El deseo por rememorar una temática que recoge la vida y labor de soldados caídos durante la Primera Guerra Mundial, oriundos de un pueblo al norte de la isla de Córcega, dio paso a un extenso proyecto de investigación que hoy continúa liderado por la doctora Marie J. Paoletti Casablanca y que cuenta con la colaboración de estudiantes de diferentes disciplinas del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) y de la doctora Laetizia Castellani, profesora de la Universidad de Córcega y autora de La Balagne rurale.
“Recopilamos fuentes primarias manuscritas de archivos de Córcega y de Francia y documentos privados y, a partir de eso, comenzamos a buscar sobre los soldados de este y otros pueblos, así creamos una base de datos de 400 soldados”, indicó la doctora Paoletti, catedrática del Programa de Historia del Departamento de Ciencias Sociales del RUM. Esta parte del proyecto, contó la doctora, representó un reto que sus estudiantes pudieron superar.
En la primera fase de esta investigación histórica, identificaron soldados procedentes de seis pueblos al noroeste de la isla de Córcega (Aregno, Catteri, St. Antonino, Avapessa, Pigna y Lavatoggio) para determinar si murieron en batalla o regresaron a casa, pero sobre todo para conmemorar sus vidas un tanto olvidadas. A través de las matrículas militares, han obtenido información detallada de cada soldado.
Durante su búsqueda en los archivos digitalizados del Ministerio de Defensa de Francia, en los listados de los soldados que habían muerto por esta nación durante la Gran Guerra, identificaron soldados puertorriqueños, descendientes de corsos y franceses, que pelearon por dicho país, hallazgo que redirigió el curso de la investigación.
“Puerto Rico es uno de los lugares donde hay una fuerte presencia corsa”, señaló Paoletti.
La historiadora, natural de esta región de Córcega, basó su tesis doctoral precisamente en los emigrantes corsos que llegaron a Puerto Rico, por lo que también han utilizado esta base de datos para identificar soldados que fueron a la guerra desde nuestra isla.
Para Mariela Ballester D’elia, estudiante de historia, hacer el trabajo estadístico fue su parte preferida. “Cuando ya habíamos pasado todos los censos, después analizar esa información. A mí me gustan las estadísticas y las gráficas porque dan más información visual de cómo era todo: las profesiones, la educación, las familias, el estado militar, la edad”, expresó.
“Primero, tenemos censos de todas las personas de los diferentes pueblos; después, los dividimos en familias y luego vamos sacando a los soldados, vamos descubriendo a las personas, hasta que al final estamos trabajando con una persona específica. Vemos su historia, dónde estuvieron, cuál era su trabajo en la guerra, si estuvieron lastimados, si murieron durante la guerra, si se fueron de la guerra, si desertaron. Todas esas cosas son bien interesantes: cómo vamos trabajando del macro a la persona y, al final, los podemos llamar por nombre”, añadió Orelí B. Uzdavinis Nazario, estudiante de ciencia política.
La doctora Paoletti afirma que lo anterior “es bueno porque les da cierta destreza de investigación y les permite saber un poco cómo se hace la historia”. “Ha sido un grupo muy bueno… Tenemos estudiantes muy buenos que no son necesariamente de historia”, sostuvo la historiadora refiriéndose a estudiantes de ciencias sociales e ingeniería, por ejemplo.
El pasado 14 de julio, día en que se conmemora la Toma de la Bastilla en Francia, y fecha que marca el inicio de la Revolución Francesa, la profesora Paoletti junto a dos estudiantes del grupo presentaron en el pueblo de Aregno esta primera parte del proyecto: “Soldados corsos en la Primera Guerra Mundial”.
La exhibición, que fue cubierta por la prensa local, estuvo compuesta por mapas históricos que marcaban la trayectoria de los soldados y los lugares donde cayeron; estadísticas sobre el porcentaje de muertos; datos personales: la edad al momento de ser reclutados, las profesiones y el nivel de educación; instrumentos como armas, cascos, medallas y vasijas que fueron prestados por las familias; fotografías de los soldados (algunos de los cuales fueron condecorados por la Légion d’honneur) y cartas personales que enviaban a sus familiares.
