Un héroe colegial con camiseta verde
Por Javier Valentín Feliciano (javier.valentin@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 2 de octubre de 2020
El 19 de enero de 2019, el joven Alexis Joel Hernández Vélez, egresado del Departamento de Biología del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), tuvo un contratiempo que puso en riesgo su vida. Cuando apenas iniciaba sus estudios de Medicina en México, su apartamento se incendió y recibió severas quemaduras. Una vez superada la parte más difícil de esa dolorosa y fuerte prueba, continúa su proceso de recuperación, que ha servido de ejemplo y fuente de inspiración, en especial a sus compatriotas boricuas, quienes se han desbordado en muestras de apoyo y solidaridad.
En una conversación reciente con Prensa RUM, el colegial reflexionó sobre ese recorrido y sobre las raíces que tiene muy cimentadas en el campus mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Precisamente, es tanto el amor que siente hacia su alma mater, que el día de la entrevista llevaba puesta la camiseta verde que le entregaron en la tradicional actividad de bienvenida a los alumnos de nuevo ingreso.
“Esta fue la que me dieron cuando entré prepa; la guardé de recuerdo. Todo el mundo la usaba, pero yo la tenía guardada para que no se me dañara”, expresó con humor el oriundo de Camuy.
Mientras estudiaba el nivel superior en el Colegio Nuestra Señora del Carmen en Hatillo, sintió el deseo de ayudar a los demás, por tal razón cuando llegó el momento de radicar admisión a la Universidad, se decidió por el RUM. De hecho, mantuvo interés en los cursos de ciencias, participó de actividades y formó parte en organizaciones de ayuda al prójimo.
“Desde muy pequeño, tal vez cuando tenía doce años, nació en mí un deseo por ayudar a los demás y de convertirme en médico. ¿Qué mejor manera de impactar a los demás y a su calidad de vida, que a través de la medicina? Ya mi hermano Jaime había comenzado a estudiar Ingeniería Mecánica y luego se cambió también para Biología. En mi familia me preguntaron si quería solicitar admisión al recinto de la UPR Arecibo o el RUM, y de inmediato respondí: ‘Yo me voy para Mayagüez’. Y así nació todo, decidí irme para el Colegio, de donde una vez uno se gradúa, después no se quiere ir”, indicó.
Alexis siempre recuerda con añoranza esas caminatas desde su hospedaje hasta el Recinto, trayecto que le tomaba mucho tiempo mientras vivió en el centro del pueblo y en la calle Bosque.
“Nunca olvido las veces cuando caminaba por todo el campus para ir a las clases, en especial si iba tarde. Tenía que llegar casi corriendo; al entrar al salón ya estaba sudado y, por obligación, tenía que entrar al baño más cercano para refrescarme”, afirmó entre risas.
Durante esos años, Alexis tuvo que llevar una vida independiente, en la que estaba a cargo de todo lo que conlleva estudiar y, al mismo tiempo, realizar sus funciones lejos de su entorno familiar.
“Era bien difícil, cumplir con las clases y viajar los fines de semana a la casa de mis padres. Extraño mucho todo esto, pues en este momento me encuentro en proceso de rehabilitación y esa es mi meta, volver a donde estaba antes de aquel accidente”, sostuvo.
Este colegial recuerda a los profesores Carlos Muñoz y Arturo Massol, del Departamento de Biología, como los académicos que le inspiraron, mientras estuvo como estudiante del Recinto. Desfiló con su diploma de biólogo en la Centésima quinta colación de grados, en junio de 2018 con su medalla Cum Laude. El año anterior, su hermano Jaime se graduó del mismo departamento y, actualmente, realiza estudios en Farmacia, en el Recinto de Ciencias Médicas de la UPR. Jaime, su papá, cuenta con un bachillerato en Química y ejerce como agente de orden público; mientras que su mamá Wanda Vélez estudió Microbiología y Tecnología Médica, ambos son egresados de la UPR en Arecibo.
