían fuera del territorio americano. Para ese entonces, un visitante con el que tuvo contacto en ese entorno admitió que llegaba desde Wuhan, China, donde se produjeron los primeros casos a nivel mundial. De inmediato, al ser identificado, la persona fue puesta en cuarentena, como medida de prevención. Una vez regresó a su hogar en Atlanta, Georgia, explotó la situación en todo el continente.
“La enfermedad se esparció como pólvora, particularmente en el estado de Washington y en la ciudad de Nueva York. Como resultado de eso, nos mandaron a todos para la casa, y estamos trabajando remoto. No he tocado mi oficina desde que regresé. Tengo mi propia área laboral, en mi hogar”, sostuvo.
La experiencia que vivió en la Gran Manzana y la llegada de esta pandemia sirvió para que este científico se motivara a escribir una serie de publicaciones sobre esta enfermedad, en compañía de un grupo de académicos, que espera dar a conocer pronto.
Recientemente, a Tomei Torres se le reconoció como estudiante distinguido con el Premio CROEM Alumni 2020, otorgado por el Centro Residencial de Oportunidades Educativas (CROEM), institución educativa donde cursó su escuela superior hasta el 1969.
“Mis padres se mudaron a San Germán para que mi hermana y yo tuviéramos una mejor escuela, entonces yo cursé el décimo grado en San Germán. En undécimo, nos visitó el personal de CROEM, ya que estaban reclutando. Querían estudiantes que viajaran todos los días, en vez de pernoctar allí. Estoy hablando del primer grupo en tomar el año en su totalidad, porque CROEM comenzó en enero del 1968, así que ese grupo que inició solo estuvo un semestre. Yo llegué en agosto de ese mismo año y formé parte de la primera clase de un año completo. Entonces, el primer semestre, viajé desde mi pueblo y el segundo, me dejaron hospedarme”, relató.
Recuerda que tomó siete clases para poderse graduar de escuela superior y comenzar a estudiar en su querido Colegio de Mayagüez.
“CROEM jugó un papel clave en mi desarrollo como individuo. Alcancé disciplina y madurez intelectual; aprendí a respetar a mis compañeros de clase y mantener una mente abierta sobre ideas disidentes. Adquirí fundamentos en el campo de la ciencia y la cultura, los cuales facilitaron mi desempeño académico en el Colegio. Permanezco fiel a la institución. Me siento sumamente honrado por el reconocimiento”, indicó, al tiempo que se mostró esperanzado en aceptar su premio personalmente cuando la crisis lo permita.
Atesora hermosos recuerdos del RUM
Mientras cursaba su bachillerato en Biología en el recinto mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico (UPR), el doctor Tomei Torres conoció a la también colegial Enid Zapata, compañera del mismo Departamento.
“En el RUM fue donde nos hicimos novios, nos casamos en 1975, entonces tuvimos gemelos, dos varones. Allí nos reorganizamos. Ella decidió que iba a criar a los hijos, y yo me iba a buscar un trabajo que tuviera permanencia, y así fue como acabé laborando para el CDC, aquí llevo 21 años”, contó.
Tomei Torres confiesa que para lograr terminar su bachillerato, se convirtió en un experto ponero, pues tenía que pedir pon para viajar a diario desde su pueblo hasta el Recinto, ya que no tenía carro.
“Para ese entonces, viajaba con mi vecina, gracias a ella pude estudiar. Estamos hablando de los tiempos de gente muy pobre. No creas, a veces yo hablo con muchachos recién graduados, y me cuentan casos muy parecidos. Tuve que hacer sacrificios para cumplir con mi meta. Yo salí adelante, en momentos críticos de mi vida, gracias a gente que me ayudó. Es por esa razón, que manejo una página de internet, en donde identifico diferentes ayudas económicas para que otros alumnos con necesidad puedan solicitarlas y no tengan que renunciar a sus sueños. Me he dedicado a ayudar a gente para que puedan terminar sus estudios, esa es mi agenda número uno”, reiteró.
El exalumno colegial aprovechó la oportunidad para aconsejar a los universitarios a que no abandonen sus carreras en el RUM, puesto que cursan estudios en un lugar privilegiado.
“Hoy en día, hay tantas oportunidades que no existían en aquel momento. En Puerto Rico existe progreso real. En el Colegio de Mayagüez, particularmente el Colegio de Ingeniería y el Departamento de Biología, tienen muy poco que envidiarle a los mejores del mundo y de Estados Unidos. La clave está en que establezcan metas, mantengan el curso, y siempre es bueno tener un plan estratégico, porque la vida pasa demasiado rápido”, finalizó.