Según Yailinnette Morales Santoni, estudiante de historia, en estas cartas, se podía apreciar la censura de la época. “Por eso, muchos de ellos decidían enviar postales, porque ya estaban abiertas y sabían que no les abrirían las cartas. Algunas decían simplemente: Estoy vivo“, señaló la estudiante.
Para las estudiantes, visitar Córcega y conocer a las personas que participaron de la exhibición fue una experiencia conmovedora. “Cuando fuimos allí, nos agradecieron que les diéramos ese reconocimiento a estos soldados que no fueron quizás una parte fundamental de la guerra, pero sí fueron un elemento considerable. Ver sus caras de alegría…”, sostuvo Sandra Salgado Machuca, estudiante de ciencia política e historia.
Afortunadamente, tuvieron la oportunidad de conocer a la hija y el nieto de uno de los soldados memorados.
“Lo más impactante fue conocer a los descendientes de los soldados con los que estuvimos trabajando. No entendíamos el idioma, porque no sabemos francés, pero no era necesario que nos hablaran, nosotras podíamos ver sus expresiones; no tomaban las manos y nos daban las gracias”, expresó Morales.
Para Salgado, era evidente “la colaboración y el interés por parte de la misma población”. “Hay algunas exhibiciones que la gente no tiende a participar de ellas y, en este caso, como era algo bien íntimo, había esa especie de conexión”, añadió.
La exhibición se presentó inicialmente en la Casa Paoli en Ponce, la cual incluyó, a diferencia de la exhibición en Córcega, la parte correspondiente a los soldados puertorriqueños, particularmente los que murieron en la guerra. Saber quiénes regresaron a Puerto Rico ha sido dificultoso por la falta de acceso a ese tipo de archivo en nuestro país.
Clarisabeth K. López Rodríguez, estudiante egresada del RUM, que posee una maestría en Museología de la Universidad de Syracuse, estuvo a cargo de la organización, el montaje y el trabajo gráfico de las exhibiciones. Para ella, fue complicado convertir una investigación histórica de manera tal que cautivara la atención de las personas.
Para lograr esto, “tratamos de humanizar el proceso, enfocándonos más en los soldados: cuántos murieron, las condecoraciones militares que recibieron e, inclusive, una de mis partes favoritas, el uso de cartas de un soldado, Henri Dutripon, que escribió durante todo el periodo de la guerra a su mamá. Es interesante este aspecto de la guerra a través de personas que la vivieron”, manifestó López.
Debido a que han surgido nuevas posibilidades y subtemas durante el transcurso de la investigación, la doctora Paoletti espera que el proyecto se extienda dos años más.
Actualmente, trabajan en la redacción de un artículo sobre los soldados de los seis pueblos mencionados, mientras que otra parte del grupo se enfoca en estudiar otros aspectos de la guerra para determinar su impacto sobre cada uno de los pueblos, el económico es uno de ellos.
El futuro de la investigación se dirige al estudio de la cronología de la guerra a través de las cartas y a continuar analizando libretas militares que habían sido censuradas hasta recientemente e información nueva de más soldados puertorriqueños que pelearon y murieron por susodicho país.
El proyecto, que ha estado compuesto además por los estudiantes Johneloy González Quintana, Andrea Bayron del Valle, José Dominicci Buzo, Evelyn López González, Sebastián G. García Holguín, Guarionex Padilla Marty, Karen M. Ojeda, Luis A. Rosa Rivera, Nicole Méndez Santos, Orlando M. Delgado González, Ada M. Sánchez Torres, Gilberto Torres y Mari-Ana Rodríguez Rodríguez, y que se reúne dos veces en semana en el Centro de Investigación Social Aplicada (CISA) del RUM, planifica crear un compendio de los diferentes temas que han brotado y que componen esta interesantísima investigación.
- La Dra. Paoletti durante la exhibición en Aregno, Córcega
- La estudiante Yailinnette Morales Santoni
- La estudiante Sandra Salgado Machuca
- Exhibición en la Casa Paoli en Ponce
- Grupo de estudiantes que colaboran en el proyecto
Suministradas
Por Cynthia Maldonado Arroyo