Aquel 19 de enero de 2019
Apenas había comenzado uno de sus tantos sueños, que fue iniciar estudios en la Escuela de Medicina, de la Universidad Autónoma de Guadalajara, en la república mexicana, en enero de 2019. Sus padres lo acompañaron durante esa semana tan importante en su vida. A las dos horas de regresar a su casa en Camuy, reciben la llamada de Beni, un amigo de la familia que también estudiaba en México y les comunicó lo ocurrido.
“El 19 de enero de 2019, el día antes de comenzar a estudiar, me despedí de mis padres y era mi primer día solo en mi apartamento. Al encender el calentador de gas, explotó. Sufrí quemaduras de segundo y tercer grado en 71 por ciento de mi cuerpo”, relató.
Alexis recuerda que ese día del incendio, recibió una señal providencial de que sobreviviría. Su vecina, la joven Lee Gelpí, estudiante de Medicina y oriunda de Arecibo, fue quien le alertó para que desalojara la estructura, ya que estaba encerrado sin acceso. Y pese a las quemaduras, pudo salir con las manos levantadas en señal de victoria, como cuando uno de los boxeadores resulta invicto en una pelea.
“Al principio, pensaba que me iba a morir. Lo primero que vino a mi mente fue una voz de una muchacha que empezó a guiarme para que buscara una salida. Alguien escuchó que yo estaba atrapado dentro del apartamento y me gritó para que saliera. Fue como un ángel que necesitaba. Me dio esperanzas de que iba a sobrevivir y, desde ese momento, sabía que todo iba a estar bien”, contó, al tiempo que agregó que, acto seguido, le dio a uno de los rescatistas el número telefónico de sus padres para que los contactaran.
En ese lugar, ya se encontraban reunidos gran parte de los estudiantes puertorriqueños de la Facultad de Medicina, que se movilizaron para que recibiera los primeros auxilios. Incluso, permanecieron en el hospital para asegurarse de que Alexis fuera atendido. Más adelante, a sus padres también los acompañaron.
La noticia sacudió al país, pues la vida de uno de los suyos corría peligro. Tras una semana de cuidados intensivos y con pocas probabilidades de sobrevivir, fue trasladado hacia Estados Unidos, al Brooke Army Medical Center (BAMC) en San Antonio, Texas, donde pasó unos 20 días en coma. A esa institución, constantemente acudía una gran cantidad de puertorriqueños residentes en ese estado para ofrecerse a colaborar con la familia, y eran tantos los que llegaban, que tenían que desalojarlos con las autoridades de orden.
“Estuve 68 días en intensivo, confundido y con un dolor inmenso, pero agradecido de Dios que me regaló una segunda oportunidad en la vida. Empecé un largo proceso de rehabilitación, y aunque doloroso, nunca dije que no. En marzo, ya comencé a caminar, También, me tocó aprender a comer. Y al pasar los meses, cambié de andador. Hasta que un día no necesité uno y ya daba los pasos completos”, detalló.
Luego de casi ocho meses y de 19 cirugías, salió del hospital, caminando sin ayuda de un acompañante o de algún equipo especial. Al regreso a su terruño, muchas personas acudieron a recibirlo al aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín.
“No me esperaba ese recibimiento. Me considero una persona callada y tímida, no me expresaba mucho, antes de lo ocurrido, casi ni me dejaba ver. Por eso me sorprendió esa respuesta, por parte de personas que no me conocían y también su incondicional apoyo. Mucha gente siente admiración por mi persona y para ellos soy una inspiración para seguir hacia adelante. Si yo pude salir de un momento tan difícil, pues ellos también pueden. Antes iba a la panadería y nadie me reconocía, ahora todos me conocen”, reiteró con profundo agradecimiento.
De hecho, una de las tareas que ha estado realizando es ofrecer charlas grupales y en escuelas, con el fin de motivar a los demás para que no se den por vencidos. Incluso, se mantiene activo en las redes sociales compartiendo su progreso.
