Del duelo a la poesía al perder un padre
Por Javier Valentín Feliciano (javier.valentin@upr.edu)
Prensa RUM
lunes, 10 de mayo de 2021
Mientras te beso por última vez
mientras aprieto tu mano
y grito desaforadamente por dentro
que no te vayas aún
la vida simplemente
me despedaza
cortándote el aliento.
Exhalas y he sido yo la que ha muerto.
Confesión 1
Ángela María Valentín
Uno de los poemas clásicos de la literatura española, Coplas por la muerte de su padre, escrito por el poeta Jorge Manrique (1440-1479), trata sobre un padre ejemplar y después el terrible proceso de enfrentar la muerte, sentimiento universal presente en diferentes obras literarias. Una temática similar está presente en el poemario Ars Mortis (El arte de la muerte), de la doctora Ángela María Valentín, catedrática auxiliar del Departamento de Estudios Hispánicos del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
La presentación virtual del texto estuvo a cargo de Vibeke Betances Lacourt, profesora del mencionado Departamento, y contó con la participación del profesor Richard Rivera Cardona, de la Universidad de Sagrado Corazón; y el doctor Edgardo Javier Machuca, editor jefe de la editorial de EDP University.
“El libro llegó a mis manos hace algunos dos años. Tuve la oportunidad, durante el proceso de la edición, de observar que el tema de la muerte es recurrente en la literatura y en la obra de la doctora Valentín. No obstante, es aquí donde quizás tiene un punto muy especial e íntimo, de notar en los trabajos de la autora, que la muerte nos viene dando taconazos desde Tacas. Lo encontramos en su poema Mi alma se escapó una mañana, que aunque puede tener diversas interpretaciones, si nos damos la oportunidad de vernos también de esa experiencia fuera del cuerpo, de lo que es el ropaje físico, vamos a ver que ese acercamiento es importante en su obra. Tiene una manifestación más amplia en Ars Mortis”, indicó Machuca.
Añadió que este poemario se relaciona con su libro infantil Las alas del abuelo, por el interés de acercarse a ese ser ausente mediante una experiencia diferente que no sea material. Por lo tanto, en ese proceso de edición se pudo “constatar la importancia de ver la vida después de lo que llamamos la muerte física. En términos generales, ese hilo conductor está presente en todos los libros escritos por Ángela que tuve la oportunidad de editar”.
Por su parte, para el escritor Rivera Cardona, el poemario le resultó muy cercano, ya que el tema de la muerte le recordó a las muchas pérdidas que ha tenido en su vida.
“Como lector, experimenté una sensación que pensé que no iba a tener porque no suelen gustarme mucho estos libros tan personales. Sin embargo, vemos una poesía que se desviste un poco de la técnica, de la rimbombantería que muchas veces vemos en trabajos poéticos para entonces conectar de una forma diferente con los lectores. Creo que es un trabajo que tiene su fortaleza en que puede conectar con lectores que no son tan aficionados de la literatura o específicamente de la poesía. En ese sentido, me parece que es una fortaleza porque el objetivo del libro se logra más allá de las personas que gustan de la literatura. En este caso, nuestras letras buscan abrazar un poco más allá de los márgenes de lo canónico, de lo académico, de lo intelectual y es un libro muy esperanzador”, manifestó el autor de la novela Piedra de Luna y del libro de cuentos Salto al vacío.
Agregó que le pareció muy valiente por parte de la poeta abordar un tema tan personal, desde la fragilidad de lo que significa el arte, pues “muchas veces al enfrentar ese oficio le ponemos un poco más de rigor. Me lo disfruté mucho, sobre todo en su brevedad, sin perder la contundencia de las palabras y también vi unos matices que podemos decir de sencillez, sin caer en lo simplón”.
Durante la presentación, la doctora Valentín agradeció a los presentadores, al público que estuvo atento en la plataforma Google Meet durante la transmisión en vivo, así como a sus estudiantes de los cursos básicos de Español que formaron parte del intercambio de impresiones.
“Como bien dijo Vibeke, y he repetido varias veces, Ars Mortis es un poemario confesional. Mis estudiantes me preguntaban cuál era la diferencia entre una cosa y otra, yo les trataba de explicar que el poeta siempre observa, pero no necesariamente lo que escribe lo hace porque le ha sucedido, eso es lo que aparece en mis otros poemarios. Este libro particularmente sí lo es porque son mis experiencias. No trato de maquillarlas de ninguna manera. Incluso, estuvo guardado por muchos años con el fin de poder explicarme la muerte. Como dice la poeta puertorriqueña Ana María Fuster Lavín en la contraportada, estos poemas son como mantras”, indicó.
La también autora de los poemarios Ideas inconclusas (2010), Tacas (2015) y El libro de los silencios (2018), aprovechó el momento para recordar a su padre Ángel Valentín, quien fue sobreviviente de la enfermedad de cáncer y falleció el 6 de mayo de 2010.
“Mi papá era una persona super aventurera, de las que le gusta hacer deportes y tener experiencias extremas, se lanzaba a cualquier charco sin medir si era peligroso o no. Escalaba, corría y siempre decía que su sueño era volar. Él decía que llegaría el momento en que los humanos tendríamos la capacidad de volar. Una vez termino de escribir el cuento infantil Las alas del abuelo, comencé a escribir bastante poesía sobre todo este proceso que vivimos con él, era la necesidad de sanar y conservarlo junto a mí a través del recuerdo. Mucha de ella está en el zafacón. Me parecía que no le hacía justicia. Me quedé solo con algunos poemas que son los que componen este poemario. Les confieso que trataba de escribir de otro modo, pero no me salía. Lo que escribía era resultado de cómo lo sentía. Creo que escribir este poemario ha sido una experiencia bien distinta a lo que había hecho antes”, rememoró.
Mientras que, la profesora Betances Lacourt resaltó en el ensayo al final del libro, que este poemario se convierte en un espacio de resistencia al destino, ante la ausencia de ese ser querido que se marchó del plano terrenal.
“Ars Mortis es la construcción poética que, como las fotografías, surge del deseo de darle forma, sentido y vida a aquello que no queremos olvidar, el intento de dejar consignado parte de lo que en algún momento fue. En él, el proceso de la muerte propia parecería ser tema superado: afirmación de un destino inescapable”, expresó.
Al final del evento, se realizó una sección de preguntas y comentarios por parte de los presentes, entre los que se encontraban colegas, familiares, amigos y estudiantes de la doctora Valentín.