La pandemia no detuvo el final feliz de Come Colegial
La pandemia no detuvo el final feliz de Come Colegial
Por Javier Valentín Feliciano (javier.valentin@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 18 de diciembre de 2020
A pesar de los desafíos que trajo el 2020, en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), prevaleció, una vez más, el espíritu de colaboración. Así lo demostró el colectivo estudiantil Come Colegial que, como símbolo de gratitud, realizó su evento de cierre de año, con la repartición de 100 almuerzos navideños, al igual que la entrega de compras de alimentos a universitarios que lo necesitan. Aunque la celebración no ocurrió de manera tradicional con la algarabía navideña de otros tiempos, la placita Chardón se convirtió en un centro de servicio de entrega directo a los vehículos, que cumplió con todos los protocolos para garantizar la salud de sus participantes.
“Esta actividad se coordina para beneficiar a los estudiantes que pueden tener algún tipo de necesidad alimentaria, al mismo tiempo que se celebra el final del semestre. Lo especial de esta versión, comparada con las otras, es que este año, debido a las circunstancias de la pandemia, no se pudo hacer al aire libre con música de festejo. Usualmente, coordinamos un cierre más grande, con capacidad para casi mil estudiantes, y también invitamos a otros capítulos que forman parte de la Universidad de Puerto Rico (UPR), como se realizó el año el pasado. Es una ocasión que nos sirve para celebrar los logros del semestre. Esta vez, contamos con la colaboración de ACS Catering, que nos auspició el almuerzo y, de paso, los sorprendimos con unos obsequios que compramos para las personas que vinieran a recoger las compras”, expresó Manuel A. Pérez Morales, presidente de Come Colegial y estudiante de Sistemas de Información de Administración de Empresas.
Para lograr este objetivo tan retante, de antemano, solicitaron los permisos para utilizar el espacio de la placita ubicada frente al Edificio Chardón, así como la posibilidad de tener un grupo menor de voluntarios para la repartición de los almuerzos, entre estos, estudiantes y personal administrativo del Recinto. Gracias a las donaciones recibidas por el colectivo, se entregó a los comensales un delicioso menú navideño que consistió en arroz con vegetales, ensalada de coditos, pernil, un pedazo de pan y jugo de caña El Torito, este último producto, donado por esa compañía de bebidas, establecida en Cabo Rojo.
“Lo más bonito es observar los rostros de satisfacción, pero, más aún los de agradecimiento. Cuando seguían recibiendo más cosas, se quedaban impresionados porque no se lo esperaban, nos decían: ‘Ea, rayos, muchas gracias’. Estas semanas de exámenes finales son las más fuertes, que es cuando más ajorado uno se encuentra, que a veces no se tiene tiempo ni para cocinar. Como voluntario, uno siente esa satisfacción de quien está verdaderamente agradecido. A veces se cree que es un simple almuerzo, pero tiene más significado de lo que uno puede pensar”, indicó Nashalí Ruiz Esteves, secretaria del colectivo y estudiante de Contabilidad.
Por su parte, Manuel agregó que este año, a pesar de las limitaciones del distanciamiento físico, la cantidad de voluntarios para colaborar con el colectivo estudiantil aumentó a alrededor de 200, cifra mayor comparada con épocas anteriores.
“Por razones obvias, el grupo de participantes para este evento tuvo que ser menor. Aún con ese factor en contra, cada rato nos escribían para saber cuándo eran las actividades y contar con su ayuda. Es importante mencionar que mucha gente todavía está dispuesta a trabajar por los estudiantes. Ellos proyectan esa imagen que nosotros deseamos compartir y se siente esa energía. Sin embargo, nada de esto se hubiera realizado si no hubiese sido por Lucy Serrano, nuestra consejera, quien nos ayudó en este proyecto, pues este año la dinámica tuvo que ser distinta. Al final, logramos cumplir con todas las actividades que habíamos pautado”, afirmó.
Por su parte, Gabriel J. Mercado Miranda, subsecretario de la agrupación pionera en todo el sistema y estudiante de Ingeniería Civil, resumió las distintas iniciativas que han realizado durante este primer semestre 2020-2021.
“Como parte de los eventos que tuvimos en la agenda, se llevaron a cabo cinco entregas de compras a nuestros participantes. También, se les proveyó productos, mediante una donación por parte de la empresa Goya. Durante estos meses, participamos en dos talleres acerca de la Seguridad alimentaria y el Manejo de alimentos, que nos facilitó la Administración Central de la UPR. Además, tuvimos reuniones para incluir donaciones de ropa, que ya fueron entregadas, aparte a las usuales que tenemos como equipo”, indicó.
Gabriel añadió que en noviembre llevaron a cabo la tradicional celebración del Día de Acción de Gracias, en la que se repartieron 200 almuerzos donados por diferentes asociaciones, la que representa hasta la fecha, una de las más numerosas.
Por otro lado, el Presidente del colectivo indicó que dentro de todo el caos que existe en estos tiempos de la pandemia, esta coyuntura se ha convertido en una ventana para contemplar todos los valores que se poseen como país.
“Come Colegial ha sido una luz que nos ofrece, como sociedad, la esperanza de que todavía hay algo positivo en el mundo, así como gente buena preocupándose por las otras. Por lo menos, eso me ha motivado a seguir viendo las cosas de esa manera, no solamente a mí, sino también a muchas personas. Con todo lo que hemos logrado este semestre, al igual que en los últimos años con todas las circunstancias que hemos enfrentado, me alegra haber sido parte de esta asociación y trabajar con esta directiva. Quiero darle gracias a todos los que colaboraron con nosotros”, expresó.
Para el semestre que comienza en enero de 2021, ya se han puesto en calendario diferentes entregas de almuerzos, a través del recogido por sistema de serviauto. El primero será a principios del mes, y el siguiente, se realizará tentativamente el 11 de febrero. Luego, se pautarán actividades similares en los meses posteriores. Desde el 2014, Come Colegial ha repartido alrededor de 14,500 platos de comida.
El evento contó con la colaboración y supervisión de la Guardia Universitaria para manejar el tránsito y acelerar las entregas, al igual que para cumplir con los protocolos de distanciamiento físico establecidos mediante la Orden Ejecutiva.