Exaltan a estudiante de Ciencias Agrícolas por su labor comunitaria
Por Alex O. Tubéns Plaza (alex.tubens@upr.edu)
Taller de Estudiantes/PRENSA RUM
viernes, 18 de diciembre de 2020
Tras años de un apasionado compromiso con su comunidad y con los valores filantrópicos, el colegial Adrián Vázquez Bandas, estudiante del Colegio de Ciencias Agrícolas del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), ha sido honrado por su labor con el Premio Sor Isolina Ferré a la Excelencia del servicio al prójimo, y distinguido como uno de los Diez jóvenes más sobresalientes de Puerto Rico 2020 en la categoría de Servicio Humanitario o Voluntario, que confiere la Cámara Junior Internacional de Puerto Rico.
Ambos reconocimientos ocurrieron este pasado semestre académico, en el que el alumno del Departamento de Educación Agrícola, ha cosechado los más recientes frutos de una extensa trayectoria dedicada a fomentar la solidaridad, generosidad y empatía.
El primer galardón, que es concedido por los Centros Sor Isolina Ferré y la Cámara de Representantes de Puerto Rico, reconoce el servicio desinteresado de ciudadanos que han efectuado obras sobresalientes en las áreas de salud, prevención, educación, cultura y desarrollo comunitario, categoría por la que fue premiado Adrián.
“Yo no hago nada esperando un beneficio a cambio, pero fue impactante y emocionante cuando me llamaron para avisarme. Me estaban reconociendo junto a 12 héroes puertorriqueños, y fue un honor recibir esta premiación con ellos. Fue maravilloso conocer a grandes seres humanos que se la pasan ayudando a través de distintos proyectos en Puerto Rico. Compartir con estas personas y ver sus luchas por ayudar a sus comunidades, fue lo más importante de todo el evento”, aseguró el sangermeño de 23 años, quien asistió a la íntima ceremonia que tuvo lugar en el Capitolio en octubre.
Mientras, que la Cámara Junior Internacional de Puerto Rico, le anunció a Adrián su selección por una misiva que resalta su capacidad, esfuerzo e integridad humana para desarrollar con éxito acciones que redundan en beneficios para las comunidades y que, a su vez, inspiran a otros jóvenes. Esta premiación se celebró el pasado 12 de diciembre, de manera virtual.
La génesis de su pasión
Aunque desde pequeño ha tenido el deseo de ayudar al prójimo, Adrián se estrenó en la labor comunitaria en el 2015, cuando cursaba su cuarto año en la escuela Lola Rodríguez de Tió de San Germán, y comenzó la iniciativa Jóvenes Voluntarios, dedicada a promover la cooperación de sus pares en la solución de los problemas de su comunidad.
“Empezamos a hacer proyectos y a ayudar dentro de la escuela. Recolectamos alimentos, tanto para personas como para animales, participamos de las actividades de Relevo por la Vida, hicimos donaciones de sangre, e incluso organizamos diversos festivales, tanto de la amistad, como uno en honor a Lola Rodríguez de Tió, y en conmemoración del descubrimiento de Puerto Rico”, recordó.
Luego de graduarse y una vez admitido al recinto mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico (UPR), prosiguió esa ruta con colectas mensuales de alimentos para los menos afortunados, reclutando a otros ciudadanos, escuelas, e incluso hasta sus allegados.
“A veces, si tengo a una familia con necesidad y no consigo donaciones a tiempo, voy y le digo a mi tía, a otros miembros de mi núcleo, o a los vecinos: ‘¿No tendrás una lata de habichuelas o un fardo de arroz que puedas donar?’ Y así, hacemos la comprita y se la entregamos”, relató Adrián.
Su vocación también está unida a su carrera académica, pues eligió las Ciencias Agrícolas para continuar diseminando esa semilla de solidaridad.
“Llevo toda mi vida viviendo en el campo, y, desde pequeño, siempre me ha gustado sembrar para tener mis alimentos en mi casa, así sean pocos, y, cuando entré al Colegio, supe que era lo mío, porque me encantaba la agricultura. Luego, me cambié a Educación Agrícola, ya que sabía que tenía un don de ayudar a otras personas y lo podía alcanzar mejor a través de esta disciplina”, subrayó.
