Egresada del RUM deja a un lado el sueño de la NASA para ayudar al necesitado
Por Javier Valentín Feliciano (javier.valentin@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 18 de febrero de 2022
La doctora Thamar Cintrón Marco, egresada del Departamento de Ingeniería Mecánica (INME) del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), cambió su sueño de convertirse en astronauta de la NASA por una labor de ayuda al prójimo con impacto comunitario y social en Puerto Rico. Precisamente, durante su paso por el campus colegial, reafirmó su rumbo y su vocación. De ingeniera graduada, pasó a obtener un doctorado en Psicología y hoy día dirige el Programa Misión Rescate, un centro de rehabilitación y tratamiento por abuso de sustancias y drogas ubicado en el barrio Algarrobos en Mayagüez.
“Recuerdo que mi objetivo siempre fue convertirme en astronauta. Entré al Recinto Universitario de Mayagüez con la idea de estudiar Ingeniería Mecánica porque mi sueño era ir a la NASA para trabajar. Vengo de una familia muy humilde y sencilla. Cuando comencé a buscar opciones de estudios, todas las universidades que tenían un programa relacionado estaban fuera del país. Mi papá me dijo, ¿cómo te vas a ir a Estados Unidos a estudiar esa disciplina cuando tienes a una de las mejores universidades a cinco minutos de tu casa? Yo vengo de una comunidad que se llama el Residencial Marisol, aquí en Mayagüez. ‘Puedes ir hasta caminando’, me dijo. Así fue que tomé esa oportunidad y comencé a estudiar. Me gradué de la escuela Eugenio María de Hostos y acepté el reto”, relató.
La mayagüezana recuerda de manera especial su trayectoria colegial, en momentos en que el doctor David Serrano, fungía como director de INME. A su juicio, esa etapa le permitió adquirir mucho aprendizaje en el campo científico, por lo que considera al Colegio de Mayagüez como su escuela formativa.
En esa época, tomaba un curso electivo de Trabajo Social con la profesora Luisa Seijo Maldonado, catedrática del Departamento de Ciencias Sociales. Ante la desgracia que devastó el oeste borincano con el paso del huracán Georges en 1998, la entonces estudiante de Ingeniería, organizó, junto a un colectivo de estudiantes, una visita a la comunidad del barrio Maní de Mayagüez, área que resultó severamente devastada. Ese momento histórico definió su verdadera pasión.
“Ese huracán y toda la destrucción que dejó tras su paso en mi querido Mayagüez, fue lo que me marcó. Le dije a la profesora Seijo Maldonado que necesitábamos unir a un grupo de colegiales para podar árboles y remover escombros. Entonces, compramos una sierra y nos dimos a la tarea de ayudar. Allí estuvimos por dos meses en compañía del doctor Robinson Rodríguez, profesor de Sociología. Eso me impactó como ser humano, y me dije: ‘Yo estoy en el lugar equivocado estudiando lo que no es. Además, me cuestioné, ¿por qué irme a formar parte de la diáspora puertorriqueña cuando puedo hacer tantas cosas en mi tierra que pueda beneficiar a mi comunidad. Yo puedo ayudar a las personas menos aventajadas, en mi caso, con jóvenes con presentan problemas de adicción de drogas y con envejecientes que no tienen a nadie que les ayude. Es entonces cuando cambio de profesión”, manifestó.
Tras completar su bachillerato en Ingeniería Mecánica del RUM en la década del 1990, la entusiasta líder completó una maestría en Psicología de la Universidad Interamericana en San Germán en 1997; y un doctorado en Psicología, con especialidad en adicciones, de la Escuela de Medicina de Ponce en 2002. De inmediato, canalizó su vocación a través de una entidad con un significado muy especial para ella y su familia, la cual comenzó a dirigir desde el 1998.
“Misión Rescate nace para el 1976 con el propósito de ayudar a jóvenes varones de 18 años en adelante que presenten trastornos de consumo de sustancias, algunos hasta han tenido problemas con la ley. Muchos años después, mi padre Gabriel R. Cintrón Iglesias, es parte de lo que fueron los inicios de esta organización sin fines lucrativos. Luego se integra mi mamá Noelia Marco. Desde que mis hermanos, Gabriel, Natanael, Denuel y Hadasha y yo éramos pequeños, mi papá nos enseñó siempre a amar al desventajado y ayudar al que realmente lo necesitaba. En todo momento, Misión Rescate ha sido parte de mí y de toda mi familia. Por ende, empezó a crecer con otros tipos de servicios; no simplemente de rehabilitación en Mayagüez, sino que nos expandimos a Lajas, Sabana Grande, Arecibo y hasta en Estados Unidos”, indicó la también hermana de dos egresados colegiales.
