La proliferación del sargazo caribeño
Por Rebecca Carrero Figueroa (rebecca.carrero@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 25 de enero de 2019
Su presencia en nuestras costas se ha vuelto más común desde hace tres años. Aparte de su característico color marrón y el fuerte olor que emite, apenas se están dando a conocer los retos que representa la llegada del sargazo en el Caribe. Es por esto que el Programa Sea Grant (PSG), adscrito al Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) llevó a cabo la conferencia Sargazo en el Caribe: Retos, soluciones y oportunidades.
Diversas razones, entre ellas, el cambio climático, el aumento en la temperatura del agua, los desechos que terminan en los océanos son parte de los hallazgos que se discutieron durante el conversatorio que tuvo lugar en el anfiteatro del edificio Luis de Celis del RUM.
Expertos en el tema de la proliferación de sargazo en el Caribe, de instituciones como el RUM, la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad de Miami, el Centro de Investigación y Desarrollo Pesquero de la Universidad del Sur de Mississippi y de la compañía LGL Ecological Research Associates, compartieron los estudios sobre las causas, efectos, monitoreo y oportunidades económicas de este fenómeno natural.
De acuerdo con el profesor Ruperto Chaparro, director del PSG, ha sido declarado como un habitáculo esencial para las pesquerías, ya que muchas especies crecen, se alimentan o vienen a aparearse donde se crea.
“El sargazo como esa alga que vemos en las playas, que muchas veces está apestosa, maloliente, tiene mimes y mosquitos a su alrededor, cangrejitos, que, aunque siempre ha existido, no se sabe por qué ha proliferado y tenemos unos crecimientos desproporcionados que están afectando tanto la industria del turismo como la navegación y la industria de la recreación y hasta la salud”, expresó Chaparro.
De hecho, su crecimiento desmedido afecta los arrecifes de coral al impedir que penetre la luz del sol y por ende, se afecte la calidad del agua.
Entre los ponentes se encontraban especialistas de diferentes universidades para hablar sobre sus investigaciones y cómo ayudar a manejar la situación con el sargazo. Entre ellos, la doctora María J. Olascoaga, de la Escuela Rosenstiel, quien discutió el modelaje y los experimentos de campo acerca del movimiento del sargazo en su presentación Modeling and Field Experiments to Assess Inertial Effects on Sargassum Motion.
Según reveló, la acumulación más rápida se ha dado en el Atlántico Norte, donde presenta diferencias de viscosidad, determinadas por la combinación del movimiento del agua y del viento.
Por su parte, el doctor Roy A. Armstrong, catedrático del Departamento de Ciencias Marinas del RUM, divulgó el trabajo que realizó durante el pasado año, bajo el título: Use of Remote Sensing for the Detection and Evolution of Sargassum in Coastal Areas.
“Usamos imágenes satelitales y trabajo de campo para estudiar el evento de llegadas de sargazo a áreas costeras y poder caracterizarlo desde el punto de vista óptico, y el impacto que tienen en las comunidades marinas tropicales, como son los arrecifes de corales, hierbas marinas y manglares”, señaló el doctor Armstrong.
Entre los hallazgos preliminares han encontrado que existe una mayor incidencia de estas algas flotantes durante el mes de septiembre. Asimismo, esperan predecir su magnitud el resto del año al analizar el impacto de su acumulación en los canales de mangle y su posterior depósito en ellos.
La jornada incluyó la presentación de representantes de Golden Tide Solutions, LLC, una compañía dedicada a prevenir la llegada del sargazo y su impacto en el ecosistema.
“Deseamos evitar su proliferación y recogerlo para convertirlo posiblemente en biomasa. Una de las alternativas consiste en colocar una barrera que permita contenerlo y poder disfrutar de la playa”, indicó Javier Berríos Reilova, de GTS.
El funcionario presentó el trabajo que han llevado a cabo en la zona turística de Punta Cana, República Dominicana, donde gracias a las barreras colocadas, el turismo no se ha afectado con la presencia de estas algas.
De la misma manera, Adolfo González, del Sistema Caribeño de Observación Costera Oceánica (CariCOOS), discutió el uso de instrumentos como las boyas para analizar el movimiento que provoca el viento, las olas y las corrientes en el sargazo.
En la jornada también participó el doctor Nathan Putman, de LGL Ecological Research Associates con: Mechanisms, Variability, and Uncertainty in the Transport Predictions of Pelagic Sargassum, y el doctor Donald R. Johnson de la Universidad del Sur de Mississippi con: Modeling Pelagic Sargassum in the North Tropical Atlantic and Caribbean.
Los organizadores proyectan que la discusión iniciada durante la jornada, facilite el monitoreo y posibles soluciones a esta problemática.