El RUM marca un hito científico al enviar investigación al espacio
Por Mariam Ludim Rosa Vélez (mariam.ludim@upr.edu)
Prensa RUM
jueves, 7 de noviembre de 2024
El conteo regresivo resonó con una mezcla de emociones y el instante en que el cohete surcó el aire hacia la Estación Espacial Internacional (ISS), lo vivieron con lágrimas, abrazos, una inmensa alegría y, sobre todo, la satisfacción de un logro histórico que abre las puertas a generaciones de científicos puertorriqueños.
Se trató de una gesta sin precedentes para el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y para la isla. El lunes, 4 de noviembre, a las 10:29 p.m., se lanzó el primer experimento boricua y colegial en la nave SpaceX CRS-31 ISS Resupply Mission, desde el Centro Espacial Kennedy de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
Hasta allí llegó la doctora Maribella Domenech García, catedrática del Departamento de Ingeniería Química (INQU) e investigadora principal del proyecto, cuyo fin es estudiar cómo la microgravedad afecta el crecimiento y las propiedades antiinflamatorias de células madre mesenquimales, con el potencial de abrir nuevas vías para la biomanufactura en el espacio y tratamientos médicos innovadores en la Tierra. La acompañaron sus estudiantes Carolina Rivera Crespo, de doctorado, y Leonel Vélez Román, de maestría en transición hacia el doctorado, ambos del Programa de Bioingeniería del RUM.
La profesora y sus dos alumnos fueron testigos de este evento memorable, y con cada segundo que pasaba, veían acercarse un sueño científico que despegaba más allá de la atmósfera. Por su parte, Miosotis Acevedo, asistente de investigación de la doctora Domenech García, también participó del trabajo en el Laboratorio y vivió este paso pionero desde la transmisión en la que se conectaron miles de personas.
“La emoción fue inexplicable. Nos conmovimos muchísimo al ver despegar la nave y saber que el resultado de largas horas de trabajo iba a bordo. Hasta el momento cero, siempre existe la incertidumbre de que todos los elementos técnicos y las condiciones del tiempo están alineadas para que surja. Así que vivimos esa expectativa hasta el último instante que vimos el lanzamiento. Para nosotros, como equipo, es un avance significativo que ubica este estudio en un nivel muy importante en el que solo participa un selecto grupo de investigadores: ¡llegar al espacio!”, sostuvo la catedrática, quien es también egresada del recinto mayagüezano de la UPR.
“Es un hito histórico, no solamente porque representa al Recinto Universitario de Mayagüez, sino a todo el país y el potencial de que nuestros proyectos lleguen al espacio. Esto puede servir de inspiración para quienes quieran adentrarse en el mundo de las ciencias”, puntualizó.
Agregó que también marca un paso muy relevante para las féminas en carreras de ciencias e ingeniería, conocidas como STEM.
“Nos sentimos honrados de formar parte del pequeño conjunto de investigadores que ha llegado al espacio. ¡Estamos muy emocionados!”, reiteró.
Sobre la investigación
En 2018, el RUM fue parte de una dádiva millonaria de la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF) con el fin de desarrollar herramientas innovadoras y sistemas de ingeniería que permitan a la industria y a las instalaciones médicas reproducir células de manera eficiente, segura y de bajo costo. Mediante esos fondos, del proyecto denominado NSF Engineering Research Center for Cell Manufacturing Technologies (CMaT), Domenech García, una de las investigadoras de la propuesta, avanzó en la innovación de la tecnología de células madre mesenquimales.
Mientras, la subvención Advanced Research Grant 2024, que le otorgó el Fideicomiso para Ciencia, Tecnología e Investigación en Puerto Rico (FTICPR), en febrero de 2024, le permitió la transición de este desarrollo a misiones espaciales, también con el apoyo de la empresa Rhodium Scientific.
“Hemos trabajado por cuatro años con esta investigación de la que publicamos datos recientemente. Con el apoyo del Fideicomiso, hicimos algunos cambios para ajustar la tecnología al espacio. El ambiente de microgravedad puede ofrecer ventajas únicas, como la disminución de estrés mecánico experimentado durante agitación en un biorreactor en Tierra, y la organización en estructuras tridimensionales, sin restricciones gravitacionales. Estamos explorando cómo estos entornos afectan la funcionalidad celular, y los resultados podrían abrir nuevas puertas en medicina y biomanufactura. Así que ya estamos en espera de que en un par de meses regresen las muestras y podamos seguir llevando a cabo pruebas y estudios”, señaló.
Destacó que al espacio se enviaron 120 vials o tubos de ensayo que, a su vez, iban dentro de cápsulas sensibles al tiempo de investigación. De hecho, si el lanzamiento no prosperaba, tenían que regresar al laboratorio para producirlos nuevamente.
