Centro de Negocios y Desarrollo Económico del RUM recibe subvención de $300 mil
Por Ídem Osorio De Jesús (idem.osorio@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 17 de julio de 2020
El Centro de Negocios y Desarrollo Económico, del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), recibió una subvención ascendente a $300 mil de parte de la Administración de Desarrollo Económico de Estados Unidos (EDA, por sus siglas en inglés) para la asistencia al sector empresarial, a las organizaciones sin fines de lucro, y aportar a la economía del país, en respuesta a la pandemia del COVID-19.
Se trata de una ayuda suplementaria otorgada bajo el CARES Act Recovery Assistance Grant que esa agencia federal concedió a sus University Centers, tras una convocatoria lanzada a finales de abril pasado. En Puerto Rico, el Centro de Negocios y Desarrollo Económico (CNDE) del RUM es el único adscrito a esa dependencia, que es su principal auspiciadora desde 1986, cuando se fundó.
“Recibimos una invitación de EDA para que sometiéramos una propuesta de ayuda para la recuperación de las empresas y para los asuntos económicos del país, ante la situación del COVID-19. Esta subvención de $300 mil complementa la que esa entidad nos otorgó previamente con el mismo fin, tras los huracanes Irma y María. Decidimos someter la nuestra para seguir expandiendo la parte que tenemos dedicadas a las organizaciones sin fines de lucro, que son las que han jugado un rol sumamente importante en ese proceso, las que más rápido han podido llegar a las comunidades, asistir a las personas y a los negocios. Entendimos que ese modelo ha funcionado en momentos de crisis, por lo que era crucial continuar apoyándolas”, aseveró la doctora Moraima De Hoyos Ruperto, directora del CNDE.
El grupo de trabajo, denominado para esta fase como el UPRM COVID-19 Recovery Corps, se concentrará en proveer esa asistencia técnica y mentoría, tanto a las organizaciones antes mencionadas, como a instituciones académicas y gubernamentales, especialmente, pequeños municipios, así como empresas que estén en vías de someter propuestas para obtener fondos privados y federales para planificar e implementar proyectos que les permitan, a ellos o sus beneficiarios, responder al impacto económico causado por la pandemia.
Así lo confirmaron los doctores José I. Vega Torres y Patricia Valentín Castillo, investigador principal y coinvestigadora principal de la iniciativa, quienes continuarán en la dirección de lo que sería una extensión a la primera fase, junto con el doctor David Santiago, especialista en el tema de las organizaciones sin fines de lucro y desarrollo comunitario, y Bianca N. Quiñones, como Manejadora de Proyecto. Al colectivo se unirán, eventualmente, algunos estudiantes graduados.
“Nos sentimos entusiasmados. Es un reconocimiento de la agencia EDA al Centro, a su trabajo y a la relación de muchos años con las personas que allí laboramos. No fue una propuesta competitiva, por lo que, en parte, es un premio. La tarea es monumental, pero nos permite dar un seguimiento, expandir y poner en práctica lo aprendido. Estamos esperanzados y comprometidos en tener un rendimiento similar al proyecto pasado, aunque contemos con menos recursos, porque hemos aprendido y también ya hemos validado nuestras metodologías de asistencia a distancia. Los números que se atendieron bajo la propuesta inicial fueron impresionantes y esperamos ahora tener un impacto sustancial en un momento en el que de verdad el país, en términos de su economía, lo necesita”, reiteró el doctor Vega Torres.
De hecho, ese primer esfuerzo, conocido como Hurricane Maria Capacity Building Program, contó con una partida de $500 mil de la EDA, y brindó asistencia a más de 400 entidades en su primera fase de capacitación amplia, de todos los municipios y luego a cerca de 72 organizaciones de manera más individual y especializada, con un resultado preliminar de 7 mil empleos creados y, aproximadamente, una retención de otros 2 mil puestos de trabajo.
“Tenemos un compromiso genuino desde hace muchos años con lo que es el impacto económico en Puerto Rico. Sin embargo, a través de estos proyectos, se nos ha permitido esbozar iniciativas de recuperación luego de desastres como el huracán María, en la transición de lo que fueron los terremotos y ahora el COVID-19. Ha sido un momento histórico clave para brindar estas oportunidades y capacitaciones a las organizaciones y municipios porque se fortalecieron dentro de su plataforma administrativa y levantaron fondos para poder impactar a las comunidades y las áreas que ellos atienden como lo es la creación de nuevos empleos”, relató, por su parte, la doctora Valentín Castillo.
Precisamente, en ese primer periodo destinado a la emergencia provocada por los fenómenos atmosféricos, la ayuda de los expertos se concentró en adiestrar a las entidades sin fines de lucro a obtener las exenciones requeridas a nivel estatal y federal de manera que cumplieran con lo requerido al momento de someter propuestas de solicitudes de fondos. Igualmente, se les guió en la parte de la redacción y preparación de estos documentos.
Para esta segunda etapa, que ya inició su ciclo de dos años a partir de julio de 2020, el colectivo aspira a destinar una asistencia más especializada hacia empresas o grupos que ya han superado ese proceso de la exención o están en vías de hacerlo y tienen la capacidad organizacional para someter una propuesta y cumplir con ella.
Tanto De Hoyos Ruperto, como Vega Torres y Valentín Castillo resaltaron que el Centro de Negocios y Desarrollo Económico no ha detenido sus funciones en ningún momento, a pesar del cierre y confinamiento decretado a raíz de la pandemia. Todo lo contrario, sus recursos humanos se han reinventado, han reforzado sus herramientas virtuales y han demostrado un alto compromiso durante la crisis para continuar los servicios de manera ininterrumpida a sus clientes y a la amplia comunidad a la que están consignados.
De hecho, los tres catedráticos del Colegio de Administración de Empresas del RUM, opinaron que la labor realizada durante más de tres décadas, con la misión de fomentar el desarrollo económico y empresarial a través de toda la isla, es lo que los ha colocado en un sitial de prestigio, tanto a nivel sistémico en la UPR, como en el país y ante la EDA, principal agencia auspiciadora de sus fondos.
“Esta reciente subvención es un voto de confianza al trabajo que se ha estado realizando en nuestro Centro, tanto con las empresas existentes, como con las emergentes y las sin fines de lucro. Deja saber que somos una identidad seria, de compromiso, que hemos utilizado el dinero para los propósitos que lo han otorgado, de manera adecuada y que siempre han rendido más fruto de lo que prometemos. Todas estas propuestas tienen unas métricas y nosotros siempre las hemos sobrepasado con excelencia”, declaró la doctora De Hoyos Ruperto.
El CNDE es una de las 850 entidades, entre estas alrededor de 58 University Centers, que operan con recursos de la EDA a nivel de Estados Unidos. En su caso particular, también funciona con un pareo de fondos que aportan la Administración Central de la UPR y el RUM. Sus numerosas y diversas iniciativas han permitido desarrollar todos los esfuerzos de emprendimiento e innovación que se han consolidado desde el campus mayagüezano, por lo que se le considera el centro anfitrión y auspiciador principal del UPRM E-Ship Network, robusto ecosistema que apoya la mayoría de este tipo proyectos en todo el país.