En su visita colegial la escritora Esmeralda Santiago se reencuentra con sus raíces maternas
Por Javier Valentín Feliciano (javier.valentin@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 10 de mayo de 2024
Como parte de su visita al Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) para participar en los eventos de la Semana de la Lengua, coordinados por el Departamento de Estudios Hispánicos, la escritora puertorriqueña Esmeralda Santiago visitó el Museo de Arte, conocido como MUSA, para apreciar la exposición El arte como Re-existencia: lo afropuertorriqueño, que tuvo gran acogida por parte del público amante del arte.
“Muchas gracias al público puertorriqueño de Mayagüez que llegó a la presentación y que me han llenado de amor. Me han recibido con tanto cariño que me siento muy agradecida. Estoy feliz de estar en este museo tan bello con tantas obras importantes que reflejan nuestra historia y cultura. Espero que nuestro público de fuera de la Universidad haya tenido la oportunidad de visitarla y observar estas obras, que son imprescindibles para nuestra historia”, manifestó la autora de Cuando era puertorriqueña.
A su llegada al MUSA, la novelista estuvo acompañada por la doctora Ángela María Valentín, coordinadora del evento educativo, y fueron recibidas por Julio Amill Martínez, coordinador programático del Museo a cargo del recorrido. Se integró un grupo de profesores y estudiantes que laboraron como ujieres en el conversatorio que se realizó en el día anterior, y en el que la laureada escritora presentó Las madres, su más reciente novela, en el anfiteatro Ramón Figueroa Chapel. Prensa RUM conversó con esta autora tan emblemática, cuya obra ha sido traducida en varios idiomas.
“Fue una noche bastante emotiva porque llegaron muchos estudiantes bajo un aguacero tremendo. Conversamos acerca del proceso de redacción de la novela Las Madres, que salió publicada en agosto, pero que no había llegado a Mayagüez. Con mucho gusto, pudimos discutir cómo se escribió y un poco sobre la historia de cómo se empezó ese libro. Muchos dieron testimonios acerca de sus experiencias con mis obras. Fue un momento bien emocional para mí y todos estábamos llorando”, expresó.
En 1961, esta artista de las letras fue llevada por su mamá Ramona Santiago a los Estados Unidos, junto a sus siete hermanos para comenzar una nueva vida y hacer frente a la pobreza que había en Puerto Rico. Su familia salió del barrio Macún, de Toa Baja, con el fin de conseguir una mejor calidad de vida. Su estancia en el oeste de la isla le produjo una gran emoción, ya que la sintió como un reencuentro con sus raíces maternas.
“Estoy en Mayagüez porque aquí fue donde se crió mi mamá. Desde hace muchos años me hablaba sobre sus experiencias cuando residió en la Sultana de Oeste. No sabía que se había criado aquí porque hablaba, pero no ofrecía detalles. En los últimos años de su vida, empecé a entrevistarla y me proveyó información específica de las áreas en donde ella vivió. Es por esa razón que estaba ansiosa por regresar a la ciudad y contemplar esos sitios que ella recordaba, pues son parte de mi historia y de mi familia”, relató la autora de El sueño de América, su primera novela.
De igual forma, Santiago contó cómo fue que surgió el título de su obra emblemática Cuando era puertorriqueña, que se publicó en 1993 y que provocó reacciones contradictorias, incluso que llegaron a cuestionar su identidad como escritora boricua.
“El título está relacionado con aquel momento tan doloroso que me sucedió después de haber vivido en Estados Unidos por 12 años. Regresé a mi Puerto Rico, graduada de la universidad, una niña buena, pero mucha gente aquí me negaba la identidad. Me decían que ya no era puertorriqueña porque había vivido tantos años en los Estados Unidos. Entonces, quería que leyeran este libro para confirmar quién es puertorriqueña. Era yo o tú que no te acuerdas de la historia. La segunda razón es porque fue una niñez que ya casi no existe en Puerto Rico, ni siquiera en el contexto del huracán María cuando no había electricidad, ni agua potable y la gente estaba luchando en todo. Creo que se dan cuenta de cómo fue esa niñez, cuando todo estaba cambiando e incluso el pueblo”, reiteró.
La invitada especial agregó que también quiso propiciar una conversación entre los lectores sobre lo que define la identidad de una persona nacida en la península borincana.
“La tercera razón es que quería que se discutieran esos porcentajes de identidad. No sé quién diseñó que existe una escala, pues me considero cien por ciento puertorriqueña. Si eres puertorriqueño, los eres. Para mí no existe un cincuenta o un veinte por ciento o un casi puertorriqueña. Eso lo defines tú, no otra persona. Yo quería que los lectores también tuvieran esa conversación”, afirmó.
Además, relató el momento cuando esa publicación se convirtió en una de las más leídas por la comunidad hispana. Durante sus primeros años, la propia autora autogestionó las presentaciones de Cuando era puertorriqueña en aquellos lugares que le brindaban el espacio para hacerlo en Estados Unidos.
“Al principio, mi editorial no nos patrocinaba, sino que por mi parte llamaba a las organizaciones puertorriqueñas y les preguntaba si podía presentar mi libro. Me percaté que resultó en un asunto más allá de lo que yo esperaba, cuando el sistema escolar de Nueva York ordenó la publicación de alrededor de tres mil ejemplares para enseñarlo en las escuelas. En ese momento, me di cuenta que representaba un cambio diferente a lo que yo esperaba. Esta historia era tan necesaria para nuestra gente, que hasta el sistema educativo se da cuenta que nuestros muchachos necesitan encontrar sus vidas en una obra literaria acerca de la vida puertorriqueña”, indicó.
Asimismo, habló sobre sus próximos proyectos, ya que su proceso creativo continúa en ascenso y pronto publicará dos libros.
“Uno de ellos es la secuela de Conquistadora, que ahora está en etapa de edición y no me han revelado la fecha de cuándo se publicará. Recién salió Las Madres y más adelante saldrá de nuevo en portada rústica. En estos momentos, estoy escribiendo otro libro”, señaló.
La autora le brindó un consejo a la comunidad colegial para que no claudique en sus aspiraciones siempre teniendo presente la importancia de la lectura y documentarse en cualquier tema.
“Es importante que aprendan a leer críticamente. Si estamos todo el mundo mirando cosas por el internet, no tienes tiempo de procesar lo que estás leyendo o viendo. Deseo que nuestros jóvenes lean más, pero preguntándole a los autores: ¿Qué quiere decir? ¿Por qué lo escribieron de tal manera? ¿Por qué en ese idioma y no en otro? Esas son destrezas que se necesitan para el resto de la vida, si no sabes leer críticamente, va a ser bien difícil y no importa qué trabajo vayas a encontrar”, aseguró.
Una vez concluyera sus compromisos en Puerto Rico, la escritora regresaría a su hogar en Nueva York.
“Desde la década del sesenta vivo en Estados Unidos. Mi vida es una en el idioma inglés, resido en un suburbio y somos como cuatro puertorriqueñas en el pueblo. Nos aferramos unas a las otras. Hemos mantenido nuestra cultura, rodeada de otra que es ajena para nosotros. Siempre nos mantenemos representando a Puerto Rico en los espacios donde quizás no nos conocen y a veces donde no nos quieren”, dijo.
No es la primera visita de la autora de Conquistadora al recinto mayagüezano, ya que en el 2006 recibió la distinción del Doctorado Honoris Causa, bajo la rectoría del doctor Jorge Iván Vélez Arocho. Que se repita la visita.
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