“Las muestras estaban congeladas. El personal de la ISS las descongela y procede a cultivarlas por periodos de tiempo preestablecidos. Luego de eso, las muestras se vuelven a congelar y las envían al Space Kennedy Center y de allí, al Recinto de Mayagüez. Estamos ansiosos por recibir las muestras de regreso para continuar los análisis y comparar los resultados con los controles en tierra. Esto representa un gran paso para la ciencia y una oportunidad única para nuestro equipo”, afirmó.
Experiencia del equipo de trabajo
La catedrática de INQU se siente muy orgullosa y agradecida por el equipo de trabajo que la apoyó durante este proceso: sus dos estudiantes graduados y su asistente de investigación.
“No hay palabras suficientes para expresar lo agradecida que estoy con cada uno de ellos. Su dedicación y compromiso han sido fundamentales para hacer realidad este sueño de llevar nuestra investigación al espacio. Gracias a su esfuerzo, Puerto Rico y el Recinto Universitario de Mayagüez ahora tienen una presencia en la Estación Espacial Internacional, y eso me llena de un orgullo inmenso. Este logro es de todos nosotros”, enfatizó.
Por su parte, los integrantes de este histórico experimento también resaltaron la ética de trabajo de la doctora Domenech García y el honor que sienten al ser parte de este logro tan único.
Para Carolina, este proyecto es el cumplimiento de un sueño. “Ser la primera en mi familia en estudiar a nivel doctoral y ver cómo nuestro trabajo se traduce en algo tangible que va al espacio es increíble. Nunca pensé que algo así pudiera suceder”, expresó.
La joven mayagüezana agradeció a Domenech García, a quien considera una mentora y fuente de inspiración. “Trabajar bajo su guía ha sido un honor. Me emociona poder inspirar a niñas y jóvenes a seguir carreras en las ciencias y ser perseverantes”, sostuvo.
Mientras, Leonel también se manifestó emocionado con esta experiencia. “Vengo de Lares, y soy el único en mi familia que se ha enfocado en las ciencias. Ver que el sacrificio ha valido la pena me llena de orgullo y esperanza”, compartió.
“Espero que mi trabajo inspire a otros jóvenes a explorar las oportunidades en la investigación científica y contribuir al crecimiento de nuestro país”, sostuvo.
Por su parte, Miosotis destacó el liderazgo y la visión de la educadora.
“Trabajar con ella es inspirador. Su dedicación y enfoque hacia la ciencia y la innovación han sido fundamentales para el desarrollo del proyecto que tiene un significado especial, no solo para nosotros como investigadores, sino también para el avance de la ciencia en Puerto Rico”, enfatizó.
El RUM es el lugar para investigar
Ya varios estudiantes se han comunicado con la doctora Domenech García para conocer más sobre este tipo de metodología desde un laboratorio, según comentó la profesora.
Precisamente, el RUM es el lugar para investigar, reiteró el doctor Agustín Rullán Toro, rector de la institución.
“Para el Recinto Universitario de Mayagüez, este es un momento de profundo orgullo y un testimonio de la excelencia y el compromiso de nuestra comunidad académica. Ver cómo nuestra investigación se eleva al espacio, en la misión SpaceX CRS-31, simboliza el impacto global de la educación y la ciencia que promovemos en nuestra Universidad. Reconozco y felicito a la doctora Domenech y a su equipo, quienes con su gesta convierten al Recinto en un importante centro de investigación. Esta colaboración pionera destaca la calidad de nuestra facultad y estudiantes, y representa un paso crucial para el avance del conocimiento en la exploración espacial y la medicina. Estamos entusiasmados y agradecidos de formar parte de un hito histórico que deja en alto el nombre de nuestro RUM”, expresó el Rector del RUM.
Agregó que este importante paso abre las puertas para la próxima meta de que el RUM se convertierta en una institución doctoral con el nivel R2 en la Clasificación Carnegie de Instituciones de Educación Superior.
“Con este acontecimiento sin precedentes de ser la primera universidad puertorriqueña en llegar al espacio, y varias subvenciones millonarias y colaboraciones que hemos recibido en los últimos años, nos posicionamos en las grandes ligas de la investigación internacional y nos acerca a nuestra meta de ser reconocidos como una Universidad de investigación doctoral, lo que permitirá un crecimiento significativo de nuestros programas graduados, especialmente en áreas emergentes y de vanguardia”, puntualizó.
Del mismo modo, el doctor Luis A. Ferrao, presidente de la UPR, celebró el momento histórico para la institución.
“Este logro resalta la excelencia académica y la innovación que caracteriza a nuestra Universidad. Felicito al RUM y a la doctora Domenech García por llevar el nombre de Puerto Rico al espacio y contribuir al avance del conocimiento científico global”, concluyó el Presidente.