Recientemente, el pasado agosto de 2021, Misión Rescate, en colaboración con la organización estudiantil Come Colegial del RUM, participó en un evento en el que entregaron tarjetas para compras, ropa, comida y almuerzos a los estudiantes con necesidad alimentaria, así como a toda la comunidad en general. En esa ocasión, la doctora Cintrón Marco hizo una exhortación para proponer espacios de colaboración entre el Recinto y esta organización sin fines de lucro.
“Hay muchas maneras para ayudar que no necesariamente implica el aspecto económico. Creo mucho que los estudiantes universitarios conviertan nuestros programas en su centro de aprendizaje o en su internado. Si, por ejemplo, es alumno de Educación Física, a mis jóvenes les encanta hacer ejercicios, al igual que si estudian Psicología, Trabajo Social, Mercadeo, hay tanta oportunidad para crecer y formar alianzas de forma voluntaria. Necesitamos que más jóvenes ayuden a sus pares a que salgan hacia adelante en Puerto Rico porque la droga no discrimina. Y si algún estudiante del Colegio necesita un plato de comida, aquí estamos también para ayudarlos”, sostuvo.
Una persona muy especial para la entrevistada, quien ha estado durante los inicios de esta gesta, es su padre, Gabriel R. Cintrón Iglesias, director ejecutivo de la institución, cuya labor en la entidad se remonta al 1976.
“En aquel momento solo teníamos a dos jóvenes como parte del programa, ambos eran del pueblo de Juncos. El 23 de septiembre de 1978, me incorporo a Misión Rescate. Venía desde la ciudad de Nueva Jersey a colaborar; en sus inicios, logramos tener hasta 28 jóvenes de todas partes de Puerto Rico. Un 21 de junio de 1981, las instalaciones que lo albergaban se quemaron. Un fuego lo destruyó totalmente y tuvimos que dormir en el lugar. En agosto de ese mismo año conseguimos este lugar aquí en el barrio Algarrobos y comenzamos nuevamente. Esos jóvenes que estuvieron durante el fuego hicieron un compromiso para que la organización continuara con su propósito”, expresó.
Cuando se le abordó sobre el futuro de esa organización, bajo la dirección de su sucesora, Cintrón Iglesias se emocionó al relatar la experiencia de trabajar juntos y del impacto que han logrado en miles de familias.
“Thamar es brillantísima, no lo digo porque sea mi hija. Ella puede hacer muchas cosas a la vez que yo no puedo porque no tengo esa habilidad. Mi familia creció en este lugar, esa es la razón por la que cree en esta institución. Ese sentir de que todos juntos hacer algo, la mayoría de los jóvenes participantes lo recoge porque en su trasfondo existe una descomposición familiar”, manifestó.
Prensa RUM pidió su testimonio a uno de los participantes del Programa, a quien también le unen lazos colegiales, pues cursó estudios en el Departamento de Biología del RUM. El entrevistado, identificado en esta reseña como Juan para proteger su identidad, reconoció que su adicción surgió tras una lamentable situación familiar.
“Estoy aquí porque deseo hacer un cambio genuino en mi vida, ya que llevo veinte años luchando con este problema. La muerte de mi papá y su lucha con el cáncer fue lo que motivó a formar parte de Misión Rescate, porque siempre estuvo al lado mío en esta batalla, así como el bienestar de mis dos hijos. Yo supe lo que es tener mucho éxito y también he perdido muchas cosas. Trabajaba para un concesionario de vehículos y generaba excelentes ingresos. Me cansé de perder”, expresó.
Añadió que, mientras se desempeñó como gerente de ventas de una importante empresa, e interactuaba con los clientes de altos ingresos, todo ese éxito giró en su contra, ya que el costo por el consumo diario de drogas, en su caso cocaína, ascendía casi a los cien dólares diarios. En comparación con el anterior hogar, este espacio le proporcionó nuevas metas.
“Aquí en Misión Rescate se trabajan de manera distinta, no utilizan medicamentos. Considero que se puede llevar a cabo una rehabilitación sin ninguna otra opción que altere tu sistema y más bien enfocarse en dominarlos”, enfatizó.
Antes de concluir la entrevista, Juan quiso aconsejar a los universitarios para que no cometan los mismos errores que lo descarrilaron en un momento de su vida.
“Nunca pienses que te lo sabes todo o tu manera de hacer las cosas es la correcta. Trata de mantener una actitud positiva para aprender y dejar la puerta abierta para el conocimiento. El aprendizaje nunca termina. Debes aplicar lo bueno y desechar lo malo. Tampoco te canses por un tropezón que tengas y no te rindas, trata de perseverar siempre”, recomendó.
Misión Rescate, Inc. es una organización autosustentable que sobrevive mediante donativos, propuestas que identifican y a través de fondos de United Way, que les ha permitido estar presente de manera activa durante los huracanes Irma y María, los terremotos que afectaron la zona sur, en la prevención de la pandemia del COVID-19, así como en la alimentación a deambulantes y colaboración con égidas de personas adultas mayores.