Ascienden de manera póstuma a Benjamín ‘Bengie’ Pérez Rivera al grado de sargento
Por Javier Valentín Feliciano (javier.valentin@upr.edu)
Prensa RUM
jueves, 14 de marzo de 2024
La muerte no existe, la gente solo muere cuando la olvidan;
si puedes recordarme, siempre estaré contigo.
Isabel Allende
En una emotiva y concurrida ceremonia a la que asistieron sus compañeros de labores, autoridades universitarias, amigos y familiares, se ascendió de manera póstuma con el rango de sargento a Benjamín “Bengie” Pérez Rivera, oficial de seguridad del Departamento de Tránsito y Vigilancia del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR). El tributo colegial se realizó el pasado sábado, 9 de marzo de 2024, en el anfiteatro del Edificio Josefina Torres Torres, del Departamento de Enfermería.
Durante la despedida, se hizo una guardia de honor en la que se le entregó la bandera del Colegio y el signo distintivo del rango a su hijo Diego Enrique, por parte de los principales funcionarios institucionales, entre ellos, el doctor Omar Molina Bas e Irmali Franco Ramírez, del Decanato de Administración; José M. Caraballo Castillo, director de Tránsito y Vigilancia; y el doctor Agustín Rullán Toro, rector del RUM.
Su hermana, Linda M. Pérez Rivera, relató cómo fue convivir desde la infancia con quien compartió sus grados primarios y su crecimiento como ser humano, así como los valores que tanta gente admiró en él. De la manera más original, inició su mensaje con su recordado saludo: “¡Hola, mi amor!”.
“El Señor te trae a esta tierra a crecer, a darle fuerza a quien no la tiene y al decaído; a ayudar al que no tiene salud. Bengie me enseñó a ser la mujer que soy. Yo le doy muchas gracias a Dios porque me lo prestó durante esos 49 años. Cuando mami no nos podía llevar a la escuela, y Bengie estaba en la elemental, nos acompañaba a todos a pie para llegar al plantel. De regreso, nos esperaba y regresábamos por un atrecho que había en el parque. Una vez pasó a la intermedia hizo la diferencia. Él jugaba baloncesto y les enseñaba a los demás para que los otros no los vacilaran y para que fueran grandes en el deporte”, manifestó.
Pérez Rivera nació el 7 de marzo de 1975. Estudió el kínder en la escuela David G. Farragut. Cursó sus grados primarios en el plantel Alfredo Dorrington. Creció en la urbanización Valle Hermoso en Hormigueros y se graduó en el año 1994 de la Escuela Superior Vocacional Doctor Pedro Perea Fajardo, al mismo tiempo que obtuvo un grado técnico como mecánico.
“Cuando estudió en la escuela vocacional, hizo la diferencia. Además, cursó estudios en Educación Física en el Recinto de San Germán de la Universidad Interamericana. Quien lo conoció sabe que Bengie no era de los que se quitaba, pero él identificó prioridades. Un 17 de agosto de 2005, el Señor permitió que su hijo Diego Enrique llegara a esta tierra para dejarnos un legado. No se imaginan el calibre que tiene ese muchacho y lo van a seguir viendo brillar, porque ahora ustedes lo conocen. Tiene 18 años, es excelencia en todo el sentido de la palabra. Canta hermoso y toca el violín. Mírenlo bien, dondequiera que usted lo vea, dele la mano y ayúdelo”, indicó.
Asimismo, con gran aplomo, la hermana de Bengie tuvo palabras de elogio hacia los compañeros de trabajo, la administración y la comunidad del Recinto Universitario de Mayagüez por acogerlo durante casi tres décadas desde que inició labores en 1998.
“Aquí hay un grupo grande de amigos, pero él no solamente era un amigo, también era hermano, era el todo de muchos en la Guardia y en el Colegio. Gracias por darle ese amor y cariño que se merecía y que él se los devolvió a todos ustedes. Papi y mami hicieron una labor de excelencia. Seguimos siendo muchos, tengo tres hermanos ahora que están descansando al lado de mi Señor y estos cinco que quedamos no nos vamos a quedar atrás. Nosotros seguimos, vamos a caminar y vamos a llegar al cielo como él”, sostuvo.
Linda culminó su mensaje de despedida con una exhortación al público que formó parte del velatorio a que continúen con su misión de hacer el bien frente a cualquier adversidad y pensando en el bienestar del prójimo.
“Les insto a todos y cada uno de ustedes a que saquen un ratito en la mañana, en lo que usted se prepara o cuando desayuna. Mire para el cielo y diga: Gracias Dios por este hermoso día. Dedíquele cinco minutos y encomiéndese al Señor. Todos los días pida la bendición a los papás, pero principalmente la de nuestro Señor, quien nos cuida y protege. Esto fue una desgracia, espero que sea la última y estas lágrimas que hoy el Creador está recogiendo de todos nosotros, las colme en alegría. A Gilberto, Olga Damarys y Bengie, yo no los veo ausentes, están en todo momento presentes para mí. La Biblia dice que los muertos de Cristo resucitarán primero, que no morimos, sino que dormimos”, culminó.
Por su parte, el doctor Rullán Toro se unió a las expresiones de duelo y recordó que conversó con el oficial Pérez Rivera en un evento universitario reciente en donde le presentó a su hijo.
“Deseo que se sientan acogidos, bienvenidos y reiteramos desde la Oficina de Rectoría, la administración y desde la comunidad universitaria, que sentimos profundamente la pérdida de nuestro oficial de seguridad Benjamín Pérez Rivera. Quiero expresarle mis más sinceras condolencias y la fortaleza para sobrellevar esta pena. Siempre lo vamos a recordar. Nuestro querido Bengie llevó una vida que reflejó muchas enseñanzas positivas en todos los que interaccionaron con él. Y su hijo es colegial”, expresó.
Mientras que, Caraballo Castillo, lo recordó como una persona comprometida con sus labores y por su calidad humana.
“Bengie sabía el respeto y admiración que le profesábamos. Siempre permanecerá en el corazón de cada uno de nosotros y nos quedamos con todos esos gratos momentos que compartimos. Siempre recordaremos y apreciaremos su sonrisa sincera, su gentileza y su don de gente. Sin duda alguna, ha dejando una huella imborrable en todos aquellos que tuvimos la dicha de conocerlo. Será recordado como un excelente servidor público, ser humano y un padre e hijo ejemplar”, expresó.
Al sargento Pérez Rivera le sobrevive también sus progenitores Benjamín Pérez Valle y Rosalinda Rivera Ramírez, su hermano Amildkar Benjamín, así como sus hermanas Linda y Suilda, quienes son egresadas del Colegio de Administración de Empresas del RUM. Mientras que, Maralinda, su hermana menor representó los colores verde y blanco del Colegio en el deporte de levantamiento de pesas y se graduó del Departamento de Kinesiología.
Que descanse en paz.