“Para aquellos que están pasando por una situación similar, les aconsejo que todo va a pasar y que tengan fe, que es lo último que se pierde. Uno nunca está cien por ciento seguro del todo, pero todo va estar bien. Si no tienes fe, creo que no vas a llegar muy lejos. Debes confiar en ti, seguir luchando, no rendirte. Lo que a mí me sacó hacia adelante es que, en los momentos que más me dolía y peor me sentía, pues continuaba y seguía levantándome día a día. Aunque ese proceso duela, sigan hacia adelante”, afirmó.
Además, pidió a sus seguidores de las plataformas digitales que le escriban, ya que necesita mejorar la escritura durante su rehabilitación y que le tengan paciencia, pues poco a poco contestará los mensajes, en las páginas de Facebook, Twitter e Instagram.
No abandona sus metas
Alexis Joel confía a plenitud en el proceso de rehabilitación para continuar con aquella misión trazada, que inició mucho antes de aquel día que le transformó su vida. Para la fecha cercana de esta entrevista, fue sometido con éxito a su vigésima cirugía, el pasado 29 de septiembre, que forma parte de su tercer ciclo de operaciones.
“La primera es una fase que es crítica, que consiste en tratar de sobrevivir, esa ya la pasé. La segunda, es la rehabilitación, y la tercera área es la conducción. Estoy rehabilitándome, pero también estoy en una fase que creo que estoy listo psicológicamente, y otra que es una de reconstrucción y yo creo que estoy listo para esa también”, destacó.
Han sido muchas las lecciones que Alexis Joel ha aprendido, todo esto con el apoyo de familiares y amigos. Ahora ante la nueva realidad de la pandemia del COVID-19, las visitas a su hogar han tenido que mermar, sin embargo siente el cariño y respaldo que le siguen manifestando.
“Mucha gente habla de la resiliencia, siempre me habían dicho eso. Lo repetían y lo repetían, pero cuando tú ves lo que significa, ahora sí lo entiendo. Es la capacidad de adaptarse a los cambios. También a enfrentar la adversidad, con amor, con humor, ser optimista y positivo. Y eso es lo más que he desarrollado”, subrayó.
Alexis Joel ha puesto una pausa a su meta de convertirse en médico, objetivo que aspira a continuar. Y como parte de ese proceso de aprendizaje, hizo una especial exhortación a sus pares jóvenes, en especial a los colegiales.
“Les tengo varias recomendaciones. Primero, que estudien una disciplina que les apasione, que no tengan miedo al cambio. A veces piensan que puedan atrasarse. En verdad, la vida es una y si te tardas más, pues no importa. En mi caso, yo estuve fijo cinco años y mira para allá, me pasó un accidente. Por el momento, estoy en pausa. También, les pido que no se comparen. Hay personas que terminan en tres años, mientras que a otros les toma seis, cada cual va por caminos diferentes. Además, que busquen ayuda, si la necesitan. A veces uno no puede sobrevivir solo en esta etapa y requiere de sus compañeros, les invito a que hablen con los demás, a que se desenvuelvan”, aconsejó.
Igualmente, Alexis aprovechó la ocasión para agradecer a la Asociación y Fundación Alumni Colegial y a su presidenta Yamileth Valentín Centeno, quien continuamente mantiene comunicación con la familia y está pendiente de este colegial, como parte de su misión de conservar vínculos con el alma mater, y realizar actividades y recaudaciones de fondos para atender las necesidades de sus estudiantes.
Para ayudar a Alexis Joel en su proceso de recuperación, que permitirá aportar con los altos gastos de hospitalización, puede enviar la colaboración a través de ATH Móvil al número 787-361-4301; también a la cuenta 069-29-6812 del Banco Popular; y en la página GoFundMe, bajo la campaña Pro Fondos Alexis Hernández.
Video con la entrevista, acceda al siguiente enlace: https://youtu.be/AKNcXXiM0Jc