NIFA ofrece fondos para estudiar la erosión de suelos en la isla
Por Mariam Ludim Rosa Vélez (mariam.ludim@upr.edu)
Prensa RUM
viernes, 19 de mayo de 2023
El doctor Salvador Acuña Guzmán, catedrático auxiliar del Departamento de Ingeniería Agrícola y Biosistemas del Colegio de Ciencias Agrícolas del Recinto Universitario de Mayagüez, recibió una subvención de $200 mil del Instituto Nacional de Alimentos y Agricultura (NIFA) del Departamento de Agricultura Federal (USDA), cuyo objetivo es fortalecer la capacidad de investigación en los temas de erosión de suelos y transportes de sedimentos en Puerto Rico. Los fondos son administrados por el Servicio de Extensión Agrícola (SEA).
El grupo de investigación está compuesto además por el doctor Walter F. Silva Araya, director del Instituto de Investigaciones sobre Recursos de Agua y el Ambiente de Puerto Rico y catedrático del Departamento de Ingeniería Civil y Agrimensura; y el profesor Héctor O. López Méndez, director de la Oficina de Estudios Graduados y catedrático de Ingeniería Agrícola.
“Al momento, hemos logrado ya la construcción del primer prototipo de simulador de lluvia. Es un dispositivo que mantiene una presión constante para simular las gotas de lluvia que salen por un aspersor. Este tipo de aspersor es muy confiable, ya que el tamaño de la gota se puede regular y, en consecuencia, simular diferentes intensidades de lluvia natural. De esa manera, podemos hacer ‘llover’ al momento que queramos tener una investigación en un sitio en específico, con la cantidad de lluvia que conocemos porque al estar sujetos a las inclemencias del tiempo, no sabríamos cuándo es que va a llover. Entonces, si se hace una investigación utilizando un simulador de lluvia, podremos saber cuál es el período en el que va a llover y la cantidad de agua que va a caer en la parcela de erosión, para de esa manera realizar los análisis específicos sobre los parámetros que se estén analizando”, explicó Acuña Guzmán en entrevista con Foro Colegial.
“Las condiciones climatológicas y del uso de la tierra están cambiando de una manera muy rápida. El año pasado tuvimos un año sumamente lluvioso. Mientras lo que va de este año ha sido bastante seco. Entonces, debemos tener una forma de prevenir lo que va a suceder con nuestros suelos, pérdidas, y transportes de sedimentos. Lo vemos cuando vienen aquellos eventos extraordinarios, como en el caso de Fiona, que fue una cantidad de lluvia espectacular que se acumuló en bien poco tiempo. Nosotros veíamos la descarga de sedimentos hacia el mar en todas las desembocaduras, las condiciones de deslizamientos de tierras, y de producción de sedimento eran superiores a las que habría si no tuviésemos tanta actividad antropogénica, tanta actividad humana. Parte de lo que estamos buscando es establecer un programa de investigación a mediano plazo, que revise los servicios ecosistémicos y que podamos mediar poco a poco todos estos impactos que tiene la actividad humana”, enfatizó.
Esta investigación ayuda a conocer el comportamiento de los suelos ante diferentes condiciones del tiempo.
“Desde el punto de vista científico, estamos aún en la primera fase de calibrar los equipos, de identificar cómo es que la vamos a estar utilizando y un experimento que ya está en funciones, que es en la Finca Alzamora, donde estamos evaluando diferentes condiciones de terrenos, coberturas y que no solamente nos vamos a enfocar a la pérdida de suelos y los procesos mecánicos de la erosión, sino también cómo cambian los contenidos de carbono. Nos interesa ver la dinámica de la materia orgánica en el suelo”, sostuvo.
“La ventaja de construir un simulador de lluvia es que uno lo puede llevar a donde sea necesario. Las prácticas de laboratorio las hemos realizado a un costado del edificio de Ingeniería Agrícola. Las parcelas de erosión donde estamos realizando investigación científica, en este momento, las tenemos instrumentadas en la Finca Alzamora, pero esa es la flexibilidad de tener un equipamiento como es un simulador de lluvia, que lo podemos llevar a donde sea necesario para hacer la investigación”, agregó.
Destacó que en esta primera etapa cuentan con dos estudiantes graduados, quienes desarrollarán sus tesis basadas en esta investigación.
“Habrá generación de artículos científicos y el motivo primordial de la subvención es fortalecer las capacidades para adiestrar a los futuros profesionales, sobre todo, en temas que sean relevantes para atender las demandas que tenemos como: el cambio climático, el cambio de uso y cobertura del suelo, y suelos deteriorados. Entonces, lo que tratamos de hacer, en una situación controlada, es evaluar cómo es que estos cambios climáticos y de cobertura del suelo impactan las condiciones de la tierra para la producción agrícola”, puntualizó.
Añadió que además de los alumnos de maestría, en el primer año de la propuesta se impactaron 20 estudiantes subgraduados que colaboran con el proyecto. El plan es beneficiar a unos 200 colegiales a lo largo de los tres años de la propuesta.
“Tenemos estudiantes desarrollando algún proyecto específico y otros que están realizando prácticas de investigación. Entonces, es un proyecto que brinda muchas oportunidades de interacción y no solamente de Ciencias Agrícolas, sino del Colegio de Ingeniería también, porque al tener de aliado al doctor Silva, eso también permite que podamos realizar prácticas para otros cursos. La oportunidad de trabajar con otras instancias dentro del Colegio es bien amplia. Estamos siempre dispuestos a colaborar y permitir el uso del equipo en otros proyectos de investigación, extensión o en cursos”, explicó.
Previo a laborar en el Recinto, el doctor Acuña Guzmán se desempeñó como profesor visitante en el Departamento de Ciencia de Suelo de la Universidad Federal de Lavras, en Brasil.
“Allá se da mucho la colaboración entre docentes porque la fondos federales son pocos. La disponibilidad de este tipo de subvención es baja, es bien complicado. Aquí es una gran ventaja la que se tiene, puesto que hay una gran variedad de programas federales y específicos para regiones insulares que nos permiten participar de estos programas de subvención que son muy competitivos. Entonces, esto se refleja directamente en la competitividad de nuestros estudiantes una vez se vuelven profesionales. Yo creo que ese es el objetivo principal de este tipo de subvenciones, el impactar directamente a la formación de los que serán la siguiente generación de profesionales. Algo que para mí y para mis colegas es bien importante, es no solamente pensar en esa formación técnica que están recibiendo, sino también la formación de un ciudadano. Como parte de esto, es hacerle saber que estos materiales, equipamientos, oportunidades que se están generando a través de estas subvenciones es gracias a los impuestos públicos y que de esa manera tenemos también que hacer un uso responsable de los mismos. Entonces, poco a poco a través de los cursos que se impacten aquí en el Departamento de Ingeniería Agrícola también se va difundiendo un poco de la labor científica que realizamos los profesores y va generando interés en los muchachos y a su vez ellos van percibiendo que hay otros paradigmas profesionales que podrían seguir”, concluyó.