Colaboración estudiantil en investigación de vanguardia que fue al espacio
Por Mariam Ludim Rosa Vélez (mariam.ludim@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 17 de enero de 2025
Es un proyecto único que marca un antes y un después para el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), de la Universidad de Puerto Rico (UPR), consolidando su posición como un centro de excelencia académica e investigativa en Puerto Rico y el mundo.
La inspiradora historia de la doctora Maribella Domenech García, catedrática del Departamento de Ingeniería Química (INQU), y su equipo de estudiantes investigadores es una muestra del potencial que tienen las instituciones puertorriqueñas para alcanzar logros que trascienden las fronteras del planeta Tierra.
El 2024 le legó al Colegio de Mayagüez el hito histórico del lanzamiento al espacio del primer experimento boricua y colegial desde el Centro Espacial Kennedy de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
Se trata de una novel investigación gestada desde el laboratorio de la doctora Domenech García, cuyo fin es estudiar cómo la microgravedad afecta el crecimiento y las propiedades antiinflamatorias de células madre mesenquimales, con el potencial de abrir nuevas vías para la biomanufactura en el espacio y tratamientos médicos innovadores.
Esta investigación destaca el calibre de la institución para desarrollar proyectos de vanguardia, lo que, a su vez, permite que los estudiantes se expongan a estos retos y fortalezcan sus habilidades como investigadores y profesionales de excelencia con el sello distintivo del recinto mayagüezano de la UPR.
“Para nosotros es un gran orgullo, una experiencia inolvidable poder representar a nuestra institución y también a nuestros programas graduados ante el mundo. Es una experiencia maravillosa”, destacó la doctora Domenech García, quien ha dedicado más de una década a la investigación en el RUM.
“Han sido muchos años de trabajo, llevo 12 años en el Recinto, así que nuestro trabajo ha rendido frutos y, para mí, es un gran honor representar a la mujer puertorriqueña y también servir de inspiración y modelo a muchas estudiantes que quieren solicitar a nuestro programa, estudiando ciencia e ingeniería”, agregó.
Por su parte, el doctor Agustín Rullán Toro, rector del RUM, también subrayó la relevancia de este evento para la comunidad universitaria.
“Lo que inicialmente nos llama la atención es ver que un experimento originado aquí en el Recinto de Mayagüez va al espacio. ¡Es un logro increíble! Es una historia que viene de muchos años de inversión que se ha hecho aquí en la Universidad. Inicialmente, a través de nuestra participación como socio principal en el Centro de Manufactura de Células Terapéuticas”, expresó el Rector.
Además, enfatizó cómo esta experiencia afecta positivamente a los colegiales.
“Estas historias de estudiantes graduados que han sido visibilizadas traen a la luz el potencial que tienen nuestros alumnos para llegar al espacio. Aquí, en el Recinto Universitario de Mayagüez, tenemos programas graduados, maestrías y doctorados que son de gran impacto. Hacen investigaciones de punta que tienen la capacidad de ser instrumentales en resolver los problemas de la humanidad”, añadió.
Asimismo, la doctora Domenech también enfatizó el rol fundamental que desempeñan los alumnos en su laboratorio.
“Los estudiantes llegan a mi grupo, muchos de ellos a nivel de bachillerato y otros de escuela superior, así que tienen esa exposición temprana a la investigación. Según van progresando, vamos expandiendo sus habilidades y destrezas para trabajar en el laboratorio y desarrollar pensamiento científico. Ellos tienen un rol fundamental en cada uno de mis proyectos de investigación”.
En este caso, dos estudiantes doctorales del programa de Bioingeniería, Carolina Rivera Crespo y Leonel Vélez Román, estuvieron a cargo de un componente clave en este experimento.
Para Rivera Crespo, el lanzamiento marcó una memoria inolvidable en su carrera.
“Fue un momento bien especial, algo que nunca me imaginé en mi vida. Desde chiquita he querido ser científica. Soy producto de escuela pública, la primera persona en mi familia que hace estudios doctorales, y pensar que un proyecto que puede tener un impacto bien grande llegara al espacio, es algo inimaginable y bien bonito”, compartió emocionada.
Añadió que esta experiencia ha dado forma a sus aspiraciones futuras.
“Trabajar en el laboratorio de la doctora Domenech me ha ayudado a soñar más grande. Ahora veo que puedo contribuir en áreas que realmente cambian vidas, y quiero continuar laborando en investigación que aporte a la medicina regenerativa y la biomanufactura. Esto es solo el comienzo para mí”, añadió.
De otra parte, Vélez Román destacó la dedicación y esfuerzo que requirió el proyecto.
“Es una experiencia única y gratificante porque son muchas horas que estuvimos en ese laboratorio por seis meses para hacer realidad este sueño y esta propuesta que hizo la doctora Domenech. Es muy gratificante y emocional ver despegar al espacio nuestro trabajo”, explicó.
Destacó cómo este logro influirá en su futuro. “Después de completar mi doctorado, me gustaría aplicar estos conocimientos en proyectos espaciales. Saber que nuestra investigación puede beneficiar no solo la ciencia en la Tierra, sino también los avances en el espacio, me motiva a seguir explorando la frontera de lo que es posible”, afirmó.
Finalmente, ambos estudiantes coincidieron en que el entorno del laboratorio fomentó no solo el crecimiento profesional, sino también personal.
“El ambiente colaborativo del laboratorio nos permite aprender uno del otro. Somos un equipo, y ese espíritu grupal nos ayudó a alcanzar esta meta”, concluyó Rivera Crespo.