Proyecto Siempre Vivas impacta a familias sobrevivientes de violencia doméstica tras el paso del huracán Fiona
Javier Valentín Feliciano (javier.valentin@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 7 de octubre de 2022
El proyecto comunitario Siempre Vivas, adscrito al Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), así como el colectivo Cultura de Paz para la Niñez y Solidaridad Juvenil, se movilizaron de manera inmediata para proveer ayuda a las poblaciones afectadas por el huracán Fiona que devastó gran parte de la zona suroeste del Puerto Rico, en especial a aquellas familias sobrevivientes de violencia doméstica.
“Siempre Vivas es el grupo de apoyo a las mujeres sobrevivientes de violencia doméstica que están trabajando para cambiar sus situaciones y lleva más de 10 años ofreciendo servicios a la familia en general. Con esa idea en mente, se desarrolló el programa de Cultura de Paz para la Niñez que atiende los hijos e hijas de las madres participantes. Para los niños, se ha desarrollado un programa psicoeducativo con perspectiva siguiendo los postulados del psicólogo Lev Vygotski para atender tanto aspectos emocionales como cognitivos de esta niñez sobreviviente. En los pasados dos años se ha tenido que extender el programa para atender hijos en edades jóvenes, de 13 años en adelante”, expresó la doctora Ana Nieves Rosa, codirectora del colectivo institucional y catedrática del Departamento de Psicología del RUM.
Como parte de los suministros que donó el programa ESCAPE de San Germán, se impactaron unas 45 familias que forman parte de los distintos grupos de apoyo de Siempre Vivas. Un total de 113 personas, dos recién nacidos entre los 2 y 7 meses, 29 niños de 7 a 12 años y nueve jóvenes, así como a 82 adultos se les distribuyó las compras, así como artículos de primera necesidad. Los lugares de procedencia se mantienen bajo anonimato, por razones de seguridad a los grupos familiares perjudicados.
“Una vez pasó el huracán Fiona, se contactaron a las participantes del proyecto por teléfono o se visitaron a sus hogares para entregarles las compras y artículos de primera necesidad. La mayoría de las familias no contaba con el servicio de electricidad, ni agua potable. Algunas necesitaban apoyo con poda de troncos en sus propiedades, materiales para adultos encamados y otras necesidades particulares. Una de ellas perdió todo a causa de las inundaciones y se hicieron todas las gestiones para ropa, zapatos y algunos muebles como respuesta inicial. Aún tenemos compañeras y grupos familiares sin servicio de luz, así que continuamos haciendo arreglos para tratar de ayudarles en todo lo posible”, indicó.
Por su parte, la profesora Luisa Seijo Maldonado, quien dirige Siempre Vivas, enfatizó el rol fundamental que tiene la Universidad de Puerto Rico como institución educativa que forma a los profesionales del mundo contemporáneo, al mismo tiempo que educa, investiga y sirve a la sociedad de la cual es parte.
“Ante eventos y retos que experimentan personas, familias y comunidades, un grupo de colegas y estudiantes del Recinto Universitario de Mayagüez se organizó y se movilizó desde un marco de ciencia y conciencia a responder en situaciones como fue el paso del huracán Fiona en el que personas, familias y comunidades estuvieron en riesgo y enfrentaron que sus necesidades básicas de albergue, alimentación y seguridad estaban en juego. En el Recinto Universitario de Mayagüez, al igual que otras instituciones de educación superior en Puerto Rico, hemos desarrollado iniciativas para responder a los retos que viven comunidades vulnerables y excluidas en el país, así como promover transformaciones en poblaciones que viven situaciones de opresión y violencia como son las mujeres, la niñez y adultos mayores”, sostuvo, la también catedrática del Departamento de Ciencias Sociales del recinto mayagüezano.
Además, agregó que “en nuestro Recinto, la facultad y los estudiantes de distintos departamentos y colegios académicos, desde hace más de veinte años, nos hemos enfocado en una educación de aprendizaje-servicio que promueve en la comunidad universitaria la responsabilidad social mediante el intercambio de saberes, desde el conocimiento científico y cultural integrado a la sabiduría popular que emana de la experiencia en el contexto comunitario”, concluyó.