Si no es sequía es huracán: la urgencia de tomar acción
Por Alex O. Tubéns Plaza (alex.tubens@upr.edu)
Taller de Estudiantes Prensa RUM
viernes, 4 de junio de 2021
El Centro Hemisférico de Cooperación en Investigación y Educación en Ingeniería y Ciencia Aplicada (CoHemis), del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), celebró la conferencia Si no es sequía es huracán: Eventos extremos, con la cual dio seguimiento a su ciclo de ponencias enfocadas en educar y preparar al público puertorriqueño para enfrentar estos eventos que afectan más frecuente e intensamente a la isla año tras año.
La actividad, que se realizó de forma virtual a través de la plataforma YouTube, contó con la participación del ingeniero Carl-Axel P. Soderberg y el meteorólogo Israel Matos Mercado, expertos en el desarrollo de sequías y huracanes, respectivamente, y en técnicas efectivas para mitigar sus efectos.
“La frecuencia de eventos climáticos extremos en la región del Caribe ha ido en aumento en los recientes años. Esto ha provocado que los países de la región tengan que lidiar con impactos inesperados y contradictorios en escalas de tiempo muy cortas. Por lo tanto, el nivel de resiliencia que se requiere es mucho mayor y debe permitir ajustes rápidos a los retos del momento. En el caso de Puerto Rico, este fenómeno lo hemos experimentado desde el impacto de fuertes sequías, a raíz de las cuales se implementan medidas de racionamiento de agua, hasta el paso de huracanes que provocan grandes inundaciones. Esta realidad ambiental requiere crear conciencia de los retos por eventos extremos e impulsar una mejor planificación desde lo individual hasta lo colectivo”, reiteró en su bienvenida el doctor Fernando Gilbes Santaella, director de CoHemis y decano de Artes y Ciencias.
Asimismo, agregó que el foro atendería tres objetivos principales: proveer un espacio de diálogo con dos especialistas con amplio conocimiento en los temas; facilitar el análisis de experiencias pasadas por eventos extremos, así como evaluar estrategias de resiliencia para el futuro; y finalmente, contar con la participación de diversos sectores de la sociedad para promover una mejor preparación en el inicio de una nueva temporada de huracanes.
Inició la ronda de ponencias con la presentación de El Vía Crucis de la Desidia sobre el Recurso Agua en Puerto Rico, a cargo del ingeniero Soderberg, quien aclaró que la disponibilidad de agua dulce per cápita en Puerto Rico es de 2,135 metros cúbicos por habitante, por año, que es el 7 por ciento de la disponible en toda Suramérica. En términos del resto de las Antillas, Puerto Rico es solo seguido por Haití en el listado de carencia de agua, lo que resulta problemático, pues esa hermana nación ha sido clasificada por las Naciones Unidas como un país en estrés hídrico, que es cuando la demanda de agua potable supera la cantidad disponible en la zona.
“La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declara estado de estrés hídrico, cuando la disponibilidad de agua dulce per cápita alcanza unos 1,700 metros cúbicos por habitante, por año. Puerto Rico está a unos 400 metros cúbicos de alcanzar ese estado. Si no se establecen medidas de conservación de agua a tiempo, no será difícil alcanzar ese nivel”, explicó Soderberg, miembro del Comité de Expertos y Asesores sobre el Cambio Climático de Puerto Rico y exdirector de la división del Caribe de la Agencia para la Protección del Ambiente.
Según Soderberg, el 60 por ciento del agua manejada por la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) se pierde todos los días a causa de fugas en el sistema de distribución de agua potable, empleado por la agencia. De igual manera, Puerto Rico enfrenta graves problemas de sedimentación de embalses, lo que limita en gran medida su capacidad de retención de agua, y de sobreexplotación de acuíferos, lo que propicia la entrada de agua salada en ellos y los vuelve no aptos para el uso humano, un proceso llamado salinización. En los últimos años, la isla también ha sufrido la pérdida de unos 1,000 pozos de agua potable a causa de la contaminación, los que tenían una producción equivalente a unos 100 mil millones diarios de galones de agua.
“Aún antes de tomar en cuenta algún evento que minimice la disponibilidad de agua en la isla, Puerto Rico es uno de los países con menos agua en todo el Caribe. Esto significa que no tenemos ese recurso para amortiguar problemas de sequía, o incluso periodos de poca agua”, añadió el ingeniero.
