Exaltan el servicio y la pasión colegial
Por Ídem Osorio De Jesús (idem.osorio@uprm.edu)
Prensa RUM
viernes, 28 de septiembre de 2018
Si bien es cierto que los estudiantes llenan de vida y dan sentido al proyecto de la Universidad, también es indiscutible que su recurso humano, desde los distintos ámbitos docentes, administrativos y de servicio, conforman una pieza vital en el rompecabezas que complementa esa formación educativa.
Cónsono con esa apreciación, el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) rindió un especial reconocimiento a 209 empleados, quienes alcanzaron diferentes aniversarios de trayectoria profesional por sus años de servicio. El homenaje se celebró el pasado viernes, 21 de septiembre, justo en la semana en que el antes Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas cumpliera sus 107 años, por lo que tomó un especial matiz de gran orgullo colegial.
“Honrar, honra, dice el sabio adagio que nos convoca a reconocer el valor de quien lo merece por sus ejecutorias y compromiso. Nos congregamos aquí para enaltecerlos y agradecerles que durante ese largo camino de labores, en el que han dado el todo por el todo para apoyar la gran gestión educativa que nos ha correspondido mantener por generaciones. Este Recinto, ha brillado gracias al empeño de ustedes, el capital humano de la institución. Cada uno, desde su especialidad, representa una pieza clave para nuestro éxito como Universidad”, reiteró en su mensaje, la profesora Wilma L. Santiago Gabrielini, rectora interina del RUM.
Precisamente, por encomienda suya, un Comité de trabajo, integrado por representantes de distintas dependencias universitarias, entre estas la Oficina de Enlace con el Personal y el Departamento de Recursos Humanos, organizó el evento para resaltar la contribución de sus protagonistas.
El acto de agradecimiento tuvo lugar en el anfiteatro Ramón Figueroa Chapel, donde se acomodaron a los homenajeados según el número de años de servicio: 73 empleados celebraron sus 20 años; 47 cumplieron el aniversario de plata, con 25; 70 llegaron a sus tres décadas; 11 arribaron a 35 primaveras; cinco personas completaron el ciclo de los 40; y a tres se les destacó por sus 45.
Sobresalió entre el grupo, el profesor Ángel A. Gaud González, a quien se le distinguió por una carrera de 60 años en el Departamento de Física. El docente, quien continúa activo en su aula de clases, provocó uno de los momentos más jocosos de la jornada cuando relató algunas de las cientos de anécdotas que guarda en su caja de recuerdos.
“En el Recinto voy a cumplir en diciembre un total de 68 años. El Colegio es mi segunda casa y mi terapia. Yo me levanto por las mañanas y me duele hasta la punta del pelo, pero cuando llego aquí, todas esas dolencias se me han quitado. De todas maneras, me tengo que retirar porque los años aumentan y la salud va siendo menor, pero sigo ayudando al Departamento con dos cursos ad honorem y me da mucho gusto y satisfacción”, afirmó el también ingeniero y abogado, entre otras disciplinas.
La agenda contó con una amena sección titulada Vivencias colegiales, conducida por la doctora Madeline J. Rodríguez Vargas, consejera profesional del Departamento de Consejería y Servicios Psicológicos, quien entrevistó a ocho empleados representativos de los distintos aniversarios.
Los portavoces de esta parte fueron: Agnes Ferrer, de la Oficina de la Decana Asociada de Artes y Ciencias; Javier Vega, de Edificios y Terrenos; el doctor Alfredo Morales, del Departamento de Estudios Hispánicos; la profesora Aida Maldonado, del Servicio de Extensión Agrícola (SEA); Iris Valentín, de la Oficina de Asistencia Económica; el profesor Ismael Pagán Trinidad, del Departamento de Ingeniería Civil y Agrimensura; y Ellen Ríos Padín, del Programa Coop de la Facultad de Ingeniería.