El emprendedor líder también ha coordinado eventos con el propósito de crear conciencia pública sobre la violencia de género en Puerto Rico, como el que organizó en honor a su amiga Valerie Ann Almodóvar Ojeda, quien falleció víctima de este terrible mal social hace dos años.
Igualmente, ha dicho presente durante los más recientes fenómenos naturales que han azotado a la isla. Antes de la llegada del huracán María, estableció una brigada para recoger animales en las calles de San Germán y colocarlos en un lugar seguro hasta que pasara la tormenta. Luego, para ayudar a una familia que perdió su hogar durante los terremotos de principios de este año, consiguió recaudar dinero y, junto a un grupo, construyó una casa de madera para albergarlos. De igual manera, logró proveer alimentos a tres familias también aquejadas por los movimientos telúricos, y conseguir materiales para la reconstrucción de otras dos viviendas.
Precisamente, para avivar el espíritu de esos boricuas que además recibieron un impacto emocional fuerte, Adrián gestó una enorme trulla navideña.
“A mí me gusta llevar júbilo a las personas, así que decidí formar La Parranda de Alegría en esta especial época. Originalmente, el plan era organizar un evento más pequeño. Pensaba en formar un grupito de amigos con unos parranderos a Yauco, Guayanilla y Guánica, tocar una musiquita y regresar, pero fue tanto el apoyo que recibimos y tanta la gente que quiso ayudarnos, que terminamos llevando una tarima rodante con DJ, payasos, músicos, y una guagua escolar llena de suministros. Incluso, unas fraternidades se nos unieron para donarnos cajas de agua y juguetes. Terminamos con una caravana bastante grande, donde llevábamos muchos víveres, alegría y comida caliente que pudimos repartir a los afectados”, mencionó el también gestor cultural, quien ha cultivado su talento en el arte dramático y en el baile de música folklórica.
En el RUM, Adrián forma parte de Come Colegial, asociación estudiantil dedicada a socorrer a alumnos con dificultades económicas que a veces no tienen ni una comida caliente disponible, a la cual se unió en 2015, en su segundo semestre como estudiante de nuevo ingreso.
“Para mí, es la mejor organización que tiene el Colegio. Hice click rápido con ellos porque su trabajo es similar a lo que yo estaba haciendo en San Germán. He aprendido que hay estudiantes pasando necesidades y, por miedo a ser juzgados, no lo dicen. Este colectivo se basa en hacerles llegar los alimentos para que puedan estudiar, superarse y ser exitosos, y es lo más que me gusta. La cara de los participantes cuando reciben su comida, lo felices que se ven, es extraordinario. Cuando me gradúe, los voy a extrañar mucho, porque siento que llevo toda una vida junto a ellos y a la consejera Lucy Serrano, que es una persona maravillosa”, enunció el actual vicepresidente del grupo.
En su página de Facebook, Come Colegial lo resaltó por sus recientes premios y por enaltecer la misión que llevan como bandera.
“Adrián se ha caracterizado por ser una persona activa, líder, comunicador y servicial, empático y mucho más, buscando siempre la manera de apoyar al más necesitado, tanto dentro, como fuera del Recinto. Queremos felicitarlo, porque somos testigos del gran corazón que tiene y de su compromiso por defender causas como la de Come Colegial. Le deseamos el mayor de los éxitos en su vida académica y profesional”, reza la comunicación.
Aunque espera graduarse en mayo de 2021, Adrián adelantó que aspira a continuar su misión filantrópica. Mientras tanto, exhortó a sus pares colegiales, y a cualquier joven interesado en tener un impacto positivo en la sociedad, a atreverse a dar la mano a su prójimo, aunque sea a través de sencillos actos.
“Cada uno de nosotros vive en un pueblo y tenemos familia o una comunidad alrededor; aportar y ayudarla a salir adelante es, a veces, tan simple como preguntarles a los vecinos cómo ha estado todo, o darles un abrazo. Esa es la forma de ayudar, no necesariamente con gestos grandes que cambien todo de una vez, pero con esas muestras pequeñas de humanidad. Cada vez que auxilias a alguien, lo mejor que vas a sentir es la satisfacción; el hecho de recibir el agradecimiento de esas personas te llena y, muchas veces, es cómo se logran los cambios y se mejora la comunidad. Así que no se cohíban, atrévanse, que trabajando juntos, podemos sacar este país adelante”, puntualizó.