Más allá de estos desafíos, Soderberg insistió en que el verdadero peligro el país estriba en el cambio climático y su efecto. Explicó que las fluctuaciones en los patrones de lluvia provocarán un aumento en sequías y la llegada de menos precipitación. De ocurrir, pronosticó que serán en eventos torrenciales, lo que es problemático, pues aumenta la sedimentación de los embalses y la turbidez de sus aguas, lo que provocaría el agobio del sistema de purificación de agua. Esto, a su vez, causaría que se detenga la distribución de agua potable para asegurar la salud de los consumidores por la posible presencia de bacterias inmunes al cloro que deben ser filtradas adecuadamente.
Igualmente, el exdirector de la Agencia para la Protección del Ambiente, enfatizó en que el cambio climático también trae consigo un aumento en la temperatura global que provocaría mayor demanda de agua para el consumo humano y para el manejo de sistemas de enfriamiento en casas y comercios, y el aumento de fuegos forestales y de pastizales, los que destruirían árboles importantes para reducir la sedimentación de los embalses. De igual manera, el incremento en temperatura provoca el derretimiento de los témpanos de hielo y, por lo tanto, un alza en el nivel de los océanos, lo que amenaza con salinizar más acuíferos, así como también destruir importante infraestructuras para el tratamiento de agua que se encuentra, usualmente, en las costas de la isla.
Coincidió el meteorólogo Matos Mercado, quien en su presentación Huracanes, además de explicar sobre los procesos atmosféricos que inciden en la formación de estos fenómenos, así como los métodos que se utilizan para clasificarles cuando se forman y los peligros que producen, advirtió sobre el efecto que el cambio climático ha tenido en los últimos años en su formación.
“Gracias a los avances en la tecnología en los últimos años, tenemos evidencia de que estos eventos extremos están ocurriendo con más frecuencia y con mayor intensidad, y todo está siendo exacerbado por el cambio climático”, informó el exdirector del Servicio Nacional de Meteorología de Puerto Rico.
Según el meteorólogo, una temporada de huracanes normal consta de unas 10 tormentas tropicales. De estas, seis adquieren categoría de huracán, y dos o tres se tornan en huracanes intensos, de categoría 3 o más. Sin embargo, en años recientes se ha observado un incremento marcado en temporadas de ciclones anormales más severos. Los modelos de este año, por ejemplo, apuntan a que será un periodo más activo, con un máximo de 20 sistemas nombrados y de diez huracanes, de los cuales cinco podrían convertirse en intensos. Exhortó a la audiencia, por lo tanto, a estar atentos a los boletines del tiempo y a consultar solo información de fuentes confiables al momento de prepararse.
“Todas las tormentas son diferentes, como los seres humanos. Aunque las condiciones sean las mismas, y uno esperaría que se comportaran igual por eso, la manera en que se va a desarrollar va a depender de varios factores que pueden afectar la forma en la que una persona se prepara para enfrentar este tipo de fenómenos. A medida que vayan cambiando las condiciones atmosféricas por causa del cambio climático, puede volverse más difícil prepararse”, aseguró Matos Mercado.
Asimismo, instó a los ciudadanos a adoptar nuevas tecnologías para adaptarse a los cambios y alcanzar la resiliencia.
“Sabemos que el impacto viene, así que tenemos que construir para ese nuevo futuro. Como ciudadanos, tenemos que tomar acción independientemente de lo que otras naciones hagan en respuesta al calentamiento global, nosotros debemos adaptarnos, si queremos sobrevivir a lo que viene”, auguró.
Le hizo eco Soderberg, quien añadió que es imperativo que los puertorriqueños comiencen a prepararse si se busca evitar pérdidas como las experimentadas con el paso del huracán María.
“En Puerto Rico no hubo falta de pronóstico. El problema es que la isla no estaba preparada. Existe la tecnología para solucionar todos los desafíos de los que hemos hablado, pero también la falta la voluntad para tomar cartas en el asunto y actuar al respecto. Dos semanas antes del desastre, no es momento para tomar medidas preventivas. El cambio climático es real y estamos sintiendo los efectos, los que cada vez van a aumentar más. Para solucionar este problema es necesario que todas las naciones remen en la misma dirección, y si esto no se hace, no vamos a lograr nada. Creo que, eventualmente, lo vamos a lograr, el gobierno debe comenzar ya el proceso de adaptación, pues, aunque se haga el esfuerzo de reducir sus emisiones a cero en miras a la mitigación del calentamiento global, su contribución sería de menos de 1 por ciento, por lo que dependemos de las acciones de las otras naciones. Mientras tanto, Puerto Rico se va a ver afectado a menos que se empiece a adaptar a la nueva realidad”, puntualizó.
Para las personas interesadas en aprender más sobre estos temas pueden visitar la página de CoHemis. Igualmente, la conferencia se encuentra de manera íntegra en el siguiente enlace: Si no es sequía es huracán: Eventos extremos
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