Economista del RUM presenta publicación sobre la locura
Por Javier Valentín Feliciano (javier.valentin@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 23 de abril de 2021
Un poemario distinto que aborda aspectos como la locura, el discrimen a las personas que padecen enfermedades mentales, los altos costos para recibir ayuda psiquiátrica, la ausencia de programas educativos que sirvan para manejar los retos de la salud mental que padece la ciudadanía, la vergüenza para admitir la necesidad y el miedo para buscar la sanidad psicológica, incluso hasta el terror, forman parte de la diversidad temática del poemario El ala psiquiátrica publicado por Julio César Pol, nombre de pluma del doctor Julio César Hernández Correa, economista y profesor del Departamento de Economía Agrícola y Sociología Rural, adscrito a la Estación Experimental Agrícola (EEA) del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
“En este poemario intenté experimentar con el tema del terror, que otras ramas de la literatura no trabajan y que sí lo encontramos en el cuento y la novela. Sin embargo, en poesía ese no es tan común, igual que no lo es la obesidad, como lo hice en mi libro Mardi Gras. Existe un temor de que te salga un monstruo en un texto narrativo, pero no confrontar los aspectos más débiles del ser humano que realmente es la cordura y menos en la poesía. Ese hilo bien delicado de lo que significa la cordura, permanecer bajo control, de estar estable, ahí es que radica realmente la mayor parte de los miedos de los seres humanos. Yo intenté explorar eso, leí muchos cuentos de terror y, realmente, los que me parecieron más magistrales fueron aquellos que tocaban esos hilos. Y empecé a trabajar en torno a ellos y cito algunos. Esa es una de las contribuciones que se basa en la experiencia que he tenido con muchas personas que están a mi alrededor con problemas mentales, pues me toca en muchas áreas bien sensibles”, manifestó el también autor de los poemarios Idus de marzo, La luz necesaria y Sísifo.
La presentación, que se realizó de manera virtual por la pandemia, estuvo a cargo de la doctora Ángela M. Valentín, profesora del Departamento de Estudios Hispánicos del RUM.
“Tuve la oportunidad de leer sus anteriores poemarios y cuando leí El ala psiquiátrica esa voz lírica me pareció muy cercana y que tocaba una fibra que duele y que nos asusta a todos. Es como si hubiese podido sentirla. Me ocurrió también con Mardi Gras, pero mucho más con este último. Creo que todos y todas hemos vivido de cerca con algún familiar, alguna persona amada, algún amigo o amiga que haya pasado por esa situación. Incluso uno mismo, desde el uso de la palabra bipolaridad y señalar que este o aquella persona es bipolar. Ese asunto de utilizar conceptos con poco cuidado, lo mismo pasa con el asunto de la depresión y hablar de la depresión sin tener el conocimiento, ya sea que esta persona es esquizofrénica, sin conocer realmente la situación que atraviesa, todo eso es terrible. Como mencionó Pol, es necesario nombrar y visibilizar para sensibilizar a los seres humanos. Este poemario lo hace de una manera magistral”, expresó.
Durante el evento, el autor de la obra literaria leyó el poema Dispensario y denunció la falta de recursos para aquellos empleados que se dedican a la prevención de la salud mental en un país donde a diario se sobrevive ante los recortes presupuestarios que redundan en servicios deficientes a la ciudadanía.
“En este poema en particular, yo me inspiré. Está relacionado con un acontecimiento que tuve en la vida real, hace como dos años en Puerto Rico. En aquel momento arrestaron a una enfermera porque ella era la que distribuía pastillas a las personas enfermas de la salud mental, pero al mismo tiempo, ella cogía de las pastillas para ingerirlas, entonces la despidieron del trabajo y atravesó por una situación muy difícil. Entonces por esa razón se llama Dispensario. Para la enfermera del dispensario, la paz viene del agua de azahar, de la manzanilla, de la flor de jazmín, del valium, del litio, de la convicción de que en este mundo no existe una segunda oportunidad y que el perdón es uno de esos frágiles artículos de lujo del que están excluidos los mortales. Y este es parte de un grupo de poemas que están al final del poemario dedicado a las personas que trabajan con pacientes de salud mental”, aseveró.
A su vez, la doctora Valentín acogió las expresiones del poeta ponceño para agregar que la experiencia de las personas que padecen condiciones mentales está relacionada con el dolor que padecen los seres queridos que los rodean.
“El poemario me conmueve muchísimo, porque no es solamente la experiencia de la persona que vive con alguna condición mental, sino es también del que se hace cargo, de la persona que cuida o de aquel que está asignado por el gobierno para ejecutar esa acción. Entonces es interesante cómo se difumina, cómo se rompe hasta cierto punto la frontera entre la cordura y la enfermedad mental. ¿Quién es el que está cuerdo? ¿Quién es el que está enfermo? Son preguntas bien interesantes. ¿Podríamos decir que quienes no estamos en una institución mental somos los cuerdos? ¿Realmente somos los cuerdos detrás de las apariencias? Cuánto dolor, y cuántas situaciones viven los cuerdos. Como dice la contraportada, las personas aguantan y aguantan hasta que en un momento simplemente estallan, pero al mismo tiempo existe toda una apariencia de sanidad y de cordura. Todo eso permanece detrás como una olla de presión que permanece bullendo”, indicó.
Próximamente, el autor Julio César Pol estará a cargo de la edición de una antología que recoge poemas de los integrantes del colectivo Sótano 00931, en celebración de su vigésimo aniversario. La publicación tendrá poemas de Carlos Vázquez Cruz, Zuleika Pagán, Kattia Chico, Carlos Esteban Cana-Rivera, Jorge David Capiello Ortiz, Juanmanuel González Ríos, Amarilis Tavárez Vales, entre otros.
Para mayor información sobre la obra del autor, acceda al siguiente enlace.
https://www.islanegra.com/index.php?keyword=Julio+Cesar+Pol&limitstart=0&option=com_virtuemart&view=category&virtuemart_category_id=0