Cambiar narrativas: Hablar sobre el suicidio puede salvar vidas
Por Mariam Ludim Rosa Vélez (mariam.ludim@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 13 de septiembre de 2024
¡No te rindas! ¡No estás solo! ¡Sé tú misma! ¡Eres amado! ¡Eres escuchada! ¡Vales mucho! ¡Te necesitamos en el mundo! ¡Si te levantas todos los días, ya estás cumpliendo una meta!
Estas fueron algunas de las declaraciones escritas en un tablón de expresión pública desplegado en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, que se conmemora anualmente el 10 de septiembre.
Se trató de un esfuerzo colaborativo entre la Sociedad Internacional de Honor en Psicología, Capítulo UPRM (PSI CHI), la Asociación de Estudiantes de Psicología (AEPSIC UPRM), Active Minds @Colegio, Puppy RUM, la Asociación de Psicología Deportiva (APD), Organization for Development in Neuroscience (Neuro-RUM) y la Oficina de Calidad de Vida, para crear conciencia sobre este importante tema.
De hecho, este año la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) acogieron el lema Cambiar narrativas, que aspira a “inspirar a individuos, comunidades, organizaciones y gobiernos a entablar debates abiertos y sinceros sobre el suicidio y la conducta suicida”. Con esto, proponen transformar la cultura de silencio y estigmatización por una de comprensión, apoyo y acción preventiva.
Eso fue precisamente lo que motivó a este grupo de estudiantes, en su mayoría del Departamento de Psicología del RUM, a organizar un foro en el que se discutiera el tema desde diversos puntos de vista en el manejo de salud.
“El propósito fue concienciar sobre el suicidio desde cinco perspectivas: la psicología clínica, escolar, de la salud, la psiquiatría y la salud pública. Como estudiantes de Psicología, entendemos la relevancia de promover conversaciones sobre el suicidio con una audiencia de universitarios, ya que es la mejor manera de educar y servir como ente de prevención. Aunque pueda incomodarnos, solo hablando del suicidio podremos prevenir futuras pérdidas. Realizar actividades como el panel que llevamos a cabo nos brinda las herramientas para combatir la desinformación en nuestra comunidad universitaria y, a la vez, empoderar a sus miembros para actuar si ven a un compañero o familiar dando indicadores de querer suicidarse”, indicó Alejandro M. Vargas Rosario, quien cursa el tercer año del mencionado departamento y es presidente de PSI CHI.
El panel estuvo compuesto por las doctoras Sheila Quiñones e Irmarie Cruz López, catedráticas del Departamento de Psicología; el doctor Gustavo Cortina, director asociado del Departamento de Ciencias Sociales; y el doctor Pedro Vélez, psiquiatra.
“El suicidio es un tema complejo que puede afectarnos a todos, y es necesario abrir espacios honestos de conversación. Al observar las estadísticas de la OMS, más de 700 mil personas se quitan la vida anualmente, y muchas más lo intentan. Este acto surge de numerosos factores biopsicosociales y es un problema de salud pública que está creciendo en número, a pesar de los inmensos esfuerzos de prevención. Por eso es fundamental trabajar de forma integral para romper con los estigmas de una realidad – muchas veces silenciada – que puede llevar a un sufrimiento más profundo. El diálogo abierto y honesto es uno de los mecanismos a nuestro alcance para educar y prevenir. Debemos siempre estar atentos a las personas que nos rodean, y si vemos cambios en los comportamientos, atrevernos a preguntar si han contemplado la idea del suicidio y convertirnos en puentes de esperanza para todos. Tener estos espacios, como este panel, es esencial como herramienta de prevención. Felicito a las asociaciones estudiantiles y jóvenes involucrados que organizaron este evento lleno de solidaridad”, señaló el doctor Cortina, quien es salubrista, psicólogo de la salud y también catedrático de Psicología.
Por su parte, la doctora Cruz López, cuya especialidad es la Psicología Escolar, reiteró la importancia de conversar sobre el tema con niños y jóvenes.
“Existe el mito de que no podemos hablar de estos temas; sin embargo, una de las estrategias de prevención incluye hablar y educar sobre el suicidio. Actualmente, es la octava causa de muerte entre niños de cinco a 11 años. Esto nos alerta sobre la importancia de abordar el tema con la niñez y adolescencia, así como con el personal escolar, padres, familias y comunidades. Es esencial poder enseñar sobre factores de riesgo y protectores para crear consciencia. En los contextos escolares, uno de los factores más importantes es garantizar un ambiente escolar seguro, lo que incluye crear espacios seguros para nuestros estudiantes de diferentes comunidades marginadas. Para lograr esto, debemos colaborar con el personal escolar y capacitarlos”, puntualizó.
¿Qué hacer para ayudar a alguien con dolor emocional?
Según el Instituto Nacional de Salud Mental (NIH), el suicidio es un problema importante de salud pública.
“El suicidio es complicado y trágico, pero puede evitarse. Saber cuáles son las señales de advertencia del suicidio y dónde obtener ayuda puede servir para salvar vidas”, indican.
Por ese motivo, sugieren las siguientes cinco medidas para ayudar una persona con dolor emocional:
- Pregunte-¿Estás pensando en suicidarte? No es una pregunta fácil de hacer, pero los estudios muestran que preguntar a las personas en riesgo si tienen pensamientos o deseos de morir o de matarse no aumenta los suicidios ni los pensamientos suicidas.
- Manténgala a salvo-Reducir el acceso de la persona suicida a ciertos objetos o lugares sumamente letales es parte esencial de la prevención del suicidio. Si bien hacer esto no es fácil, preguntarle a la persona en riesgo si tiene algún plan y desactivar o eliminar cualquier medio letal puede marcar la diferencia.
- Esté presente– Escuche atentamente para enterarse de lo que la persona en riesgo está pensando y sintiendo. De hecho, las investigaciones sugieren que reconocer y hablar sobre el suicidio puede reducir los pensamientos suicidas en lugar de aumentarlos.
- Ayúdela a establecer una conexión-Guarde los números de líneas de prevención de suicidio y crisis en su teléfono celular para que los tenga a mano cuando los necesite. Usted también puede ayudar a la persona con pensamientos suicidas a establecer una conexión con una persona de confianza, como un miembro de la familia, un amigo, un asesor espiritual o un profesional de la salud mental.
- Maténgase comunicado– Mantenerse en contacto con la persona después de que tuvo una crisis o después de haber sido dada de alta de su tratamiento puede marcar la diferencia. Los estudios han demostrado que el número de muertes por suicidio disminuye cuando alguien da seguimiento con la persona en riesgo.
Línea de ayuda: Línea PAS: 1-800-981-0023
En el RUM: Departamento de Consejería y Servicios Psicológicos del RUM: 787-832-4040, extensiones 2020 y 3864.