Pasión colegial por partida triple
Por Javier Valentín Feliciano (javier.valentin@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 25 de febrero de 2022
Los trillizos Armando, Leonardo y Marko Díaz De Jesús, recién comenzaron su jornada académica en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico. Aunque los colegiales admitidos al Colegio de Ingeniería iniciaron sus estudios durante la crisis de salubridad mundial por el COVID-19, ahora es cuando se sienten en su casa al estudiar desde el pasado semestre a tiempo completo, de manera presencial. Los hermanos Díaz De Jesús tienen diferentes metas académicas y profesionales, pero definitivamente les une una gran pasión colegial, así como grandes sueños y aspiraciones.
“Estoy estudiando Ingeniería Eléctrica porque esta disciplina guarda similitudes con la Mecánica. Por esa razón, la quiero entender un poco más, al mismo tiempo que me gustaría desarrollar ese conocimiento”, expresó Marko, al aclarar que la Ingeniería Mecánica es otra rama que le llama mucho la atención.
Mientras, su hermano Leonardo también se inclinó por la Ingeniería Eléctrica. En su caso, aspira a, ya sea a decidir o reafirmar, en qué especialidad completará el grado de bachillerato, a lo largo del transcurso de su carrera universitaria.
“Es importante conocer tus metas al tiempo que creces en adquirir más conocimientos. Me interesa convertirme en profesor como mi papá, tengo interés en el ambiente académico”, apuntó Leonardo.
Por otro lado, Armando, quien estudia en el Departamento de Ingeniería Química, también admitió que está sumamente interesado en la Biología, y tampoco descartaría vincular la Ingeniería Mecánica con la Biotecnología. Eventualmente, según afirmó, le gustaría dedicarse a la investigación.
Los hermanos de 19 años nacieron en California, ya que su papá, estudiaba el grado doctoral en ese estado. Su debut en el campus mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico (UPR), ocurrió desde muy temprano en su vida, ya que fueron discípulos del Centro de Desarrollo Pre-Escolar, dirigido a los hijos de los empleados del Recinto, donde dejaron sus primeras huellas colegiales.
Su inicio universitario estuvo lleno de retos, ya que forman parte de la generación que enfrentó en un mismo semestre los terremotos del sur de la isla y una pandemia. Al abordarlos sobre su adaptación a la situación que provocó comenzar estudios a distancia, asistidos por tecnología, relataron que no fue tan difícil, ya que la crisis del Covid-19 comenzó cuando todavía cursaban escuela superior en la Academia de la Inmaculada Concepción en Mayagüez.
“Tuvimos que iniciar la educación en línea cuando estábamos en la escuela. Lo tenían todo bien organizado, pero teníamos que estudiar de manera independiente. Lo positivo fue que no nos atrasamos y pudimos graduarnos de cuarto año. Me preocupaba cómo empezaríamos los estudios universitarios, pero no resultó tan difícil porque ya contábamos con esa experiencia y nos adaptamos rápido”, sostuvo Armando.
Para Marko, la experiencia de comenzar a estudiar en línea le pareció beneficiosa, ya que tanto los profesores como los estudiantes tuvieron que adaptarse de inmediato ante este cambio en el modo de enseñanza. Algo positivo que surgió es que sirvió para economizar en gastos de viaje al campus mayagüezano, ya que la familia reside en Añasco.
Dos figuras claves para los trillizos Díaz De Jesús, son, sin duda, sus progenitores, quienes además son portadores de sangre verde colegial: la ingeniera civil Nérida De Jesús Villanueva y el doctor Rubén E. Díaz Rivera, actual catedrático y director del Departamento de Ingeniería Mecánica del RUM. Reconocen que ambos han influido en sus intereses grandemente, y, en especial, agradecen a su mamá por la gran aportación en su desarrollo.
“Ella es una persona muy disciplinada. Siempre nos enseñó cómo organizar el tiempo para los estudios, cómo vivir bien, cómo aprovechar de todo lo que tenemos ahora mismo porque ella no tuvo esos mismos beneficios. Una de sus virtudes es que se enfoca mucho en el trabajo en grupo, en cómo hacerlo más eficiente, porque cuenta con experiencia en diversos proyectos extracurriculares, muchos de ellos en el Colegio, como, por ejemplo, el equipo de preparación de la canoa. Mi mama me ha influenciado mucho en cómo yo quiero enfocarme más para lograr proyectos con otras personas y expandirme en otras áreas”, subrayó Marko.
Para Leonardo la admiración es mayor, pues recordó que cuando su madre era niña provenía de una familia y hogar con escasos recursos en Río Grande y, pese a esa situación, logró convertirse en ingeniera tanto en Civil como en Mecánica.
“Ella estudiaba mientras nos criaba, lo que me imagino que fueron tiempos sacrificados, pero se esforzó mucho para llegar a donde está. Sobrevivió, superó y manejó su vida y las nuestras también. Existe mucha gente y padres que no tienen oportunidades y luchan contra viento y marea, así como lo hizo también mi papá”, resaltó Leonardo.
Por su lado, Armando fue quien colocó la nota de humor durante la entrevista, pues contó que a cada rato se vacilan a su progenitora cuando observan algún hoyo en las carreteras y le comentan que “ese trabajo lo tienen que hacer los ingenieros civiles”, contó sobre la especialidad de su mamá, quien también se ha desempeñado en asuntos relacionados con la calidad del agua y el manejo de desastres.
Leonardo, Armando y Marko aseguraron que están centrados en seguir dejando huellas en su paso por el Colegio, al que siempre los unirán vínculos muy arraigados.