Una serie de preguntas guías, como ¿qué significa ser colegial?, ¿cuál es su vivencia más importante?, ¿a qué persona agradece en especial por su contribución a su carrera en el Recinto? y ¿cuál es el símbolo con el que más se identifica?, sirvieron de guía y dieron pie a un sinnúmero de anécdotas y memorias con las que sus pares y colegas en la audiencia se identificaron.
Una de las panelistas, la profesora Maldonado, quien se desempeña como agente agrícola del SEA en Las Piedras, destacó cómo el Colegio la guió en todas las facetas de su vida. Contó que su progenitora trabajó como extensionista y fue catedrática por 39 años en Ciencias Agrícolas, por lo que sus raíces ya estaban cimentadas en suelo mayagüezano. En el RUM, también se formó como socia 4-H, obtuvo su grado académico, ha laborado por tres décadas y, hoy día, es madre de un estudiante de Preveterinaria.
“Represento a la mujer puertorriqueña, soy producto de la Universidad de Puerto Rico y soy la Universidad en el campo. Eso es para mí el Recinto, mi vida, mi hogar”, subrayó la actual presidenta del Colegio de Agrónomos de Puerto Rico.
Como regalo musical, la Orquesta de Cuerdas, dirigida por el maestro Santos Torres Toro, interpretó, con su talento de siempre, varias piezas del pentagrama popular, que inmediatamente encendieron el espíritu de celebración.
Luego de la pausa artística, la Rectora interina, acompañada por los decanos, y sus ayudante especiales, realizaron la ceremonia de entrega del icónico prendedor colegial a los cumpleañeros, como símbolo del agradecimiento por su compromiso laboral.
“Esta actividad se celebró por muchos años corridos. De hecho, la última la llevó a cabo la Rectora como Decana de Administración. Era una ocasión que generaba un entusiasmo y una emoción indescriptible entre los empleados. Esperamos que se pueda continuar porque no solo se les reconoce su trayectoria, sino que los compañeros comparten un momento especial. Este Comité le puso alma y vida a la organización porque estamos sincronizados en mente, intención, corazón, emoción, compromiso, y entendemos exactamente lo que significa”, aseguró Rocío I. Zapata Medina, ayudante especial de la Rectora.
Prensa RUM conversó con dos representantes del personal, quienes celebraron 20 y 40 años de historia en el campus mayagüezano. Como Administradora IV de la Oficina de Prensa desde hace dos décadas, Tania Matos Cruz, ha podido realizar al máximo una de sus más grandes vocaciones.
“Ha sido una experiencia maravillosa. Tengo que agradecer, en primer lugar, a Dios, que me ha dado la bendición de poder trabajar aquí porque, para mí, es un honor estar en la Universidad y servirle a mi Recinto. He aprendido de muchas personas ilustres, que me han enseñado, me han llevado por el camino del conocimiento. Además, poder servir es algo que me apasiona. Cuando los estudiantes vienen, la comunidad en general, el mismo personal de los departamentos, me gusta que se sientan satisfechos y se logren los objetivos. Es un orgullo laborar en una oficina a la que le tengo tanto cariño”, expresó la también egresada del RUM en Administración de Oficinas, donde también completó la certificación como maestra de Educación Comercial.
Otra de esas eternas jóvenes colegiales es Ellen Ríos Padín, a quien se bromeó por haber comenzado a trabajar a los 10 años en el RUM, ya que celebró nada más y menos que cuatro décadas en las que ha ocupado puestos en los departamentos de Ingeniería Mecánica, Eléctrica y de Computadoras, y en el Programa Coop, el que dirige hace 15 años.
“Han sido muchísimas vivencias, 40 años, ¡imagínate! Cuántas personas, cuántos estudiantes han pasado por mi vida. Lo más importante es que he podido poner mi granito de arena en la vida de esos jóvenes. Por eso, no podemos permitir que dañen nuestra Universidad, que apaguen nuestras voces. No hay nada que pueda mejorar más a Puerto Rico que una buena educación y no hay nada mejor para lograrlo que no sea la Universidad de Puerto Rico”, puntualizó.